“El Delivery Loco” un migrante venezolano que hace sonreír y bailar a los argentinos

Jorge Luis Rodríguez es un actor y productor venezolano que migró de su país a trabajar como vendedor de golosinas, delivery y cualquier oficio que le permitiera ganarse la vida honradamente. Actualmente es delivery en Argentina y a sus entregas les añade un elemento llamativo: la música y el baile

Jorge entrega sus pedidos bailando, y ahora los clientes se suman a los bailes. Capture Delivery Loco

Trabajar con alegría, sorprendiendo y haciendo sonreír a los demás, es lo que hace el “Delivery Loco” en Buenos Aires – Belgrano, Argentina. Un venezolano, especialista en actuación y producción, que dejó su país buscando nuevas oportunidades y encontró en su trabajo de servicio de entregas la opción de adaptar a su nueva forma de vida lo que tanto le gusta.

Jorge Luis Rodríguez es de San Martín, Caracas- Venezuela. Salió de su país natal hace cuatro años y dos meses en búsqueda de mejores oportunidades, pues aunque se desempeñó en diversos canales de televisión de la nación sudamericana, el cambio sustancial de vida lo llevó a migrar, al igual que a más de 6 millones de venezolanos.

En video llamada con Diario de Los Andes, y portando una franela de “La Vinotinto”, equipo venezolano de fútbol, Jorge mostró desde el principio su gran sonrisa y la emoción de estar conversando con un medio venezolano. Se autodefine como un loco, soñador y realista

 

Jorge Luis Rodríguez es de San Martín, Caracas- Venezuela. Salió de su país natal hace cuatro años y dos meses en búsqueda de mejores oportunidades. Foto Captura video llamada Diario de Los Andes

“Me dedicaba al teatro, soy actor- productor, trabajaba en Teatrex El Bosque como tramoya, también trabajé en Tves como supervisor escenográfico y arte, y quedé desempleado, las cosas y los proyectos comenzaron a decaer y llegué a un momento en que dije: ‘no estoy haciendo nada’ y es cuando tomé la decisión de salir”.

Se fue por tierra, por la frontera colombo – venezolana, desde donde se trasladó en autobús hasta Perú, allí vivió dos años, y posteriormente salió hacia Argentina (por tierra) donde tiene dos años y dos meses laborando como delivery.

“La primera opción que tenía era hacer delivery, ya sabía que iba a llegar a trabajar de esa manera y la verdad excelente, en comparación a lo que me ha tocado hacer en otros países, por ejemplo en Perú fui vendedor ambulante,  vendí golosinas en los microbuses, y bueno ya cuando venía para Argentina sabía que iba a ser repartidor y es una actividad muchísimo mejor. La verdad no me quejo, excelente”.

Jorge siempre tuvo la idea de llegar a Argentina inspirado por el apoyo al arte, pero como el presupuesto no le alcanzaba decidió quedarse en Perú para trabajar y reunir. Mientras laboró como vendedor ambulante siempre quiso hacer algo diferente, dejando un mensaje.

“Así como estoy haciendo ahora, que al hacer una entrega le ponemos un poquito de ritmo, un poquito de música, alegría, sabor. En Perú me presentaba como el artista que me considero, daba mis redes sociales, le pedía a las personas que si tenían algún contacto con una productora, algún conocido que me pudiera ser de utilidad me escribieran a través de las redes sociales”.

En una oportunidad una joven se bajó del bus en la Universidad Católica San Miguel, y le pidió el número telefónico, posteriormente le envió varios contactos de productoras. Jorge empezó a escribirles, muchos lo dejaron en visto, otros por tratarse de un venezolano le cerraron las puertas, y unos más se interesaron en él por precisamente ser venezolano, y así finalmente lo llamaron para ser extra en la novela “Ojitos Hechiceros”.

Después participó en unas continuaciones, para la segunda parte de esa misma serie; grabó para otra serie más e hizo comerciales para Movistar, para la Videna, que eran los juegos Panamericanos, e hizo una escenografía para una obra teatral presentada en el teatro “Federico García Lorca”, justo en la calle donde trabaja vendiendo golosinas.

 

Jorge Rodríguez se autodefine como un loco, soñador y realista. Foto: Carlos Eduardo Ramírez

“La verdad no me quejo, siento que me fue muy bien y digo esto porque hay personas que quizás no tengan el trabajo deseado y pensarán que en muchas oportunidades no van a conseguir nada haciendo lo que están haciendo, pero en ese momento me di cuenta que estaba errado, a veces donde pensamos que no hay oportunidades es donde más abundan y simplemente no estamos atentos a lo que nos rodea. Yo me montaba en un microbús vendiendo golosinas y me presentaba como el artista que soy y de esa manera conseguí entrar a la televisión peruana”.

En Perú también trabajó en restaurantes, como personal de mantenimiento, en un hotel, en todo lo que pudo, y así como muchos lo trataron bien, otros no tanto. Durante este tiempo conoció la xenofobia, aunque dejó allá grandes amigos. Entiende que hay venezolanos que no han obrado bien, y que este es el principal motivo de los señalamientos y los temores, pues a través de los noticieros comenzaron a aparecer notas negativas. En Argentina no ha tenido estos problemas de este tipo. “En Argentina se contentan, no sé por qué pero les agradan muchísimo los venezolanos”.

