El misticismo del Santuario Indígena Maen Shombuk | Por: Oswaldo Manrique Ramírez

 

Seguramente, a sus visitantes o a sus habituales transeúntes, el nombre Maen Shombuk, no les dice nada; sin embargo, su versión hispanizada, sí la identifican, son las hermosas y paradisiacas Siete Lagunas, el  Gran Santuario Indígena  Maen Shombuk o Páramo de las Siete Lagunas, ubicado en La Puerta, Estado Trujillo.

Es uno de los monumentos naturales milenarios más hermosos de Venezuela y del planeta, posee gran valor paisajístico, geológico, ecológico, arqueológico, histórico y espiritual; esto último, difundido por la gente como sus secretos, su misticismo. Visitantes han comentado de los guardianes de las lagunas, mi abuelo Concio Rivas, los llamaba los “bichitos refieros”, que no permiten gritos, ni que se pise muy duro el suelo, ni tirar piedras dentro de los hermosos espejos de agua, porque se burlan y extravían a la gente o hacen que pierdan la razón o que se pierdan en el camino. Aparte de los distintos cuentos de aparecidos y encantamientos, que seguro escucharán, todos quedan gozosos con la belleza, grandiosidad  y la experiencia de la carga energética que allí se adquiere; hemos leído opiniones de que quien lo visita, no vuelve a ser el mismo, quizás por su magnetismo y la energía que renueva la actitud frente a la vida; realmente, es un templo sagrado indígena, de una belleza escénica excepcional, localizado en el rama nor-oriental de Los Andes venezolanos, y forma parte del denominado Parque Nacional Sierra de La Culata, 1990.

Maen Shombuk significa en lengua Timoto, los simbólicos 7 ojos mágicos de agua, las 7 Lagunas parameras, en la cultura, espiritualidad e historia de la Comunidad Indígena de los Bomboyes, pobladores precolombinos de La Puerta; el origen más remoto de nuestro humanismo y de nuestras raíces.

Para llegar a este espacio paradisiaco, a 3.600 m.s.n.m, con  temperaturas entre los -2° C y 24° C., hay varias opciones, se puede iniciar la marcha por la entrada del Paramito, en La Lagunita; por la antigua senda de La Maraquita; por la Cuesta de los Rondones frente al área urbana de La Puerta, o por la otra añosa entrada de los Bicuyes, donde hoy hay carretera para el tránsito vehicular.

Al advertir  la “Cruz Colorada”, en el sector “El Alto”,  usted comienza el sendero que conduce a las Siete Lagunas.  Andando, a la luz del sol y el frescor frailejonado de los vientos, encontrará Las Escaleras, suerte de obra vial indígena de tiempos ignotos, hecha al borde de un farallón, con las que se ahorra cerca de media hora de camino a pie, para llegar al Santuario. Podrá observar los cortes y el tipo de piedra rústica en que están elaboradas,  que facilitan el paso, verá que los peldaños, son bordeados por esas piedras, que sirven de pasamano o agarre,  que según Tulio Ramón Rivas, el último Xikoke, esas piedras, no se encuentran en el Páramo, que fueron traídas por los indígenas, desde la zona baja, posiblemente de Arapuey.

Continuando la caminata, se puede observar cerca del Filo de la Laguna Negra, los riscos y farallones, que caracterizan este monumento geológico e histórico. Integrado por los ojos de agua (7 hermosas Lagunas), montañas y varias cuevas, tiene en lo más alto, en el risco de la cima,  un templo, constituido por una enorme roca templaria, denominada Piedra del Muñeco, también llamada Piedra Kchuta (Piedra de Dios), en lengua Timoto; la utilizaban los Bomboyes, en sus ritos y celebraciones mágico-religiosas; sirvió como su oráculo a las mojanas y sacerdotes. Era el altar de los indígenas, para pedir –según mi abuelo Concio Rivas-, cayera el <<llanto divino del cielo>>. Veneraban y ofrendaban a sus Dioses, con muñecos de barro, ovillos de algodón, telas, frutas, además de ramas aromáticas, platos con esencias y aceite de cacao que quemaban. Hay una cueva debajo de la roca templaria, que expide a través de una fisura, una especial emanación de rayos solares, cuya brillantez es un espectáculo visual; al mismo taita Concio le escuché, que este era el lugar, “donde primero llega el Dios Sol”, es la tierra Bomboy, la más cercana al cielo, inundado de mucha paz, espiritualidad, buena energía, que si sumamos las historias de la gente y sus vivencias, lo  convierten en un lugar místico.

En este mágico sitio, verán la Corva o Corcovada, se extasiarán con la más visitada: La Negra, con la combinación espiritual de la Capilla San Francisco Javier, donde podrán leer el aviso “Laguna Negra. Alt. aprox. 3.650 msnm”; o más allá, con la simpática Gata; o las atisbadas de neblina y la vegetación frailejonera: Corazón o la Madre. Dicen varios, que el lugar más hermoso y mágico del monumento, es Angostura, 3.670 m.s.n.m., la Laguna de mayor magnetismo, equilibrio y espiritualidad.

En síntesis, es el Santuario más importante de la nación Timotes y del occidente del país, por su tamaño, y por su especial ubicación, sirviendo como una especie de correa, que une a dos espacios naturales distintos, la Sierra Nevada, y las inmediaciones del Lago de Maracaibo.

Salir de la versión móvil