El convenio firmado en México: rechazado a vox populi, aunque suponíamos el precio a pagar | Por: Luis A. Villarreal P.

 

Todos, con moderada suspicacia, sabíamos que lograr la reanudación del proceso de Diálogo en México tendría un precio contraproducente. Que nada es gratis, mucho menos un acto de filantropía  y benevolencia por parte del régimen y de la oposición negociante hacia el acogotado pueblo.

Por ello, desborda la sospecha sobre la fracción opositora que negocia y la ONU facilitadora, porque al parecer el interés de los mencionados no ha sido precisamente el de reivindicar los derechos humanos y la ansiada vuelta a la democracia en Venezuela, sino el de apaciguar, neutralizar y resignar el espíritu perentorio que tienen las fuerzas del cambio.

Se sobrentiende que la firma del convenio es parte y producto del pragmatismo sospechoso que deja ver las costuras indeseables del Diálogo; y, lo más preocupante: que las puntadas del equipo opositor en el mismo no parece estrategia sino complacencia a las exigencias del oficialismo cuestionado.

El acuerdo rubricado por el régimen que festeja y la Plataforma Unitaria negociadora que lo ‘justifica’ con insuficientes argumentos, ha encontrado una genuina reacción de rechazo por parte de la ciudadanía que observa y piensa.

El Cuestionado de Miraflores, no se quedó en la celebración de ese ‘acuerdo’ ya formalizado; continuó su ofensiva, expresando:

“Vamos a dialogar porque nosotros queremos unas elecciones libres en Venezuela. Libres de sanciones, libres de medidas coercitivas unilaterales…», acotando además: “Que las quiten todas [las sanciones] para ir a unas elecciones frescas, bonitas, buenas, en el momento en que la Constitución determine y el Consejo Nacional Electoral como órgano rector”.

También aseveró que «las licencias que ha dado el gobierno de Estados Unidos [EE. UU.] para Chevron van en la dirección correcta, pero no son suficientes para lo que exige Venezuela que es el levantamiento de las sanciones».

Mientras tanto, los bloques de gobiernos que no escatimaban ocasión para actuar en función de un cambio para Venezuela, ahora tienden a ablandar sus posiciones. Ejemplo: Josep Borrell, alto representante de la UE en Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, explicó: «Estamos dispuestos a revisar las sanciones impuestas al gobierno de Nicolás Maduro si se avanza en el diálogo».

El legendario Presidente Interino, Juan Guaidó, que no está a la zaga, ha tuiteado para insistir en que «el foco de la Oposición son las elecciones libres, la atención a la emergencia y la democracia». También para aclarar que el presidente cuestionado al ofrecer Elecciones Libres como condición, simplemente reconoce que hasta ahora no se han realizado. Por ello, Guaidó, nos dice: “El dictador revela sus intenciones en México y confiesa lo que hemos denunciado: no hay elecciones libres en Venezuela”. “Lo demás es narrativa para su propaganda”.

Pero, buscando ser aún más explícito, el representante de Miraflores aclaró sus pretensiones: «El gobierno de Venezuela está evaluando ‘con mucha seriedad’ la propuesta del presidente de Colombia, Gustavo Petro, de formar parte nuevamente del Sistema Interamericano de Derechos Humanos».

La Amnistía General, anunciada por Petro, busca anuencia en la oposición partidista negociadora, pero esta ya está acusando al régimen de querer zafarse de los compromisos recién asumidos; emplaza y exige al Cuestionado informar este mes la fecha de la próxima ronda del Diálogo en México.

María Corina Machado, ante el acuerdo ‘formalizado’ en México el 26 del mes pasado, por la calle del medio mostró su aversión al proceso negociador, repreguntando y  dando respuestas tajantes:

«¿Qué puede salir de una Mesa de ‘Negociación’, que en la práctica ha sido una mesa de extorsión? Una buena tajada para cada uno de los representados, incluyendo la ONU. ¿Quién representa allí a los venezolanos? Nadie. ¿Qué obtiene la gente? Nada».

La Organización de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio [Veppex], domiciliada en Miami [Florida, EE. UU.],  presidida por José Antonio Colina, cuestionó en un comunicado la continuación del Diálogo entre Oficialismo y Plataforma Unitaria Democrática, venezolanos, en los términos siguientes:

«Es completamente inaceptable que hayan acordado descongelar cinco mil millones de dólares a los cuales tendrá acceso el régimen de Maduro y la Organización de Naciones Unidas -ONU- mientras en Venezuela se continúa la violación de derechos humanos».

Mientras, el oficialismo sigue convocando a sus afectos y subvencionados. No precisa sobre la liberación de presos políticos; renueva sus arácnidas alianzas, para ir configurados a la contienda presidencial; asimismo, frotándose las manos, promueve la firma de acuerdos con las ‘diversas oposiciones’ aprovechándose de la expectativa social por el auxilio de los más de 3 millardos de dólares —bajo administración de la ONU—, con lo que se estaría perfilando el ventajismo oficial en la próxima campaña electoral, mucho más si las Elecciones llegan a ser Libres.

Hasta ahora, quienes intervienen en la ‘búsqueda’ de solución a la extendida crisis venezolana pareciera que consiguen algo, menos Venezuela que soporta y sufre pobreza extrema; dificultad y dispersión familiar; decadencia del Estado de derecho y su sistema de libertades democráticas; desconfianza e incertidumbre…

Aunque las lluvias se vayan calmando, terminaremos el año y comenzaremos el próximo sin que las nubes amenazadoras se hayan disipado del horizonte político electoral. Seguiremos expectantes de lo que vaya ocurriendo con el desempeño de la Comisión Nacional de Primarias y el Diálogo en México.

 

 

 

 

 

 

 

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