El estrés marital, enfocado como un factor de riesgo cardiovascular, ha sido tema de interés mundial desde hace unos 4 o 5 años atrás. El estrés que se vive en las casas con situaciones que pudieran ser tóxicas provocan un efecto cardiovascular. De acuerdo a lo planteado en la literatura médica y en los trabajos internacionales, al estrés económico, político y social, se une el estrés marital, como un factor de riesgo cardiovascular.
De esta manera, Leonardo Ramírez, cardiólogo del Centro Clínico San Cristóbal, explicó en su conferencia de las XXXII Jornadas Científicas del CCSC, aspectos muy interesantes de este tema que concluyen en que, una relación conflictiva de matrimonio o de pareja, es un factor de riesgo más que se une a una larga lista de factores que pueden enfermarnos y ocasionar infartos agudos al miocardio o accidentes cerebrovasculares.
Según dijo, el riesgo cardiovascular puede estar marcado por factores clásicos, algunos no modificables, como el sexo o el género, el hombre tiene mayor riesgo de padecer de infarto, la edad, a medida que envejecemos hay mayor probabilidad de enfermar del corazón, así como la raza negra y los hispánicos tienen mayores riesgos de enfermedad cardiovascular.
“Entre los factores de riesgo cardiovascular también están los modificables donde se incluyen la hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo, el sedentarismo, la obesidad y el estrés sicosocial, el cual, se ha unido a estos factores desde hace unos años y hay evidencias suficientes para pensar que igualmente nos pueden enfermar del corazón”, indicó
Depresión y corazón
Destacó el cardiólogo, que la depresión y el corazón no se llevan bien porque se afectan mutuamente,” es muy frecuente atender en la consulta cardiológica a personas deprimidas, ansiosas, que han sufrido un abandono o por problemas socio-económicos. Son personas que terminan con la presión arterial elevada, con arritmias cardíacas o con eventos cardiovasculares, situaciones que deben atenderse de emergencia”
En el ámbito internacional-agregó- los riesgos y los eventos cardiovasculares han aumentado, pero el tratamiento de estos eventos ha disminuido la mortalidad, es decir, que el efecto de la ciencia médica ha logrado de alguna forma torcer la historia natural de las enfermedades cardiovasculares, disminuyendo un poco la mortalidad, “enfermamos más, pero morimos menos, porque la gente acata las recomendaciones y el efecto de la ciencia médica surte su efecto”
“A nivel local, lamentablemente vemos cada día más personas que, por la situación actual enferman más, se descompensan más y se descontrolan más, no pueden cumplir sus tratamientos médicos como es debido, los pacientes están consumiendo medicamentos que no son los más apropiados, sino los que se adaptan a las circunstancias de cada quien y eso lo estamos viendo en las salas de emergencia y en los consultorios; se enferman porque no están consumiendo sus medicamentos o porque no cumplen las recomendaciones dietéticas, y los ejercicios”, apuntó
No obstante, aseguró que, a pesar de todas las adversidades, es fundamental ser feliz, tratar de buscar la felicidad en las cosas más sencillas, no tanto en lo material, sino en lo más sencillo,” en la familia, la pareja, el bienestar personal, tratar de llenar todos esos vacíos que todos tenemos y que nos llevan a sentir que no valemos mucho o que valemos poco y que nos alejan de la felicidad”
Definitivamente-subrayó- ser feliz es un factor protector del sistema cardiovascular, independientemente de la situación que se esté viviendo. No es fácil que los pacientes y los mismos médicos atiendan a esta recomendación, pero es prioridad que se siga trabajando en eso.
“Es fundamental entender que no se necesita tanto para ser feliz, que la vida es un ratico y que todos tenemos que disfrutar cada día, cada amanecer, cada sol, cada lluvia, cada nube, cada encuentro o desencuentro, disfrutar al máximo para ser feliz”, puntualizó.