- Largas colas, reiterados reclamos de particulares y transportistas y caos en general reinan en la mayoría de las estaciones de servicio distribuidas en los 20 municipios de la región, donde los usuarios se quejan de la manipulación, el desorden y el personalismo que alimentan el ya insoportable y deningrante ambiente de humillación general.
Definitivamente que en el estado Trujillo el problema de suministro de gasolina es una falla de “nunca acabar”, ya que lejos de normalizarse tiende a ser más agudo, motivado a la anarquía y el personalismo reinantes en cada Estación de Servicio, donde las colas siguen siendo interminables, se mueven corruptelas y no hay personal idóneo para dirigir la normal distribución del tan necesario combustible.
¿Habrá gasolina hoy?
Todos los conductores, en su mayoría particulares, además de choferes de empresas de suministros y viajeros se hacen la misma pregunta, cuando observan la fila interminable de vehículos junto a cada estación de servicio en Valera, Trujillo y todos los municipios regionales.
El problema se ha convertido en una obsesión nacional en Venezuela, desde que el gobierno impuso un estricto racionamiento por la evidente escasez y paralización de nuestras refinerías, luego la aplicación de la cuarentena por el Covid-19 que encerró aún más a quienes dependen de sus vehículos y que ahora con la llegada de los cargueros iraníes, esa vorágine por conseguir unos pocos litros del combustible lejos de solucionarse sigue igualita .
Es triste observar a la gente pasar días tortuosos, madrugadas frías y noches calurosas pegados en una cola permanente para poder cargar sus vehículos, mientras los responsables del suministro en las estaciones, léase los efectivos de la GNB, Policía Nacional y hasta los propios trabajadores de las estaciones en vez de agilizar las acciones se dan a la tarea de complicar el dantesco panorama.
Se esfumó la esperanza
Varios de los afectados manifestaron que con la llegada de la gasolina iraní, el anuncio de la reactivación de varias refinerías y la promesa del normal funcionamiento de bombas a nivel nacional, hubo mucha esperanza y optimismo, pero con el paso de los días eso no se ha cumplido y al contrario vivimos en carne propia la radicalización y la anarquía, con funcionarios que solo buscan lucrarse a costillas de la necesidad del pueblo: “ Tenemos que buscar dólares si queremos caerle bien a un mal encarado guardia nacional o policía bolivariano corrupto, quienes hacen lo que les da la gana, pasando prioritariamente a cargar quienes pagan más, a sus amigotes y por supuesto familiares, ellos primero que quienes tenemos varios días esperando en la cola, una total falta de respeto y humillación”- dijo muy enfadado el señor Francisco García, residente en el sector Morón de Valera.
Muchos aseguran que la gasolina fue una de las primeras “víctimas” de la pandemia del coronavirus en Venezuela, seguida de la ausencia total del gas licuado, los apagones por fallas del Sistema Eléctrico Nacional, las caídas de señan de Intecable, Directv y la falta permanente de agua potable. Este mal le cayó como “anillo al dedo” al gobierno, porque encerró a un pueblo indignado para que no saliera a protestar por estas falencias y por su incapacidad para dirigir la nación venezolana
“Esto nos ha terminado por agotar de manera muy profunda”- aseveró por su parte el señor Arcadio Umbría, habitante de Flor de Patria, quien agrega que estuvo más de tres meses sin poder ir a la ciudad de Valera, motivado a la ausencia total del transporte público y la negativa de la empresa Bus Trujillo en llevar a particulares a realizar sus compras normales en los centros neurálgicos del comercio.
Antes podías llenar el tanque en cualquier gasolinera de cuaquier municipio un privilegio único en el mundo y al que muchos venezolanos estábamos acostumbrados gracias a la inmensa riqueza petrolera de nuestro país, pero eso se quedó en simples buenos recuerdos”- dijo tajante Umbría.
No se justifica que el país con las mayores reservas probadas de petróleo del planeta, encontrar combustible se haya convertido en una búsqueda desesperada y casi imposible. Basta con pasar por cada estación para observar inmensas colas de motorizados que son humillados para equipar unos pocos litros y a los parculares de vehículos les ocurre lo mismo, ya que de hacer algún reclamo, entonces lo sacan a la fuerza de la cola y de “chiripa” no lo ponen preso.
Mietras el gobierno cacarea los presuntos logros de la normalización, por otro lado la mayoría de la ciudadanía sufre en carne propia esta calamidad que ya se ha hecho cosa de todos los días…¿ Quién le pondrá por fin el cascabel al gato?.
Gabriel Montenegro
Gráficas Onésimo Caracas.