Bogotá, 22 mar (EFE).- El Gobierno colombiano radicó este miércoles en el Senado colombiano el proyecto de ley de la reforma a las pensiones, que mantiene la edad pensional pero pretende ampliar la cobertura a quienes no tienen derecho a pensión para «dignificar la vida de los adultos y mayores».
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, presentó este proyecto de ley, uno de las propuestas estrellas de su Gobierno, como «una ley para las mujeres», pues la mayoría de personas sin derecho a pensión actualmente son mujeres.
«¿Qué buscamos? La respuesta inicial es queremos que todo adulto mayor, hombre o mujer, pueda tener y gozar de una pensión», concretó el mandatario, que aseguró que «seis de cada diez adultos mayores en Colombia no tienen ningún tipo de pensión ni bono pensional».
Esta reforma tiene «un objetivo social», ya que busca que «paulatinamente toda persona adulta mayor, hombre o mujer, que cumpla sus tiempos de trabajo y su edad tenga una pensión».
La reforma pensional que presenta el Gobierno quiere mantener la edad de pensión en 57 años para las mujeres y 62 para los hombres, pero ampliar el sistema para que todos puedan beneficiarse de recursos incluso sin haber aportado suficiente en salarios, dado que la informalidad laboral en Colombia sigue alrededor del 60 %.
«Darle ese derecho a una persona ya vieja, por su trabajo, por su aporte a la humanidad, darle ese derecho de vivir dignamente es una discusión hermosa», alegó Petro, que destacó que se presenta en un momento en que las pensiones están en el debate mundial, con Francia enfrentando una situación compleja.
DETALLES DE LA REFORMA
Este proyecto, que tiene que pasar cuatro debates en las dos cámaras del Congreso antes de su aprobación, pretende ampliar la renta vitalicia para quienes no han cotizado lo suficiente y un subsidio de 223.800 pesos (unos 47 dólares o 43 euros) para personas «en condición de pobreza extrema y vulnerables», explicó la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, durante el acto de presentación.
La renta vitalicia será para los mayores de 65 años que hayan cotizado entre 150 y 999 semanas, y dependerá de las semanas y el aporte que dé el Estado.
Mientras que para quienes contribuyen las condiciones se mantienen similares, pero fortalecerá el sistema público, Colpensiones, para que el Estado tenga más capacidad de ahorro y de redistribuir los recursos. Por otro lado, cada persona podrá seguir manteniendo sus ahorros voluntarios.
«Con la reforma pensional se propone un cambio estructural hacia un verdadero sistema intergeneracional y compensatorio», aseguró la ministra de Trabajo, quien dijo que habrá una transición entre el sistema antiguo y el nuevo.
Así, se dará «dos años para que las personas que aún les falten menos de 10 años puedan trasladarse al régimen que más le convenga», entre los tres que presenta esta reforma, aseguró Ramírez.
Además de ser una ley para las mujeres, como justificó el presidente, la reforma también contempla reducir 50 semanas a las mujeres por cada hijo o hija criado, como requisito para la pensión.
Se trata de la segunda gran reforma que presenta el Ministerio de Trabajo, después de la laboral radicada la pasada semana, que propone un cambio en el sistema para ampliar los pagos nocturnos y de domingos y festivos, proteger derechos a plataformas digitales y proteger la actividad sindical.
Esta reforma llega al Senado concertada con asociaciones gremiales y trabajadores, por lo que cuenta con amplio respaldo en el entorno, pero queda por determinar si los partidos políticos que componen el Congreso también la avalan.
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