 

“El Delivery Loco”

Jorge dejó un tiempo el delivery y trabajó en Argentina para una empresa de parapentes creando contenido. En octubre de 2020 había muchas ráfagas de viento y no se podía volar, por lo que pasó mes y medio sin generar ingresos, y decidió regresar al delivery, pero ahora con creatividad.

“Me dije, si creaba contenido para otras personas por un pago bajo, voy a empezar a hacer contenido para mí. Inicié con un personaje femenino haciendo comedias, y un día vi un video en las redes que estaba muy vilarizado de un chico que se colocaba una falda y bailaba en distinto lugares, y la gente lo retaba, y me gustó… para ese entonces estaba con una chica Argentina y le digo que quiero hacer un video haciendo una entrega con esa misma tendencia. Lo hicimos, lo hice de forma que no se viera real, que era creado, y empezaron a retarme que lo hiciera en serio, a los clientes”.

 

Bailando durante sus entregas el «Delivery Loco» tiene 600.000 seguidores en instagram. Capture

Al día siguiente lo hizo en directo y fue cuando nació el “Delivery Loco”. El “Loco” de delivery sale de “Loco Video Loco”, un programa venezolano, y aunque no es bailarín, ya tiene más de un año en esta práctica.

Ese primer día y hasta la fecha siente en cada entrega temor, adrenalina, pero al mismo tiempo lo acompaña una energía que lo impulsa a hacerlo bien. “Lo que aprendí en el teatro fue eso: el día que no sientas ese miedo, ese sustico, no va a salir bien, te lo aseguro”.

Ya ha grabado unos 500 videos de sus bailes en los delivery, y continúa sintiendo nervios, tanto así que sus manos le tiemblan al finalizar. Hasta el momento no ha tenido problemas, ningún cliente se ha molestado, y cree que se debe a que no todos reciben al Delivery Loco, es decir, los selecciona de acuerdo a la energía del momento.

“Primero veo el nombre. El nombre me dice algo, aunque no lo crean. Cuando toco el timbre y escucho el tono de voz, en la forma que contesta también me dice muchas cosas. Ya tengo todo preparado  y cuando el cliente sale que coloco la música, hago ciertos movimientos y veo si el cuerpo de esa persona me habla, si las facciones hablan. Lo más que pasa es como que la persona se queda sin entender, y ahora las personas me ven bailando y se están uniendo, creo que a la gente le gusta mucho”.

Hasta el momento no le han llegado nuevas ofertas de trabajo, pero le preocupa que en algún momento no pueda hacer delivery y su público se quede sin este personaje. Su sueño es evolucionar en cuanto a trabajo, pero manteniendo su personaje.

La interacción en las redes sociales ha sido su complemento, tanto que cuenta con 600.000 seguidores que lo animan a bailar en cada delivery. “Muchas personas me dicen que les hago el día, que les subo el ánimo, que esa es la actitud con la que uno tiene que hacer las cosas. En principio esa es mi intención y más en este tiempo cuando estamos acostumbrados a cargar un barbijo (tapaboca) y se les olvida sonreír”.

Jorge en entrevista con Diario de Los Andes. Foto: Carlos Eduardo Ramírez

“Estoy con Dios”

Jorge “el Delivery loco” no tiene familia en Argentina, todos se quedaron en Venezuela y tiene cuatro años y dos meses viéndolos tan solo por video llamada. Tiene familia en Perú, en Ecuador y en Brasil.

Sus padres no viven, por lo que queda su hermano y sobrino, y aunque lo extrañan le dicen que no regrese al país. “Que me extrañan muchísimo, pero que no me devuelva porque está difícil, y la verdad ya no me veo volviendo a Venezuela a vivir. Sí a visitar, a disfrutar de la familia, pero ya vivir, no es que me acostumbre, pero ya me siento diferente estando afuera. Uno sana la mente, esas costumbres en las que uno cae sin querer. Uno se resiste a caer al vacío, pero la sociedad que viene detrás de uno te va empujando y sin darte cuenta caes, terminas contaminado también con tantas cosas que pasan, el corre corre, tengo que revender esto para pagar esto. Yo vendía ciertas cositas en Venezuela que si para pagar el taller, que si para la casa, que si para el pasaje, guardaba un poco para comer, una zozobra que no quisiera volver a vivir”.

Reconoce que “estar afuera es como tener una vida prestada” porque ya no se trabaja en lo que gusta, el ciudadano se hace más fuerte, no piensa igual, cambia la rutina, el ambiente, el clima, todo; pero a pesar de ello cree que al venezolano que no ha salido de su tierra le hace falta sanar, querer a los demás y dejar a un lado la viveza criolla.

Aunque sueña con trabajar en su área de formación, Jorge no quiere abandonar al Delivery Loco. Captura

 

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