El Jumbo, un equipo contra Pogacar

El ciclista esloveno del equipo Jumbo-Visma, Primoz Roglic,

París, 29 jun (EFE).- Frente a un líder tan sólido como Tadej Pogacar, una escuadra bien rodada, con dos líderes, Primoz Roglic y Jonas Vingegaard y con otras bazas peligrosas como Wout van Aert aparece como la principal amenaza, la forma de evitar el tercer triunfo consecutivo del esloveno en el Tour de Francia.

«Juntos» es la palabra que más sonó en la conferencia de prensa de presentación de la formación holandesa a dos días de que el Tour comience a rodar en Copenhague.

La unión, estar todos detrás de un objetivo común, parece la receta que han elegido en el Jumbo para atacar la hegemonía, casi intocable de un Pogacar que a ojos de todo el mundo es la principal baza para alzarse con su tercera corona.

Una opinión que no comparten en el equipo holandés, convencidos de que una carrera tan larga y compleja como el Tour ofrece muchas opciones de sorpresa y que, con dos bazas, es más fácil doblegar la fortaleza del líder del UAE.

«Si trabajamos todos juntos somos un equipo fuerte y potenciamos nuestras opciones individuales», dijo Roglic, muy seguro de sus opciones.

Segundo en 2020, cuando dejó escapar un Tour que parecía tener bien encarrilado hasta la penúltima etapa, una cronoescalada en la Planche des Belles Filles, el esloveno llega con la vitola de haber ganado la pasada Dauphiné, donde su equipo se mostró muy superior al resto.

Fue una demostración de fortaleza que quieren repetir en el Tour, que a diferencia de las dos pasadas ediciones afrontan con dos líderes, una baza más para inquietar al UAE de Pogacar.

DOS LÍDERES

«Es muy diferente tener dos líderes, eso nos permite tener estrategias para desafiar a Pogacar», aseguró Vingegaard, que la pasada edición, con tan solo 24 años, se vio propulsado al estrellato tras el abandono de Roglic, pero mantuvo el tipo y acabó en el segundo escalón del podio de París.

El danés, que verá lanzarse la carrera en su país y que es, sin duda, el favorito de los daneses, reconoció que mentalmente afronta este nuevo asalto al Tour de forma totalmente diferente. En 2021 venía como gregario de Roglic y ahora lo hace como co-líder.

«Tengo mucha confianza en mi. Vivo una situación totalmente diferente, pero creo que a mejor, pienso en positivo», dijo el corredor.

El joven danés es consciente de que el Tour es una carrera plagada de trampas y que cualquiera puede quedar atrapado en una de ellas, por lo que asegura que no se puede conocer de antemano como acabará. Él no habría imaginado nunca hace un año estar en el podio de París.

«Hay mucho estrés, muchos golpes, puede pasar de todo. A nosotros, pero también a los rivales. Por ahora, el objetivo es sobrevivir a la primera semana y luego ya se verá cómo está cada uno», aseguró.

La maquinaria Jumbo está en marcha y también lista para descartar posibles rivalidades internas, como quedó apuntado en la pasada Dauphiné, cuando en el tramo final el danés parecía más fuerte que el esloveno y solo las órdenes de equipo hicieron que no se atacaran entre ellos.

Una posibilidad que tanto Roglic como Vingegaard quisieron descartar.

«Creo que nos fortalecemos mutuamente. Somos muy potentes individualmente, pero más si trabajamos en equipo», dijo Roglic, que destacó el buen ambiente que reina entre ellos fuera del pelotón.

Vingegaard abundó en lo mismo y reveló que ambos comparten «alguna cerveza» durante las concentraciones de preparación y que sus respectivas esposas también pasan tiempo juntas, sinónimo de que, además de buenos compañeros son buenos amigos.

DOS OBJETIVOS

Otro punto de inquietud en el equipo es la dispersión de fuerzas, puesto que si el objetivo compartido por todos es acabar de amarillo en París, la formación tiene en su mente que Van Aert conquiste el maillot verde de la regularidad y opte a victorias de etapa.

El propio belga consideró que ese no será un obstáculo, puesto que él mismo aseguró que la prioridad será la general: «Puedo asumir varios papeles, pero tengo muy claro que llevamos años persiguiendo el maillot amarillo y que ese objetivo estará en el centro de nuestras ambiciones».

Van Aert, sin embargo, cuenta con tres gregarios, Christophe Laporte, Nathan Van Hooydonck y Tiesj Benoot, para ayudarle en sus objetivos, mientras que Steven Kruijswijk y Sepp Kuss aparecen como los hombres que ayudarán a los líderes de la general.

Pero en el Jumbo nadie cree que eso sea un problema. Al contrario. Roglic aseguró que «todos los objetivos son complementarios» y que en el seno del equipo pueden ayudarse unos a otros a lograrlo. La carretera dictará sentencia.

Luis Miguel Pascual

 

 

 

 

 

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