Washington, 25 mar (EFE).- Martin Luther King III, el hijo mayor del histórico líder de los derechos civiles, cree que si no se hace justicia en el caso del afroamericano George Floyd quedará claro ante todo el mundo que el sistema judicial de Estados Unidos está «terriblemente roto».
King III ni siquiera puede imaginar que no se vaya a hacer justicia en esta causa, pese a que en la historia del país apenas haya condenas contra policías blancos por el asesinato de hombres negros.
El hijo mayor de Martin Luther King Jr., de 63 años, espera que el exagente Derek Chauvin, acusado por la muerte de Floyd, reciba una «condena del más alto nivel» en el juicio, que comienza en cuatro días en la ciudad de Mineápolis (Minesota).
Este activista y miembro del King Center -dedicado a difundir el legado de su padre- conversa por videoconferencia en una entrevista con Efe sobre el juicio, al tiempo que movía las manos para enfatizar algunos puntos.
Pregunta: Una de las pruebas que veremos en el juicio será el video en el que se ve a Chauvin presionando su rodilla durante 8 minutos y 46 segundos sobre el cuello de Floyd. ¿Cuándo fue la primera vez que lo vio y qué sintió?
Respuesta: Lo intenté varias veces hasta que finalmente pude ver las imágenes. Había oído hablar del video antes de verlo, y realmente no quería ver a alguien asesinado delante de mis ojos. Me sentí impotente porque no había nada que yo o cualquiera de nosotros pudiéramos haber hecho.
Me recordó a otro incidente previo que ocurrió en Nueva York cuando Eric Garner, mientras un policía apretaba su cuello, no paraba de decir: «No puedo respirar, no puedo respirar». Y eso es lo que pensé.
Y, por supuesto, mientras uno sigue dándole vueltas, no puede creer del todo que eso esté pasando enfrente de sus ojos, que un policía cuyo trabajo es proteger esté haciendo esas cosas, que esté matando a un hombre.
¿Cómo de triste y de cruel puede ser eso? Es uno de los mayores niveles de crueldad que la humanidad jamás ha visto.
«NUESTRO SISTEMA ESTÁ TERRIBLEMENTE ROTO»
P: ¿Qué piensa sobre el juicio?
R: Obviamente, queremos una condena del más alto nivel. La preocupación que hay es que históricamente, en lo que se refiere a la comunidad negra y otras comunidades, rara vez obtenemos justicia. Y está la preocupación de que, incluso con toda esta información que la gente tiene, exista aún la posibilidad de que el policía no sea condenado.
Sin embargo, no creo que esto pase esta vez. Este caso en particular es tan indignante que quizás habrá una condena.
P: Si el expolicía es declarado inocente o el jurado no puede alcanzar un veredicto, ¿qué ocurriría entonces?
R: No puedo concebir en mi mente que no sea condenado. Si no es condenado será porque nuestro sistema está terriblemente roto y es defectuoso. Usted sabe que yo creo en la no violencia y creo en soluciones pacíficas.
De hecho, probablemente la mayoría o mucha gente así lo cree; pero cuando oprimes a la gente y la tratas mal constantemente una y otra vez en algún momento sienten que no tienen otra alternativa. Y entonces puede que se involucren en algo que es más destructivo, en contraste con algo constructivo.
ENTRE LA DECEPCIÓN Y EL ORGULLO
P: Acaba de mencionar el concepto de la no violencia que su padre abanderó ¿Cómo cree que vería él la muerte de Floyd y el juicio que está a punto de empezar?
R: Aquí hay dos cosas. Mi padre estaría enormemente decepcionado por el lugar en el que nos encontramos hoy y todas las divisiones que siguen existiendo en nuestra sociedad entre afroamericanos y blancos.
También hay una parte significativa de la sociedad que está adoptando visiones radicales, aunque hay más gente buena que no está haciendo eso. Y mi padre estaría orgulloso de estos últimos, aunque creo que él pensaría que en este momento ya habríamos llegado más lejos.
Él estaría muy orgulloso de toda la gente joven, que después de que Floyd fuera trágicamente asesinado, salió a la calle para protestar por todo el mundo y en todos los estados de esta nación. Nunca antes había habido protestas por los derechos civiles en todos los estados del país.
Él solía decir: «La injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia en todas partes». Y también: «Nunca podré ser lo que debería ser hasta que tú seas lo que deberías ser y nunca podrás ser lo que deberías hasta que yo sea lo que debo ser. Esta es la estructura interrelacionada de la realidad.»
Y por eso, estaría muy orgulloso de ver cómo la gente se ha unido. Creo que mientras siga habiendo injusticias, la gente va a seguir protestando. Y eso es lo bueno, que la gente rechace aceptar lo que está mal.
P: ¿Qué es lo que está mal? ¿Qué debería cambiar?
R: Nuestras leyes tienen que cambiar, tenemos que mirar a esto de una manera estratégica y pensar qué debemos hacer para que la sociedad sea mejor para todos. Porque de eso es de lo que se trata, de cómo hacer que la sociedad funcione para todos, en tener un sistema criminal que funcione para todos y que no discrimine a las personas de piel negra, marrón o a los pobres.
LOS DEMONIOS DE LA POBREZA, EL RACISMO Y LA VIOLENCIA
P: Sin embargo, si tuviera que elegir una prioridad, ¿cuál sería lo más importante para hacer realidad el «sueño» de su padre?
R: Eso es difícil, porque hay muchos temas. Él siempre hablaba de erradicar a los tres demonios de la sociedad, que son el demonio de la pobreza, el demonio del racismo y el demonio de la violencia.
Si pudiéramos mejorar en esas áreas de una manera significativa, estaríamos dirigiéndonos hacia ese sueño con el que él quería crear una sociedad de libertad, justicia e igualdad para la humanidad.
P: ¿Qué acciones puede tomar el presidente estadounidense, Joe Biden, o el Congreso para acabar con el racismo?
R: Hay un proyecto de ley en el Congreso que la Cámara de Representantes ha aprobado, pero no el Senado y que lleva el nombre de George Floyd. Lograría un gran número de cosas, aunque es solo un primer paso y no es la cura de todos los males. Pero si el Senado lo aprueba, al menos la gente sentiría cierto alivio porque se demostraría que se está intentando lograr cambios.
Beatriz Pascual Macías