Nuestra ciudad siempre ha sido rebelde, inconforme, luchadora, a través de las diversas etapas políticas que ha vivido el país. Durante los gobiernos de Juan Vicente Gómez y Eleazar López Contreras, hubo un grupo de valeranos que respaldó las ejecutorias de estos dos mandatarios.
Alfonso Mejías, mendocino y colaborador muy cercano de Eleazar López Contreras, tenía sus seguidores en la ciudad de las “7 colinas”, cuando cayó el gobierno del general Isaías Medina Angarita, y vino la junta militar de gobierno que presidió Rómulo Betancourt, desde Jajó, el general Juan Bautista Araujo, hijo del célebre “León de la Cordillera”, de igual nombre -un personaje mítico que dominó a su antojo la escena política andina entre 1860 y 1898-. Su hijo protagonizó junto a otro grupo de notables a nivel nacional un alzamiento, contra el gobierno que dirigía el joven político, fundador de Acción Democrática, el guatireño Rómulo Betancourt, y que había cortado la saga del lopecismo, dando inicio a la Junta Revolucionaria de Gobierno, el 18 de octubre de 1945. El general Araujo lideró y fue el responsable directo de la jefatura golpista en el estado Trujillo.
Ese golpe fue el 11 de diciembre de 1946, este hecho luego fue tema obligado y de largo debate en la Asamblea Nacional Constituyente, de ese año. El general Juan Araujo se escapó y no pudo ser detenido por las fuerzas leales a la Revolución del 18 de Octubre de 1945. En Valera, el gobierno de la Junta Revolucionaria fue defendido por el doctor Antonio Espinoza Lares, Manuel Hernández –que aportó tres cajas de machetes para defender la revolución-, Pedro Pablo Rendón, y mi tío Hipólito Peña, no dejaron entrar a los complotados. La escaramuza golpista dejó 300 detenidos entre Escuque, Valera, La Quebrada, Jajó, Betijoque, Sabana de Mendoza, Sabana Grande, Granados, Carvajal, Boconó y Trujillo. Era una pelea entre lopecistas contra los acción democratistas. El caudillismo contra la democracia.
Entre los detenidos estaban el general Federico Araujo, Atilio Araujo, Rafael Ángel Román, Antonio Felipe Araujo, Pancho García, Rodolfo Hernández Miliani, Roberto Vethencourt Balestrini, Mario Maya González, Rafael Ramírez Paredes, Lucio Herrera Paredes, Lisimaco Arrieta, Juan José Román. La asonada tuvo sus responsables: en la zona baja, estaba el doctor Carlos Baptista, el doctor Capriles, Francisco “Chico” Peña, Ramón Briceño Araujo. En Betijoque, los alzados fueron Manuel Parilli, Rafael Arjona, Isidro Arjona y Noé Matheus. En Escuque, Rodolfo Hernán Miliani, Antonio Adriani. En Mendoza “Fría” los hermanos Mario, Humberto y Polidoro Herrera, Rafael Ramírez Paredes, “El Negro”.
En la “Piscina”, en la entrada sur de Valera, estaban Héctor y Roberto Vethancourt junto a Jacobo Araujo. En Trujillo aparecieron complotados Pablo Briceño y Chalo Pérez; en Boconó, los Miliani y los Velasco.
El general Araujo no logró derribar al régimen pero en el imaginario colectivo se recuerda al caudillismo arcaico. En ese momento en el contexto internacional, Estados Unidos en agosto de ese año había lanzado en Japón, en Hiroshima y Nagasaki, las dos primeras bombas atómicas, y en nuestro terruño, los campesinos embarcados en esa aventura del 46 estaban armados de machetes, máuseres del siglo 19, escopetas oxidadas y flowers. Los actos de violencia generados en Betijoque, Sabana de Mendoza y Granados produjeron cuatro muertos y varios heridos. El Ejército Nacional con las unidades provenientes del estado Táchira y del Estado Lara, controlaron la situación, allí destacaba la participación del joven mayor Luis Felipe Llovera Páez.
El gobierno nacional ordena un ataque aéreo sobre Tuñame, un avión asustó a los rebeldes con dos granadas de poco poder que explotaron en las afueras, pero produjeron gran ruido y temores. El general Araujo huyó por la cordillera y todos los detenidos son enjuiciados y permanecieron detenidos tres meses en la cárcel de Trujillo. En marzo de 1947 son puestos en libertad por el juez de la causa, doctor Andrés Lomelli Rosario al considerar que los alzados del 11 de diciembre lo habían hecho frente a un gobierno «de facto». Los doctores Alfonso Mejías, Sánchez Pacheco y Rosales, se habían encargado de la defensa.
jmateusli@gmail.com