Burgos, 29 may (EFE).- José Ceacero -portavoz del falso obispo Pablo de Rojas, bajo cuya tutela se han puesto las clarisas de Belorado (Burgos) y Orduña (Bizkaia)- ha calificado como «ilegal» que el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, haya asumido el control de los conventos.
En conversación telefónica con EFE, Ceacero ha confirmado que siguen con las clarisas y que no han recibido ninguna comunicación oficial ni requerimiento para abandonar el convento de Belorado, como les ha instado este miércoles Iceta, así como ha dicho que «lo que está haciendo el Arzobispado es ilegal».
Iceta ha insistido este miércoles, en la rueda de prensa convocada para anunciar su nombramiento como ‘comisario pontificio’ con poderes totales sobre los monasterios de Belorado, Orduña y Derio, en que tanto Pablo de Rojas como José Ceacero deben abandonar el cenobio ya que se trata de un recinto católico y ellos no pertenecen a la Iglesia católica.
Las monjas clarisas, que el pasado 13 de mayo anunciaron que abandonaban la Iglesia católica, también prefieren guardar silencio, aunque han asegurado que se encuentran bien.
Poder total sobre los monasterios
La decisión de la comunidad de religiosas de abandonar la Iglesia católica, para pasar a la tutela de la Pía Unión -liderada por Pablo de Rojas, excomulgado en 2019 y fundador de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, ha sido respondida con la apertura de una investigación previa por un posible delito de cisma, que avanza y podría acabar con la excomunión de las monjas, y el nombramiento por parte el Vaticano de Mario Iceta como ‘comisario pontificio’.
El nombramiento otorga plenos poderes a Iceta sobre los tres monasterios en la toma de decisiones tanto administrativas y de vida religiosa como patrimoniales, incluida la representación legal en el ámbito civil, pues sor Isabel ha dejado de ser abadesa una vez expirado su último, y extraordinario mandato, este 29 de mayo.
Iceta ha asegurado este miércoles que mantienen abierta la vía del diálogo, la prioritaria, aunque no tiene por qué ser a través de su persona, con el objetivo de conseguir que las religiosas «reconsideren su decisión», pues de persistir, y con una renuncia expresa y pública, acabarán excomulgadas y expulsadas de la vida consagrada.
El arzobispo, que estará acompañado por una comisión gestora en su nueva responsabilidad, ha indicado que contará con un despacho profesional para administrar los monasterios y sus bienes, en los que no se han detectado indicios ni sospechas de enajenaciones, aunque realizarán una auditoría e inventario.
Y también con despachos profesionales de servicios jurídicos para estar asesorados en materia civil, fiscal y penal. El primer paso, la comunicación a sor Isabel de que ya no es la madre abadesa del monasterio, y que este está bajo el control de un comisario pontificio, se realizó ayer tarde mediante un burofax que esta mañana no había sido respondido aún.
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