París, 20 feb (EFE).- El Gobierno francés pidió este sábado paciencia a los ciudadanos en un momento en que ya se ha cumplido un mes del toque de queda a partir de las seis de la tarde y en que la subida de las temperaturas hace temer un menor respeto de las reglas.
«No es hora de relajarse. Hemos conseguido evitar un nuevo confinamiento, pero (la situación) es muy frágil. Tenemos que seguir siendo muy disciplinados y solidarios», dijo en el diario Sud Ouest el primer ministro, Jean Castex.
El toque de queda de las seis de la tarde hasta las seis de la mañana está en vigor desde el pasado 16 de enero. Su inicio se adelantó ese día dos horas para intentar ralentizar el avance de la epidemia, pues desde el 15 de diciembre los movimientos estaban limitados a partir las ocho de la tarde.
El cansancio de la población al respecto ha hecho que la etiqueta #CouvreFeu18h00 (#ToqueDeQueda18h00) se haya hecho viral en las últimas horas en Twitter, con una pregunta generalizada: ¿Hasta cuándo?.
El jefe del Ejecutivo lamentó este sábado no poder poner fecha al final de las restricciones, mientras que el presidente, Emmanuel Macron, se dio la víspera entre «ocho o diez días» antes de tomar nuevas decisiones.
Solo en el último día el país registró 24.116 positivos y 328 muertos en hospitales, además de otros 243 fallecidos en asilos y centros de dependencia desde el martes, que elevan a 3,56 millones el número de casos desde el inicio de la epidemia y a 83.964 el de muertes.
El portavoz gubernamental, Gabriel Attal, estimó este viernes que el toque de queda a las seis ha permitido estabilizar la situación sanitaria.
En un intento por seguir incitando a los franceses al respeto de las normas, Macron lanzó ayer un desafío a dos conocidos youtubers en el país, Mcfly y Carlito: les ofreció poder grabar en el Elíseo si el vídeo que hagan incitando al cumplimiento de las restricciones supera los 10 millones de visionados.
Pero la mejora de las temperaturas ha provocado también un enfoque más restrictivo.
En Lyon, en el suroeste, las autoridades han prohibido este sábado de 12 a 18 horas el consumo callejero de alcohol para intentar evitar agrupaciones de gente, mientras la Prefectura de Policía de París ha reforzado el despliegue de sus agentes, con unos 4.000 efectivos en total dedicados a garantizar las reglas sanitarias.
El llamamiento a aligerar la estrategia, no obstante, no proviene solo de los ciudadanos: esta semana, 65 senadores, en su mayoría de centro y de derechas, pidieron al presidente la reapertura de los restaurantes a mediodía y autorizar la venta para llevar después de las seis para quienes tengan un justificante.
Los bares y restaurantes, al igual que los establecimientos culturales, están cerrados desde finales de octubre. «Es algo que me rompe el corazón. (…) Si tomamos esa decisión fue porque nos vimos obligados por la realidad sanitaria», concluyó este sábado el primer ministro.