El Mundial del cambio: reconocimiento, visibilidad, calidad e igualdad

Las jugadoras de la selección española celebran su victoria ante Inglaterra en la final del Mundial de Fútbol femenino en Sídney, Australia, este domingo. EFE/ Dean Lewins

 

Redacción deportes, 21 ago (EFE).- El Mundial de Australia y Nueva Zelanda ha marcado un antes y un después en la historia del fútbol femenino: ha cambiado la tendencia batiendo récords de público y asistencias y, pese a que finalmente ha ganado una selección favorita, España, ha sido el más igualado de los últimos años por la calidad y la mejora del nivel del juego.

Esta Copa del Mundo podría calificarse como el Mundial del cambio. Un éxito colectivo inesperado. Pese a que Australia y Nueva Zelanda no son dos países en los que el fútbol sea el deporte estrella, este Mundial, con 32 selecciones participantes, igualando al torneo masculino por primera vez, ha llenado los estadios oceánicos y ha superado las expectativas en todos los aspectos: deportivo, social, comercial y económico.

Es el Mundial más igualado y disputado de los últimos años, en el que selecciones de perfil bajo se han revelado y han tumbado a grandes favoritas mostrando a las millones de personas que han logrado reunir para disfrutar del espectáculo que el fútbol femenino tiene mucho que decir y enseñar.

RÉCORDS DE ASISTENCIA Y SEGUIMIENTO

La final del Mundial entre España e Inglaterra fue presenciada por 75.784 espectadores en el Stadium Accor de Sídney (Australia) y 5.599.000 millones de personas en España (65,7%) por Televisión Española. La semifinal entre Las Matildas e Inglaterra se convirtió en el programa de televisión más visto en Australia desde que se tiene registro (2001), con una audiencia de 11,5 millones de personas según la cadena Channel Seven.

Estas son solo algunas de las potentes cifras de audiencia que evidencian el éxito de este torneo, que logró vender más de un millón y medio de entradas antes de comenzar y se ha retransmitido en 200 territorios y 130 canales y emisoras.

“Esta Copa del Mundo ha sido verdaderamente transformadora, no solo en Australia y Nueva Zelanda, sino en todo el mundo. En los países anfitriones, tuvimos casi dos millones de espectadores en los estadios, estadios llenos en todas partes, y dos mil millones mirando en todo el mundo, no solo viendo a su propio país sino viendo el Mundial”, apuntó el presidente de la FIFA Gianni Infantino.

El mantra “el fútbol femenino no genera” repetido por aquellos que quieren desprestigiar esta disciplina deportiva queda puesto en evidencia tras la celebración del torneo. La Copa del Mundo ha generado más de 524 millones de euros en ingresos, alcanzando el punto de equilibrio.

“No perdimos dinero y generamos el segundo ingreso más alto de cualquier deporte, además de la Copa Mundial masculina, a nivel mundial”, señaló Infantino.

Además, los premios a las selecciones han aumentado a 150 millones de dólares, una cifra diez veces mayor a la alcanzada en el Mundial de Canadá 2015 y que triplica el premio de Francia 2019. Con el triunfo de España, cada jugadora recibirá 250.000 euros.

MÁS NIVEL Y MÁS IGUALDAD

El nivel futbolístico mostrado en esta edición demuestra el crecimiento de esta disciplina y confirma que, si se apuesta por las futbolistas, el nivel sube.

La fase de grupos dejó las primeras sorpresas con la eliminación de dos favoritas al título como la bicampeona del mundo, segunda en el ranking FIFA y actual subcampeona de Europa, Alemania, que no logró el billete a octavos de final por primera vez en su historia, y Brasil, que no era eliminada en esta ronda desde 1995.

Ambas selecciones se cruzaron con dos equipos que sorprendieron al mundo y rindieron a un nivel no esperado como Marruecos, que en su debut en el torneo logró pasar de la fase de grupos en la que compartía grupo con Alemania, y Jamaica, que le robó la segunda plaza de su grupo a la ‘Canarinha’, aunque ni jamaicanas ni marroquíes lograron pasar de octavos.

