La estrategia del Desarrollo Humano sostenible local es un instrumento para combatir la pobreza y elevar las posibilidades de vida en nuestros países latinoamericanos. Sobre todo en aquellos donde las tiranías violadoras de los derechos humanos se han estacionado, tipo Nicaragua, Cuba y Venezuela. Encontramos así un sustento teórico y programático para que desde lo cotidiano elevemos la incidencia de los ciudadanos en lograr mejores condiciones de avance social, político y económico, entre otras palabras y en el caso específico venezolano, recuperar la calidad de vida, desaparecida en este error histórico denominado socialismo del siglo XXI.
Es un concepto que se entiende como la lucha popular para ampliar la gama de opciones de las personas, brindándoles mayores oportunidades de educación, atención médica, empleo e ingresos, abarcando el aspecto total del empoderamiento propio, desde su comunidad y desde lo que el papa Francisco llama Nuestra casa común. La ecuación Desarrollo Humano, calidad de vida y superación de la pobreza, tiene en la democracia, en el respeto a las garantías constitucionales como contrato de convivencia social, en las libertades económicas, los derechos humanos, las libertades económicas y en el respeto a la constitucionalidad como norma de la relación entre pueblo y Estado su punto de partida y su vigencia en el tiempo.
La opción a la vida siempre es en democracia, el gobierno de las leyes por encima del gobierno de los hombres. En los diferentes informes anuales del PNUD, se orienta a tratar estos temas, como la necesidad de adoptar una concepción integral sobre este proceso socioeconómico que vive la mayoría de los pueblos latinoamericanos y que ha aumentado ante el estrepitoso fracaso de la los gobiernos de la llamada izquierda corrupta y militarista, los cuales han venido siendo derrotados por sus pueblos.
Tomando en consideración estas premisas políticas que nos hablan de vivir en democracia y tolerancia para poder conquistar caminos que eleven la denominada calidad de vida y el encuentro social, lo que ocurre en Venezuela es propio del comportamiento de la elite militar cívico que ha llevado al país a la total ruina en un mar de desigualdad, carencias, éxodo, inseguridad, corrupción y hambruna desatada.
Desde la perspectiva del concepto de Desarrollo Humano sostenible Local, la pobreza no es solamente la falta de ingreso particular, ni un estado personal, es un proceso de mayores complejidades que abarca relaciones en lo social, en lo político y en lo económico, igualmente los pobres no son vistos, en este concepto, como victimas pasivas, sino protagonistas en la búsqueda de la superación de dicho proceso. En Venezuela el tema del desarrollo regional y local adquirió una mayor importancia a raíz de las reformas político-territoriales de la Descentralización iniciadas en 1989. El PNUD inició en 1999 la validación de una estrategia para el Desarrollo Humano Sostenible Local (DHSL) que se extendió por cuatro años a 22 municipios de Venezuela. Esta estrategia dio como resultado la producción de un conjunto de orientaciones conceptuales y de herramientas metodológicas dirigidas a facilitar la puesta en marcha del DHSL. Herramientas que en muchos casos duermen el sueño del olvido centralizador que el régimen autocrático actual le dio.
La estrategia del DHL constituye una forma sistemática de intervenir en las comunidades más vulnerables con una narrativa que amplié las oportunidades de las personas mediante la capacitación y la organización para el desarrollo local, fomentando simultáneamente la concertación de los diversos agentes de desarrollo para el aprovechamiento de las fortalezas de condiciones sociales, culturales, económicas, ambientales y políticas de las regiones federales o estados.
El plan país presentado por el presidente Juan Gerardo Guaido y la Asamblea Nacional así lo establece. Ahora, esto será solo posible si existe un gobierno de pluralidad, respeto y que haga valer la constitución y que institucionalicé el país, es decir un gobierno de transición. Nuestra Carta Magna cuenta con varios mecanismos que facultan al pueblo a tener la última palabra frente a situaciones como la que padece la república. Pero no nos encontramos en una democracia funcional sino en una autocracia arbitraria y militarista. Por eso, en la actual realidad de Venezuela, la activación y éxito de tales mecanismos constitucionales para resolver la crisis sólo podrá lograrse si los ciudadanos participamos activamente en el reclamo diario contra esta ineficaz usurpación, nadie puede pretender que otros hagan nuestro trabajo, somos los ciudadanos del país, los que haciendo valer nuestros derechos podemos acelerar y concretar los cambios que urgentemente necesitamos.
El desarrollo local tiene entre sus valores la participación política consciente y consecuente de todos los que somos parte del Estado, el cese a la usurpación, la transición y unas elecciones verdaderamente limpias y transparentes son un sentimiento nacional ante la tragedia de hambre, miseria y emergencia humanitaria que vive la república. Si hay opciones, el protagonismo y el poder de decisión está en cada uno de nosotros, esto es fundamental. A la tiranía solo le queda el miedo, la represión, el dinero robado y la violencia, a los venezolanos nos queda el futuro.
@LeoMontilla