Londres, 9 ago (EFE).- Con la llegada de Benjamin Sesko a Old Trafford, el Manchester United se ha gastado este verano 240 millones de euros en cuatro futbolistas. Este desembolso contrasta con las 450 personas que perdieron su empleo la temporada pasada por los agresivos recortes del club y con las declaraciones de uno de sus dueños, Jim Ratcliffe, que aseguró que sin estas medidas se hubieran quedado sin dinero en navidades.
Desde la llegada de Ratcliffe y su empresa INEOS en diciembre de 2023, el Manchester United ha seguido una política de racionamiento para cuadrar unas cuentas que arrojaban pérdidas de 313 millones de libras (360 millones de euros) en los últimos tres años y que sólo podían ir a peor con la no clasificación a Europa de esta temporada y el sonrojante decimoquinto puesto en la Premier League.
El United primero despidió a 250 personas en 2024 y después amplió ese número en 200 más en mayo de 2025, además de llevar a cabo unos polémicos recortes, como quitar la cena de navidad a los empleados, el viaje pagado a la final de la FA Cup, retirar la pensión a leyendas como sir Alex Ferguson e impedir a los trabajadores comer en el restaurante de la ciudad deportiva.
«La respuesta es simple, el club se queda sin dinero en navidades si no hacemos esto», respondió Ratcliffe en marzo, despejando además cualquier duda sobre si esto se hacía para poder invertir en jugadores.
«Un club como el United, que ingresa 650 millones de libras, tiene que invertir una parte en dirigir el club y otro en la plantilla. ¿Dónde quieres gastarlo? ¿Quieres gastarlo en el club o en jugadores? Porque si lo inviertes en la plantilla, vas a conseguir mejores resultados. ¿Y para qué está el Manchester United si no es para ganar títulos? Lo que queremos es invertir en los mejores jugadores del mundo, en lugar de invertirlo en comidas gratis», apuntó el multimillonario británico.
Al menos fue claro y conciso: nos importan más nuestros futbolistas, aunque luego resulten en decepciones, que nuestros trabajadores.
Así, el United se ha gastado más de 200 millones de euros en fichajes por cuarta temporada consecutiva. Han llegado Sesko (85 millones), Bryan Mbeumo (75), Matheus Cunha (74) y Diego León (4), mientras que no han ingresado nada por salidas directas, más allá de la marcha como cedido de Marcus Rashford al Barcelona que ahorra unos 14 millones de libras al United.
Además, se han embolsado unos 20 millones por las ventas de jugadores desarrollados por ellos como Álvaro Carreras, Anthony Elanga y Maxi Oyedele, mientras que el Chelsea tuvo que pagar una multa de 5 millones por no quedarse en propiedad a Jadon Sancho.
A esto se suma la devaluación de futbolistas como el hispano-argentino Alejandro Garnacho, cuya venta al Chelsea puede dejar 40 millones que solucionarían el ‘fair play’ financiero del club, y Rasmus Hojlund, que saldrá por un precio muy inferior a los 78 millones que costó hace dos años.
Sin embargo, el mercado del United no acaba con esos 240 millones gastados y en los próximos días se espera que puje por Carlos Baleba, centrocampista del Brighton, equipo conocido precisamente por no vender barato, con operaciones a sus espaldas como la de Marc Cucurella, traspasado al Chelsea por 60 millones, o la del ecuatoriano Moisés Caicedo, que le costó más de 120 millones a los ‘Blues’. EFE
Manuel Sánchez Gómez