El crecimiento urbanístico de Valera / Por Jesús Matheus Linares

Sentido de Historia

 

Ya a mediados de 1950, Valera comenzó a transformar su figura urbanística, de ese momento recordamos a dos jóvenes valeranos emprendedores, dedicados al trabajo de la construcción, de los cuales se les debe ese cambio arquitectónico de la ciudad: Elio Raggioli y Carlos Rumbos.

Sin dejar atrás los ingenieros Miguel Madrid y Rafael López –hermano del actor “Pepeto” López-, quienes proyectaron y desarrollaron los dos urbanismos más importantes de comienzos de la democracia en la década de 1960, la Plata Uno (Mirabel) y la Plata Dos (Miranda), que le dieron otro aire a la cuidad que comenzaba a vivir como “dinámica y progresista”. Con la construcción de estas urbanizaciones la democracia se cimentaba en obras tangibles en suelo valerano. Otra forma de vivir era posible.

Elio Raggioli participó en ese tiempo (década de los 50) en la construcción del Teatro Libertad, entre otras obras de envergadura y Rumbos comenzó como administrador del Grupo Grespán, conformado por los hermanos, Juan, Renzo y Pedro Grespán, por allá en 1954, en la construcción del Centro Clínico María Edelmira Araujo.
Rumbos ha sido un preocupado valerano que también forma parte de esa legión de hombres emprendedores que ha contribuido al desarrollo de la ciudad y del estado Trujillo, de origen humilde se dedicó al campo de la construcción inicialmente, contribuyó con la modernidad de Valera, haciendo casas y edificios, entre ellos las Torres del Murachí, en la zona sur de Valera. Luego se dedicó al sector agropecuario y comenzó el sector de Jalisco, cerca de Motatán, donde le dio un gran impulso a la ganadería local, trayendo vacas madres desde Costa Rica, hoy día tiene un fundo en Mene Grande, que sirve de referencia académica en la formación de los profesionales que egresan de la Universidad de Los Andes y de la Universidad del Zulia, donde asisten a estas aulas de observación pecuaria. En el estado Mérida desarrolló la ganadería de altura, en la finca El Pintado, en La Culata.

También debemos destacar la participación del Grupo Muchachos Hermanos Construcciones y la empresa Invoca, que le cambiaron el rostro a la ciudad con la construcción de la principal arteria vial que atraviesa de norte a sur a Valera, la antigua avenida 7 hoy avenida Bolívar. Levantaron centros comerciales como el Invoca, la Torre Unión, urbanizaciones en Carvajal, entre muchas obras que le dan hoy un gran vigor a nuestra ciudad.

El grupo Stefani y Raggioli también ha contribuido notablemente al desarrollo de Valera, con obras como el Polideportivo, el edificio Ferdinando, el edificio “El Cañaveral”, obra diseñada por el arquitecto Reinaldo Parilli. Desarrollos urbanísticos en La Puerta, urbanización “Valle Verde” y la ampliación del Hotel Guadalupe, por solo nombrar algunas.

En los años 1980 destaca Fernández Galán, junto al “Chino” Andrade y Leopoldo Linares, quienes harán edificios y también van a modernizar parte de la gran Valera, pero Fernández Galán además realizará el regalo arquitectónico de Las Acacias, que lo constituye hoy día el Centro Comercial Plaza, “el mall” de las 7 colinas, donde a diario se dan cita miles de valeranos.

Otro constructor de más reciente data es Benjamín Villegas, quien realizó en lo que era la antigua casa de don Atilio Araujo, y que por muchos años fue la sede del Destacamento de la Guardia Nacional, dos inmensas torres en Las Acacias. Otros constructores en materia de vialidad y momento de tierras, que han contribuido al desarrollo de Valera, han sido las empresas Vinccler de Giácomo Clérico, los hermanos Giardinella y Germán Ramírez.

jmateusli@gmail.com

 

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