Islamabad, 31 may (EFE).- El deshielo del tercer polo, el mayor depósito de agua congelada tras los polos norte y sur por efecto de la crisis climática, amenaza los más de 7.000 glaciares que alberga Pakistán y pone en peligro a millones de personas que observan cómo la magnitud y la frecuencia de las inundaciones aumenta.
Pakistán posee una de las mayores cantidades de hielo glaciar del mundo fuera de las regiones polares, concentrado principalmente en las provincias septentrionales, donde convergen grandes cordilleras como el Hindu Kush, los Himalayas y el Karakorum, todas ellas parte del conocido popularmente como tercer polo de la Tierra.
Pero el rápido aumento de las temperaturas propiciado por el calentamiento global no hace más que reducir su tamaño, derritiendo los glaciares, y formando nuevos lagos glaciares que en un futuro podrían desbordarse.
Según el Departamento Meteorológico de Pakistán, el país alberga ya 3.044 lagos de esta naturaleza, de los cuales 33 son propensos a provocar severas inundaciones que afectarían a más de 7 millones de personas.
CATÁSTROFE CLIMÁTICA
Pese a que el desborde de los lagos glaciares suceden de forma natural, el reciente incremento en su magnitud y su frecuencia ha llamado la atención en esta nación del sur de Asia.
«El derretimiento de los glaciares es una catástrofe climática a la que nos enfrentamos en este momento», admitió a Efe la ministra de Cambio Climático de Pakistán, Sherry Rehman.
Un desafío que «no es un peligro del futuro, es de hoy», continuó, pidiendo que el resto de países colaboren con Pakistán para reducir los efectos que la crisis climática tiene en su territorio.
Aunque la contribución de Pakistán a las emisiones globales es inferior al 1 %, se encuentra entre los diez países más vulnerables al cambio climático.
La última de estas inundaciones tuvo lugar hace escasas semanas, cuando un lago glaciar se desbordó y arrasó en cuestión de horas con más de una docena de casas, un puente y numerosas propiedades en el valle de Hunza, próximo al Karakorum.
«Solo tenía una casa que fue arrastrada por la inundación», dijo a Efe una de las víctimas de la inundación. Gulraiz Khan, indicando que su familia y él valoran abandonar la región de forma permanente ante el peligro persistente de inundaciones similares en el futuro.
Su caso no es el único. Un estudio publicado en 2019 por el Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas (ICIMOD, en inglés) reveló que al menos un tercio de los glaciares en las cordilleras del Hindu Kush y los Himalayas están condenados a derretirse, afectando a millones de personas en varios países del sur de Asia.
Un riesgo del que también advierten los expertos paquistaníes, quienes reclaman a las autoridades más medidas prácticas para salvar los glaciares y proteger a la población de las consecuencias del cambio climático.
De hecho, el Departamento Meteorológico de Pakistán advirtió que el pasado mes de marzo fue el más caluroso en los últimos 61 años, registrándose una temperatura máxima media de 30,9 grados, cinco grados por encima de lo habitual.
FORMAR NUEVOS GLACIARES
Una de las voces que reclaman más protección para los glaciares es la del director y experto en clima de la Universidad de Baltistán, Zakir Hussain, quien afirma que la región septentrional de «Gilgit-Baltistán, que también es conocida como el tercer polo por sus glaciares, es la más afectada por el cambio climático en Pakistán y nadie le presta atención».
Más allá de atajar el incremento de las temperaturas, Hussain propone la formación artificial de nuevos glaciares, una técnica ya empleada por las comunidades locales con el objetivo de crear pequeñas masas de hielo de las que poder obtener agua para los cultivos.
El experto explica que los lugareños llevan varios siglos celebrando estas «bodas de glaciares», donde trasladan un trozo de dos glaciares a una cueva o pozo profundo de una montaña, donde los unen y los cubren con barro y piedras, tras lo que nacerá un nuevo glaciar después de diez o doce años.
Y es que las comunidades locales consideran que estas gigantescas masas de hielo son seres vivos, e incluso distinguen entre hombres -aquellos de color gris y con muchos desechos- y mujeres -de color blanco o azul brillante-, continúa Hussain.
El desarrollo de este método resultaría clave para un país que sufre de escasez de agua como Pakistán, ya que los glaciares son una fuente principal de agua para los ríos, como es el caso del Indo, de cuyo caudal dependen 220 millones de personas desde su nacimiento en la meseta tibetana hasta su desembocadura en el mar Arábigo.
«Cuando hablamos de cuidar los glaciares, la gente se ríe porque piensa que los glaciares no están vivos y no pueden dar a luz, pero lo hacen y necesitan cuidados como un niño», sentencia Hussain.
Amjad Ali