Entre los años de 1942 y 45, don Jacobo Araujo construyó una piscina olímpica, si se quiere, en su granja, ubicada arriba de Las Acacias, en la salida de la ciudad hacia Mendoza, donde hoy queda una venta de vehículos nipona.
Tenía un trampolín de 4 metros de altura, de 20 X 40 metros, con una profundidad de 3 metros, además había una restaurant, donde los valeranos asistían los días sábado y domingo, para disfrutar de un fin de semana familiar.
Los precios para disfrutar del baño en la alberca eran de dos bolívares para los niños y adolescentes y 4 bolívares para los adultos. Los protagonistas de estas veladas recreativas, eran dos personas oriundas del estado Falcón, los recordados Germán “Tarzán” Hernández (por su parecido con el legendario nadador estadounidense Johnny Weismuller, quien inmortalizó al “hombre de la selva” en el cinemascope) y el doctor Rubén Joncker, quien había venido a Valera, como responsable del Servicio de Sanidad.
Lo cierto era que entre ambos existía una rivalidad deportiva, ambos eran excelentes nadadores y cada fin de semana, rivalizaban en la piscina. Los valeranos disfrutaban atónitos las destrezas de estos dos “tiburones” humanos que hacían honor al lema, “como pez en el agua”. Además, que las féminas locales les demostraban gran admiración. También destacaba un nadador local, Pedro Muñoz.
Un fatídico hecho acabó con ese entretenimiento. Arnoldo Briceño, “Nolo” llamado así cariñosamente, un joven de 20 años, hijo de Guillermo Briceño Henríquez se convirtió en la primera víctima fatal de esta piscina, quien murió ahogado. Pedro Muñoz lo sacó ya sin vida. Este hecho vino a causar profunda consternación entre los valeranos de esa época. Luego don Jacobo Araujo decidió rentar el local a Pancho García.
Ya finalizando el año 1945, un grupo de trujillanos y valeranos, de tendencia lopecista-medinista se alzaron contra el gobierno revolucionario de la Junta de Gobierno que había depuesto el jueves 18 de octubre de 1945, al general Isaías Medina Angarita, del Palacio de Miraflores.
En la zona baja se habían alzado Carlos Baptista, Manuel Parilli, Francisco “Chico” Peña, los Arjona, en Jajó, el General Juan Araujo se había atrincherado. Luego vino el ejército y “peinó” las montañas de Jajó e incluso Rómulo Betancourt ordenó el bombardeo de la zona, si el General Araujo, pariente lejano, no deponía su actitud de desconocer el gobierno nacional recién constituido. Los complotados fueron detenidos y duraron seis meses en prisión. El presidente del estado depuesto fue Numa Quevedo, quien había sido Ministro de Comunicaciones de Medina Angarita, este destacado político trujillano se va al exilio por 13 años. Mientras tanto, en las montañas cercanas a Jajó quedó el recuerdo del día de que fueron bombardeas por la Fuerza Aérea para lograr la rendición de los alzados. Cosas de la historia reciente de nuestro país.
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