EL GRAN COMPOSITOR ROSSINI Y SUS TEMORES PATOLÓGICOS | Por Ernesto Rodríguez

 

Ernesto Rodríguez (ernestorodri49@gmail.com)

 

Probablemente usted amiga lectora o lector ha escuchado la famosa ópera titulada: ‘El Barbero de Sevilla’ del gran compositor italiano Gioacchino Rossini (1792-1868).

La obra fue estrenada en Roma el 20 de febrero de 1816 y una de sus partes más conocidas es la del aria ‘La Calumnia’, que canta Don Basilio, profesor de música, en la Escena VI del acto I.

Esa aria se ha hecho famosa en todo el mundo como descripción de la dinámica de la calumnia y vale la pena citarla toda:

“La calumnia es un vientecillo,/

una brisa muy suave,/

que insensible, sutìl,/

ligera y suavemente,/

comienza a susurrar./

 

Calladita, ras de tierra,/

en voz baja, sibilando,/

va fluyendo, va zumbando,/

en las orejas de la gente/

se introduce hábilmente,/

y las cabezas y los cerebros/

aturde y hace hinchar./

 

Al salir de la boca,/

el clamor va creciendo:/

gana fuerza poco a poco,/

vuela ya de un lugar a otro./

Parece el trueno, la tormenta/

que dentro del bosque/

va silbando, va gruñendo,/

y te deja helado con su horror./

 

Al final desborda y estalla,/

se propaga, se redobla/

y produce una explosión/

como un disparo de cañón,/

un terremoto, una tormenta,/

un alboroto general/

que hace el aire resonar./

 

Y el pobre calumniado,/

queda humillado, pisoteado,/

bajo el azote público” (1).

 

Dicho sea de paso, existe un famoso dicho popular: ‘Pueblo pequeño, infierno grande’. Eso se refiere a que en un pueblo pequeño la gente se conoce y existe mucho cotilleo, y frecuentemente los habitantes se dedican continuamente a hablar sobre la vida privada de las otras personas del pueblo. Por supuesto, frecuentemente hay el riesgo de tergiversaciones y calumnias. Eso no ocurre tanto en ciudades grandes donde un ciudadano puede tener una vida privada que no es conocida por los demás. En el caso de Trujillo (Venezuela), es impresionante cómo muchas personas se dedican continuamente a averiguar la vida de los demás. Adicionalmente, con el internet y las redes sociales, estamos viviendo un verdadero bombardeo de informaciones falsas (‘Fakes’) y nunca sabemos con certeza a qué atenernos para conocer la verdad de lo que estamos viviendo. En efecto, muchos personajes de la vida social y política pueden ser calumniados y nunca sabemos con precisión lo que hay de verdad y falsedad en las informaciones.

Pero volviendo al caso del gran compositor italiano Rossini, el psicólogo estadounidense Eric. A. Plaut (nac. 1927) en su importante obra: ‘Gran Ópera. Espejo de la Mente Occidental’ (1993) hace un análisis psicológico de los principales compositores de ópera y sus obras (2). En el Capítulo 3 analiza el caso de Rossini y sugiere que en esa aria el compositor reflejó su terror patológico a cualquier crítica. En efecto, Rossini alcanzó un gran éxito y podía recibir muchos elogios por sus extraordinarias obras, pero bastaba una sola crítica para que cayera en una crisis depresiva.

No obstante, para comprender mejor los problemas psicológicos de Rossini es menester conocer algunos datos sobre su vida. El padre de Rossini era un músico ambulante que tocaba la trompeta y el cuerno. Continuamente se metía en problemas por deudas y varias veces estuvo en prisión. A los 32 años se casó con Anna Guidarini, que era costurera, y 5 meses después, el 29 de febrero de 1792 nació su único hijo Gioacchino.

Los padres viajaban mucho y frecuentemente dejaban al niño Gioacchino con su abuela y una tía, que se ocupaban poco de él. Esa tía se llamaba Annunziata, era la hermana menor de Anna, y se dedicaba a la prostitución. Según Eric A. Plaut, esa vida desordenada e insegura del niño, probablemente le causó perturbaciones que explican sus problemas psicológicos durante la adultez.

Desde muy niño, Rossini aprendió a tocar instrumentos musicales y tuvo influencias de ópera, pues su madre Anna cantaba en representaciones de algunas obras de la época. Era un niño rebelde y desde los 12 años ya comenzó a demostrar sus notables dotes musicales. Rossini tenía buena presencia física y modales encantadores, y alcanzó mucha fama, pero durante su vida adulta comenzó a sufrir crisis depresivas que se agudizaron progresivamente. En la mencionada ópera, Don Basilio es hipocondríaco y Rossini quizás ya se retrató en ese personaje, porque unos años después, desde que tuvo 40 años hasta su muerte a los 75 años, sufrió de enfermedad que en parte tenía una causa  física real, pero en parte tenía una causa mental. Después de los 37 años nunca más escribió óperas.

Cuando Rossini tenía sus crisis depresivas se quedaba paralizado y ni siquiera podía vestirse. También sufría de un severo insomnio y alternaba entre períodos casi sin comer y períodos en los que comía en exceso. Sus crisis depresivas a veces lo acercaron al suicidio.

Según Eric A. Plaut, el notable compositor italiano pudo haber heredado una predisposición a perturbaciones maníaco-depresivas, que unida a su infancia traumática, le ocasionaron sus problemas posteriores.

Aunque Rossini alcanzó un gran éxito, fama y dinero, siempre tuvo un temor exagerado a la pobreza, y durante sus crisis depresivas sufría alucinaciones en las que se veía a sí mismo viviendo en la más atroz miseria. Cualquier rumor malicioso lo enfermaba, y con el tiempo sus temores se ampliaron a otras cosas. Un amigo suyo murió en un incendio y desde entonces Rossini le tuvo fobia al fuego. En su primer viaje en tren se asustó tanto que nunca más se volvió a montar en uno. Cuando tenía 32 años viajó a Inglaterra, y se alteró tanto que quedó literalmente paralizado durante una semana completa. En general los viajes le desencadenaban crisis depresivas, lo cual según Eric Plaut, quizás se explica porque le recordaban la inestabilidad durante su infancia.

Por otro lado, en esa juventud desordenada, Rossini contrajo gonorrea a los 15 años y eso le afectó el resto de su vida. A los 40 años su gonorrea le ocasionó intensos dolores, y según un informe médico, desde los 44 años ya no pudo tener más vida sexual.

El gran compositor italiano Giuseppe Verdi (1813-1901) consideraba que ‘El Barbero de Sevilla’ era la más bella ‘Ópera Bufa’ (ópera cómica), que se había realizado en toda la historia de la ópera. En verdad, todas las personas que la conocen estarán de acuerdo en que es una ópera extraordinariamente agradable de escuchar, y resulta muy irónico que en una obra tan divertida ya se manifestaran los primeros gérmenes de futuros temores patológicos tan severos.

NOTAS: (1) Tomado de Pag. 964 en ‘The Book of the 101 Opera Librettos. Complete original language texts with english translations’. Edited by Jessica M. MacMurray (1996). Black Dog & Leventhal Publishers. New York. (2) Eric A. Plaut (1993) ‘Grand Opera. Mirror of the Western Mind’. Ivan R. Dee Inc. Chicago USA. Todos los datos sobre la vida de Rossini los he tomado de Pags. 51-67 en esta obra.

 

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