Cuando celebramos el Día del Cronista en Venezuela, digno es destacar con justicia a estos protagonistas de la referencia histórica; a estos personajes que narran todo lo acontecido, recordando los detalles y fechas que enmarcaron esos momentos estelares, para bien o para mal, pero al fin y al cabo la historia escrita que queda como referencia de un presente y pasado vivido por quienes nos veamos de manera ineludible involucrados en la misma burbuja de los tiempos.
La microhistoria como puntal del conocimiento
Existen varios tipos de cronistas, quienes como su nombre lo indica, definen los detalles cronológicos de acontecimientos que dejan huella e impacto para que no olvidemos los hechos y personajes que repercuten en el desarrollo de los pueblos, de una forma directa, coloquial y sencilla, partiendo también de nuestro proceso de evolución social en general, esencialmente comunitario.
El Cronista popular es todo lo contrario al formalismo establecido; su trabajo se basa en contar anécdotas, pasajes y situaciones, que aunque la mayoría de las veces no son relevantes para enmarcarlas o definirlas como «históricas», si nos identifican como pueblo diáfano, costumbrista, apegado a su identidad propia.
Alfredo Matheus es un hombre que desde muy joven se ha dado a la tarea de contar con su particular estilo humorístico, leyendas y personajes de esa microhistoria de la que habla el eximio Alexis Berrios Berrios, quien explica que ‘el rumor de la esquina, la murmuración en los barrios y la cantaleta popular representan una forma de hacer crónica sin mucho aspaviento técnico».
Alfredo se autodefine como una persona sin complejos; le encanta participar en eventos culturales y en todo hecho donde destaquen nuestros más claros valores culturales, educativos y religiosos. Es un hombre sencillo y diáfano, amante acérrimo del arraigo trujillano y nunca pasó por su mente dejar la tierra que lo vio nacer para ir a buscar mejores derroteros.
No en balde sus padres han sido de profunda fe y respeto a la religiosidad, con la honra de contar con un papá considerado uno de los mejores «rezanderos» de Trujillo y Venezuela entera.
Alfredo Matheus cuenta sus historias de una manera muy peculiar, resaltando la importancia y trascendencia de cada personaje, sin la rigurosidad gramatical de los literatos, sino con una jocosidad muy especial que nos llama a buscar sus narrativas con vehemencia. Es sin dudas un Cronista Popular nato. Actualmente junto a la a también cronista y escritora Thaís Huz fomentan la campaña para el rescate y reinicio de la Federación Regional de Centros Culturales, idea magnífica para todos.
Trujillo privilegiado en cronistas del colectivo
Por cierto, que digno es traer a la palestra a otros Insignes escribanos populares que ya no están con nosotros, como el recordado Arnoldo Bolívar, quien dentro de su trabajo investigativo personal, logró plasmar la vida y obra ( además de otros personajes), de hombres como los prelados Miguel Antonio Mejía y José Humberto Contreras, planificadores de avanzada en la Valera pujante que se enrumbaba a su urbanidad definitiva.
Al igual que Arnoldo, otro narrador de momentos inolvidables fue el cultor Silvestre Segovia, quien a su vez, además de echarnos aquellos cuentos buenos que nos alegraba el momento, era una especie de cartelera informativa ambulante, siempre destacando eventos de espectáculo bueno, como teatro, exposiciones de pintura, escultura, títeres y actividades de tipo gremial y artísticas, mayormente en nuestro Ateneo de Valera.
El deporte como la referencia de Andrés
Quizás el más archiconocido de los cronistas populares de Valera es Andrés Ocanto, quien no solo se ha dado a la tarea de recopilar una importante cantidad de fotografías en las que se observa muchos de los momentos y pasajes que han marcado la actuación de nuestras leyendas en todas las disciplinas deportivas y también personajes de la política trujillana a través de los tiempos.
Andrés se confiesa un Cronista nato, «pateador» de calles; un hurgador de acontecimientos de nuestro pasado para darlos a conocer a las presentes y futuras generaciones.
Su revista «El Baúl de Andrés Ocanto», y sus columnas de historia, ha servido como elemento de consulta para que los jóvenes estudiantes de liceos y universidades se nutran de muchos eventos y personajes que la mayoría ignora, pero que igual son importantes para estar actualizados con esa historia menuda de la que hablamos.
-» Mi principal inspiración fue una querida amiga, muy ligada a la familia, quien un día viendo mi interés por conocer cosas de nuestro pasado local, me sugirió que escribiera esos acontecimientos. Hice la prueba y aquí me tienen …..muchos años después, todavía ando echando vainas y recordando a nuestros hombres y mujeres que han forjado el gentilicio valerano y la trujillanidad en general.
«Quiero expresar mi agradecimiento a los medios de comunicación impresos regionales por la oportunidad de plasmar no solo mi baúl sino referir a muchos de los personajes que no tuvieron la dicha de ser incluidos en las crónicas noticiosas de los principales medios; esos héroes anónimos que mejor complazco en llevar a mis páginas».
Provengo de una familia trabajadora, con profesionales destacados como mi hermano Rigoberto, politólogo, cantante connotado y educador hoy en día convaleciente; en la propia música con el recordado Alirio Ocanto, el maestro del arpa y los tonos venezolanistas, además de otro gran hombre, ligado a la actividad aérea ( Controlador de vuelos y director de aeropuerto), además de atleta de altos kilates, ese fue mi también carnal y fraterno Marín Ocanto, fallecido en plenitud de su vida. Ramón, mi otro hermano, es también gran conversador y personaje de muchas buenas historias.
Proyecto con el gobernador
Recuerda Andrés, que el gobernador Gerardo Márquez, con quien tiene buena amistad es un hombre que ama el ciclismo y es un deportista integral.
«Le he propuesto al gobernador Gerardo, un importante proyecto de desarrollo deportivo e informativo, soportado en rescatar nuestros más caros valores y devolver a Trujillo esos gratos recuerdos de nuestro pasado glorioso.
» Para mí- finaliza Andrés Ocanto- ser cronista de mi pueblo, me ha permitido además, conocer el lado humano de tanta gente buena y solidaria, pero también de muchos que fomentan la falsedad y la hipocresía; con esos no quiero nada».
También recordamos gratamente a Pedro Juárez, Omar Sánchez Delfín, Arévalo González, Armando Ramirez y Gilberto Gómez en Trujillo, el popular » Mercurio» y José Torres en Escuque; Alfredo «Chonga» Márquez en Motatán, el «Piro» Isidro González en Carvajal y tantos otros que escapan a nuestra ya limitada memoria.
Los cronistas populares, continúan siendo punto de referencia de los detalles pueblerinos que nos identifican como sociedad arraigada a nuestro acervo y costumbres propias.
Ellos informan, escriben, recuerdan, comparten, discuten y opinan sobre esa microhistoria, que nos demuestra que es muy importante no dejar pasar desapercibidos muchos detalles de la cotidianidad y anécdotas a los cuales no les damos la significación y sitial debidos, pero que valen su peso en un muy brillante oro histórico; el tesoro de los gratos recuerdos.
Gabriel Montenegro
gabymonti59@gmail.com
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