“La mayoría de las familias residenciadas en los sectores populares de toda la región, no escapan a la severa crisis social y económica que nos abate a todos por igual, escenario compaginado por el confinamiento general a causa del repunte del Covid-19 y la falla sistemática de todos los servicios básicos”.
Quien así se expresa, es el dirigente comunitario de Flor de Patria en el municipio Pampán Nelson García, quien reflexiona sobre el impacto negativo que las medidas gubernamentales han aplicado a la ciudadanía, las cuales lejos de mejorar la condición interna en el seno familiar, ha terminado por resquebrajar hasta el sosiego y la tranquilidad como elementos fundamentales para garantizar el bienestar social.
García observa con marcada preocupación, que tras el decreto de la Cuarentena Social ante la amenaza latente del Covid-19, de manera paralela se debió tomar medidas drásticas de compensación, en función de brindar mejor atención a esta nueva “condición” de la ciudadanía, a la cual se ha obligado soportar este calvario de la actualidad, especialmente a un pueblo como el venezolano, acostumbrado a la libertad y el respeto por su libre albedrío.
“Independientemente del mensaje preventivo, de la realidad contundente del Coronavirus y de la necesidad en trabajar unidos para evitar que la pandemia haga estragos en nuestra entidad y se expanda, hay un pueblo que quiere mejores respuestas. No se trata de vulnerar y violentar la norma sanitaria, sino de que el propio gobierno aporte como paliativo una mejora al menos sustancial de la distribución de agua potable, la presencia regular en cada hogar del gas licuado, el cese a los cortes abruptos y prolongados de energía eléctrica y la posibilidad de que el colectivo tenga acceso a los alimentos, medicinas y el trabajo aunque sea controlado; solo de esta manera podemos soportar el encierro por cuarentena”.
¿En qué soporta sus apreciaciones?
Voy a dar como ejemplo algo que me ocurrió a mi mismo en carne propia. Sucede que hasta hace poco estuve hospitalizado por problemas cardiovasculares y bronco-pulmonares. Fui dado de alta y retorné a mi hogar en Flor de Patria; sin embargo el periplo que creí iba a ser para una eventual recuperación de la salud, se ha convertido en una tortura constante, ya que por falta del gas licuado para cocinar, mis vecinos han tenido que apelar a la quema de leña y el uso de las brasas”.
“Por supuesto que la humareda general en mi comunidad es asfixiante y lejos de recuperarme me siento deteriorado cada día que pasa, aunado todo al confinamiento obligado decretado por el Estado Venezolano”-subrayó García.
“La idea es fortalecer los servicios básicos y facilitar el acceso a transporte y alimentos, con el fiel cumplimiento de la norma sanitaria, pero que no se paralice el Estado, porque eso nos llevaría a la peor de las enfermedades, la del colapso del pueblo por hambre y miseria”. Todo el mundo sabe que cocinar con leña evoca costumbres de antaño, tradiciones rurales y sabores culinarios de pueblo humilde, pero por otro lado su práctica es sinónimo de pobreza y de riesgo en la salud, además de deforestación y contaminación ambiental”-agregó.
Casi dos meses sin gas para cocinar
El entrevistado acotó, que en los sectores Calle Nueva, Gran Mariscal de Ayacucho, El Chaíto y Antonio Nicolás Briceño de Flor de Patria, tienen casi dos meses sin recibir los cilindros de gas, ya que las maffias que solo quieren dólares, se lo llevan solo a quienes sacan de sus bolsillos los presuntamente odiados billetitos de color verde, impresos por el “imperio mesmo”.
“No entiendo qué hace Gas Comunal al respecto, porque a diario escuchamos estadísticas emitidas de esa institución donde se asegura que “se entregaron tantos y tantos cilindros”, pero la realidad es que eso se queda en letra muerta, ya que hay un grupito de vivos que hacen negocios redondos con la necesidad del pueblo…Esto hay que corregirlo de inmediato”- sentenció tajante.
Finalizó Nelson García, haciendo un llamado a las autoridades regionales, especialmente al gobernador Rangel Silva, para que actúen enérgicamente para mejorar los servicios básicos en función de quienes están confinados desde hace más de tres meses y por supuesto activar la economía en los lugares donde se respete la norma sanitaria, porque no se puede castigar a “justos por los pecadores”, éstos últimos gente que abusa para que haya repuntes del Covid-19, y por quienes pagamos todos ..¡Eso no debe ser así!