La conformación de un nuevo CNE se ha constituido en un verdadero nudo gordiano que lograrán desatarlo o sencillamente será cortado por la implacable daga venenosa del TSJ, obedeciendo órdenes de Miraflores.
Resulta obvio que se trata de un acuerdo político, A finales de año la AN presidida por Juan Guaido inicio el proceso para el nombramiento de un Comité de Postulaciones.
Un sector de la oposición liderado por Felipe Mujica. Claudio Fermín, Timoteo Zambrano y Henry Falcón se sentaron con el gobierno e hicieron una mesa de dialogo en lo que se conoció como el acuerdo de la Casa Amarilla. En el establecieron que la fracción parlamentaria del Polo Patriótico se reincorporara a la AN; nombrar un nuevo CNE para avanzar hacia un proceso electoral más trasparente, sin especificar si estas serían para Presidente o parlamentarias; liberar un grupo importante de presos políticos y otras medidas económicas. La única que rigurosamente se cumplió fue la primera.
La incorporación del PSUV y sus aliados a la AN interrumpió el proceso de escogencia de un nuevo CNE y produjo una división en la oposición con el nombramiento de una directiva presidida por el Diputado Luis Parra en el Palacio Legislativo con la presencia de las fracciones de AD, PJ y UNT, que debió intentar ser corregida con la escogencia de Juan Guaidó como Presidente en la sede del diario El Nacional,
Luego vinieron los tira y encoje, hasta que de común acuerdo el gobierno y las dos facciones opositoras presididas por Parra y Guaidó, siendo vocero el Diputado Stalin González (UNT-Guaidó), nombraron al Comité de Postulaciones, con la venia de NM quien aparentemente se inclinó para que la escogencia del CNE se hiciese con los dos tercios de la AN, lo cual sugería un entendimiento político entre todas las partes.
El Comité de Postulaciones cumplirá su cometido en marzo-abril, entregándole sus resultados a la AN. El primer escollo es que deberán ir a una plenaria en el Palacio Legislativo, ¿Quién la presidirá Guaidó o Parra? Si no hay acuerdo, para evitar que haya una omisión legislativa, que supla el TSJ, ¿AD y UNT partidarios abiertos de las elecciones parlamentarias irán, sin Guaidó ni su directiva, a esa reunión?
Es un capítulo que no está escrito, pero cuando menos supondría la división del G 4, con el inconveniente que el respaldo internacional lo tiene Guaidó y no Henry Ramos, ni Manuel Rosales. ¿Se atreverán estos desvencijados dirigentes a desafiar sus relaciones con USA; la UE, Canadá, Gran Bretaña y el Grupo de Lima con el manido argumento que el problema de Venezuela lo resuelven los venezolanos? Habrá que ver. La movilización convocada por Guaidó para el martes 10 pareciera ser definitoria ¿Qué harán AD y UNT? Si participan estarán en un camino, si no lo hacen la vía será otra.
Por lo demás si se cumple ese hecho, el nuevo CNE puede restituir a los partidos y entregarle sus tarjetas de votación, la Contraloría solventar algunas de las medidas sancionatorias sobre un grupo de dirigentes, ¿pero quien les da garantías que el TSJ no actúe sobre las directivas de PJ, AD, VP o UNT, nombrando por la vía judicial autoridades, como lo hizo con Copei?
Cosas veredes Sancho, decía El Quijote. El nudo gordiano no se ha desatado ¿Estaremos en presencia de un nuevo acto como el que escenificó Alejando Magno el 333 A de C, en su conquista de Frigia cuando optó por la postura tajante de cortarlo, alegando que, para conquistar el imperio universal, según decía la leyenda, ¿era lo mismo que desatarlo?
CAP solía decir que la política la inventó el diablo. No le faltó razón, Él vivió ese vía crucis que nos condujo a estas difíciles realidades que tenemos ahora, gracias a la conjura que en su contra montaron los “notables” de Uslar Pietri, Caldera y Copei, el MAS, la dirección de AD encabezada por Luis Alfaro Ucero, Gonzalo Barrios, Jaime Lusinchi, el Presidente del Senado Octavio Lepage, así como el entonces jefe de la fracción parlamentaria Henry Ramos y la mayoría del CEN; sectores económicos que perdían la lacta del Estado; los medios de comunicación dirigidos por Granier, Cisneros, Otero Castillo; la Fiscalía de Escovar Salom, J.V. Rangel y la CSJ en manos del calderista Gonzalo Rodríguez Corro, quienes entre marzo y mayo de 1993 lograron defenestrarlo de la Presidencia de la República, abriéndole las puertas a estos momentos que estamos viviendo hoy, de la patraña que autodenominan “socialismo del siglo XXI”.
Aquellos polvos trajeron estos lodos. Amanecerá y veremos.