Bangkok, 30 jun (EFE).- El edificio que se derrumbó en Bangkok tras el terremoto de magnitud 7,7 con epicentro en Birmania (Myanmar) que tuvo lugar el pasado 28 de marzo presentaba «defectos de construcción y diseño», según resultados de una investigación iniciada por las autoridades tras el incidente conocidos este lunes.
«Los defectos estaban en los métodos de diseño y construcción, especialmente en técnicas de construcción tales como los estándares de ingeniería», informó hoy en su cuenta de X la primera ministra de Tailandia, Paetongtarn Shinawatra, tras una reunión con el comité al frente de una de las investigaciones abiertas para determinar el motivo del desplome, del que forman parte varias universidades y el Departamento de Obra Pública.
Un total de 89 personas fueron halladas sin vida entre los escombros del edificio de más de 30 plantas derrumbado en Bangkok, mientras que los equipos de rescate no pudieron encontrar los cuerpos de otras siete, después de un operativo de búsqueda que concluyó el pasado 10 de mayo.
El edificio, situado cerca del turístico mercado de Chatuchak, pretendía ser la sede del Auditor General de Tailandia y fue el único que colapsó en el país por el terremoto, registrado en la región centro-norte de Birmania, a más de 1.300 kilómetros de distancia de Bangkok.
«En cuanto a las preocupaciones sobre los materiales de construcción, las conclusiones indicaron que las barras de acero y el hormigón cumplían con las normas especificadas», aclaró hoy Shinawatra sobre el edificio desplomado que erigía una empresa conjunta creada por una conocida constructora tailandesa y una constructora estatal china
A mediados de abril, la policía arrestó a un ciudadano chino directivo de la constructora China Railway y a otros tres tailandeses, considerados sospechosos de vulnerar la ley de inversiones extranjeras para poder operar en el país.
Además del derrumbe de este edificio, otras cinco personas perdieron la vida en Bangkok por distintos accidentes vinculados al impacto del terremoto, que también dejó más de 3.700 fallecidos en Birmania.