El Viernes de Dolores es la representación de los hechos que marcaron la historia, en el llanto incesable del corazón de una madre sin consuelo. “No es fácil para una madre ver morir a un hijo y mucho menos verlo sufrir”. Dolor que tuvo que pasar la Virgen María al presenciar los latigazos que le quitaban el aliento a Jesús al agonizar lentamente al paso de cada clavo al ser crucificado.
En antesala
La conmemoración del Viernes de Dolores da pie al inicio de la Semana Santa, un viernes antes del Domingo de Ramos. Correspondiente a la última semana de Cuaresma, conocida por la religión cristiana como la Semana de Pasión. En el que se da paso a la oración, al arrepentimiento de los pecados y a la misericordia de Jesucristo.
Esta festividad nace a raíz del sufrimiento de la Madre de Cristo durante la Semana Mayor. Durante esta temporada la Iglesia Católica destaca su fervor religioso tomando el día de ayuno y abstinencia del consumo de carnes rojas, en honor a la Señora de los Dolores.
Madres reflejadas en el dolor de María
En la actualidad, aunque los tiempos han cambiado, madres trujillanas comparten el dolor de María al perder un hijo fuera del alcance de sus brazos. En las calles entre bombas, piedras y la guerra del siglo XXI, en las llamadas “guarimbas”, donde han tenido que ver a sus retoños dejar de respirar. Y muchas otras, sufren entre un adiós que no se sabe si será hasta pronto, al tener que soltarlos para que comiencen en nuevas fronteras, a causa de la crisis e inseguridad que vive el país.
Esperanza en tiempo de pascua
Sin embargo, el padre y Vicario de la iglesia Catedral del estado Trujillo, Gerardo Peña, piensa que la situación que se vive en Venezuela, ha motivado a refugiarse en Dios, en su misericordia “la pastoral escucha” destacó.
También afirmó que “la escasez Dios la multiplica”. Frase que enfatizó para llamar a la reflexión en los Días Santos. A su juicio, la fe sigue aumentando en cada feligrés que recuerda el dolor de María por medio del Viernes de Dolores.
En el que se solemniza a la Dolorosa en un pequeño viacrucis, que posteriormente es acompañado por la sagrada eucaristía, finalizando con una procesión en su honor. (María Fernanda Cabrera)
Los feligreses dicen: