Un cambio necesario dentro del poder judicial venezolano, es crear más tribunales en municipios distantes de las capitales para descentralizar muchos procesos e implementar el derecho digital o telemático
Karley Durán. CNP: 23.921
Este lunes 23 de junio, Venezuela conmemora el Día del Abogado, una fecha que honra la labor de quienes ejercen una profesión fundamental para la defensa del Estado de Derecho y los derechos de los ciudadanos. Un día en el que además se recuerda el natalicio de Cristóbal Mendoza, trujillano ejemplar, jurista destacado, historiador, político y primer presidente de Venezuela como República.
“En la actualidad, tanto a nivel nacional, como en el estado Trujillo, esta celebración cobra especial importancia ante la crucial tarea de garantizar el acceso a la justicia y el debido proceso, además, se enfatiza la necesidad de una ética y responsabilidad profesional impecable, adaptándose a las nuevas tecnologías sin perder de vista los principios fundamentales de la abogacía”, indica la abogada Arelys Hernández, magister scientiae en derecho procesal penal.
Desafíos y realidades
Para el también abogado trujillano Roberto Contreras, «el derecho como ciencia social es adaptable a la sociedad. Es un derecho perfectible que busca ajustarse a los cambios sociales, económicos y políticos. Sin embargo, uno de los problemas actuales tanto para los abogados cómo para los justiciables, es la demora en los procesos o resoluciones judiciales, que significan desgastes para ambas partes, personal, económica y de tiempo. «Influyen factores como colapso de agenda de los tribunales, disponibilidad de juzgados y muchas causas presentadas».
*En Trujillo, particularmente, existe una centralidad del poder judicial en la capital, esto hace que a los abogados y en si, a los ciudadanos de otros municipios, se les dificulte hacer trámites oportunos en Tribunales de Primera Instancia, de especialidad, superiores y cortes de apelaciones*. “El tiempo para ir de Boconó a Trujillo, por ejemplo, es de tres horas ida y vuelta aproximadamente, por eso es que hemos luchado por un circuito judicial penal en Boconó, aunque también necesitamos un tribunal de protección en materia de niños, agrario y uno civil de primera instancia”, sugiere Contreras.
Cambios necesarios en la justicia venezolana
Un cambio necesario dentro del poder judicial, agrega el abogado Roberto Contreras, sería crear más tribunales en municipios distantes de las capitales e implementar el derecho digital o telemático, que sí se ha desarrollado últimamente con audiencias digitales, así como el derecho por vía telemática, realidad que funciona muy bien en países como España, Alemania y Colombia. Hacerlo en Venezuela sería tener una justicia rápida, expedita, accesible y del futuro porque nuestra interacción social es cada día más digital.
La abogada Arelys Hernández, coincide con Contreras en la necesidad de reformas de leyes, formación continua y modernización de sistemas digitales para evitar dilaciones en el proceso y así lograr una justicia expedita.
Contexto social y económico en el derecho
El ejercicio del abogado también se ve afectado por la realidad social y económica que se vive en Venezuela, pues muchas veces no se puede hacer la contratación de abogados privados, incluso solo el proceso tardío hace que las personas pierdan la expectativa de ir a un juicio, “aunque para eso los abogados buscamos los medios alternativos y las soluciones de los conflictos sin llegar a un proceso. Hoy día en Venezuela ha habido una actualización en el derecho con el arbitraje comercial; que es una manera en la que las partes someten sus procesos mercantiles o comerciales a árbitros institucionales porque obtienen respuestas rápidas y procesos expeditos”.
Agentes de cambio
“Nosotros debemos actuar como agentes de cambio, del mejoramiento de las relaciones sociales, de las actividades diarias de las personas. Por eso extiendo mis felicitaciones a todos los colegas, a quienes les incentivo a prepararnos cada día más. Es un reto la preparación del abogado, de forma integral: literario y cultural. Debemos entender el trasfondo de la dogmática jurídica, de la doctrina, teorías y principios generales del derecho. No quedarnos en un positivismo seco en lo que dice la norma o la ley. Sigamos trabajando, dándole dignidad a la profesión y majestad en la justicia en todo su ámbito”, finaliza Contreras.
Por su parte, la abogada Arelys Hernández, deja como reflexiones: “recordar siempre el impacto que nuestras acciones tienen en la vida de las personas. Cada caso, grande o pequeño, representa una oportunidad para defender la justicia, proteger derechos y construir un mundo más equitativo”.
“No olvidemos la importancia de la colaboración y el respeto mutuo. Somos una comunidad y, al apoyarnos unos a otros, fortalecemos la profesión en su conjunto. Mantengámonos actualizados con los cambios legislativos y tecnológicos, y nunca dejemos de aprender. La adaptabilidad es clave en un entorno legal en constante evolución. Y sobre todo, practiquemos la empatía: nuestros clientes confían en nosotros en momentos de vulnerabilidad”.
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