Las tandas de penaltis también fueron protagonistas. En octavos, dos partidos terminaron 0-0 y tuvieron que decidirse desde los once metros. Inglaterra superó a Nigeria (4-2) y Suecia derrotó a la tetracampeona Estados Unidos (5-4), que fue eliminada por primera vez en esta ronda y vio truncado su sueño de hacer historia y lograr el tercer título consecutivo.

Mientras selecciones potentes iban abandonando Australia y Nueva Zelanda, la selección colombiana avanzaba en el torneo llegando hasta cuartos de final, donde perdió 2-1 contra Inglaterra. Colombia, con una joven Linda Caicedo que fue una de sus grandes estrellas, mostró un gran nivel con un juego muy serio y trabajado.

La coanfritiona Australia también hizo historia en el torneo clasificándose para las semifinales tras superar a Francia en una tanda de penaltis que llegó hasta los diez lanzamientos. El partido terminó sin goles (0-0) tras la prórroga y los penaltis 7-6 a favor de las oceánicas. Australia, que ha logrado movilizar a todo el país, se quedó a las puertas de una final que, pese a tener dos equipos favoritos al título, fue inédita.

EL FINAL Y PRINCIPIO DE UNA ERA

Este mundial también ha supuesto la despedida de grandes referentes como la brasileña Marta Vieira, que ha participado en seis Mundiales y es la máxima goleadora en la historia de los mundiales con 17 goles. Elegida seis veces como la mejor jugadora del mundo (2006, 2007, 2008, 2009, 2010 y 2018), para muchos es considerada la mejor de la historia.

La Balón de Oro Megan Rapinoe también ha disputado su último Mundial con Estados Unidos y se retira del fútbol profesional convertida en un icono no solo futbolístico, sino en una activista por la igualdad salarial y los derechos del colectivo LGTBI.

La argentina Estefanía Banini también dice ‘adiós’ a la Albiceleste -seguirá jugando en el Atlético de Madrid- y la campeona olímpica canadiense Christine Sinclair, de 40 años, con 190 goles y quien consiguió la igualdad salarial en el fútbol de Canadá, también ha disputado su último mundial.

Así, el fútbol femenino deja atrás a grandes referentes que han luchado por él y da comienzo una nueva era en la que jóvenes jugadoras como la española Salma Paralluelo, la colombiana Linda Caicedo o la italiana Giulia Dragoni, entre muchos otros talentos, deben coger el legado.

CAMPEÓN INÉDITO Y EL FUTURO DE ESPAÑA

La final del Mundial fue inédita en la historia del torneo. Ni España ni Inglaterra habían logrado jamás llegar a luchar por el campeonato mundial. El España-Inglaterra fue el primer duelo en el que participaron dos finalistas distintas por primera vez en 32 años. Desde que Estados Unidos y Noruega compitieron en el primer partido decisivo, al menos un equipo de la final ya había disputado el encuentro.

Según el estudio de Brand Finance, el número de mujeres que siguen el fútbol ha aumentado sustancialmente en los dos países que han llegado a la final, España y Reino Unido. Este crecimiento también ha sido pronunciado en otros países como Australia.

En España el número de mujeres que dicen seguir el fútbol ha pasado del 43% en 2019 al 48% en 2022 (crecimiento del 5%) mientras que el número de hombres ha crecido solo un 1% (del 68% en 2019 al 69% en el mismo periodo) en datos publicados antes de la final.

Con la estrella de España, este triunfo puede suponer un impulso al seguimiento del fútbol femenino en el país y la mejora de sus condiciones. Millones de personas se sentaron delante de la televisión este domingo y se sintieron identificadas con las futbolistas de la selección, que, tras un año de turbulencias internas, hicieron historia proclamándose campeonas del mundo por primera vez.

 

 

 

 

 

 

 

 

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