La abstención de una mayoría silenciosa marcó las elecciones presidenciales de Venezuela, en las que el presidente Nicolás Maduro va camino a obtener su reelección. Entre un 90% y un 70% fue el estimado que proyectaron las bocas de urna y el ex presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, el único de los observadores internacionales conocido, que admitió que la participación fue muy baja en los centros electorales.
Estos resultados proyectados han sumido a los venezolanos en una incertidumbre mayor que la que tenían antes de comenzar la polémica campaña convocada por la Asamblea Constituyente de Maduro, cuestionada por ser inconstitucional, cuyos resultados también han sido cuestionados por ilegítimos y fraudulentos tanto por gran parte de la comunidad internacional como por los partidos de la oposición.
Javier Bertucci, pastor evangélico, el tercer candidato en pugna después del ex chavista Henri Falcón y el primero en la fila de Nicolás Maduro que buscaba su reelección, también expresó sus dudas por la poca participación de electores en los polémicos comicios. “Así no”, dijo a la prensa después de haber brindado en los barrios numerosas “sopas y platos de comida” para que lo votaran.
Las calles de Venezuela amanecieron vacías y solitarias este domingo. La gente hizo su rutina como de costumbre en un domingo cualquiera sin preocuparse por los comicios. Muy poca gente se dio por enterada y la mayoría prefirió quedarse en su casa y no salir a votar.
En el Liceo Andrés Bello en Caracas, el centro electoral más grande de Venezuela y de América Latina que tiene empadronados a unos 12.000 electores, la desolación a las 10.30 de la mañana había arrancado las lágrimas a más de un periodista por la poca afluencia de electores. “Solo se registró un 10% de participación a esa hora”, dijeron los corresponsales extranjeros.
En el colegio Schontal de Los Palos Grandes, el chavista Eduardo Barboza, de profesión contador, dijo a Clarín que “voté por mi derecho a votar. Me identifico como chavista por la causa socialista. Voté por la continuidad. Sé que Maduro impulsará el progreso para el país”.
A su lado otra chavista como Carmen Rosas, de 60 años, odontóloga, también dijo que votaba por Maduro “porque no quiero entregar mi país al imperio”. Y cuando Clarín le preguntó si no objetaba a los cubanos dijo que “eran diferentes”. “Voto por Maduro porque no quiero que dolaricen el bolívar y que nos reconozcan internacionalmente”, dijo.
En el colegio Schontal, donde votan unas 8.000 personas, para el mediodía sólo había votado alrededor del 8%. En la mesa 3 y 4, cuyos cuadernos registran unas 750 personas sólo 38 electores habían votado.
A la salida, unos chicos de la empresa consultora “Mi pasión es la investigación” registraban la intención del voto de los electores. En sus cuadernos Maduro ganaba por dos puntos a Henri Falcón.
El joven que realizaba el boca de urna del centro Schontal, Enrique Carrillo, estudiante de ingeniería, dijo: “No voto porque no tengo por quién votar. No voy a votar por el candidato que ha destruido a Venezuela, me niego a votar por el que me ha quitado mi medicina y mi comida. Tampoco acepto que me dan unas muletas para seguir caminando después de haberme atropellado”.
En el recorrido por los centros electorales llegamos a Petare, municipio Sucre, un zona pobre que alguna vez fue bastión de chavismo, donde había mucha gente haciendo cola para votar. La situación era igual para el colegio José Félix Rivas, el colegio la Coromoto, la escuela Simón Bolívar, la biblioteca Rivas y la escuela Rafael Napoléon Baute.
A 20 metros de la escuela Baute había un toldo rojo, denominado el “punto rojo”, donde los electores chavistas hacían cola para para beneficiarse del bono que había prometido Maduro a los que votaran por él.
Después de votar en el centro Baute de Petare, los usuarios tenían que pasar con su carnet de la patria para que los militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) se los escanearan con un lector para certificar que había votado por Maduro.
“Los que han votado con el carnet de la patria y han pasado por el punto rojo recibirán un bono por un valor entre 3 y 5 millones de bolívares (5,55 dólares) según prometió Maduro como premio por haber votado por él”, dijo uno de los chavistas en la fila del centro Baute.
Cerca de Petare, a 5 kilómetros, se encuentra el Parque del Este donde este domingo los caraqueños hicieron su rutina de correr y hacer ejercicios como si no pasara nada. Por allí andaba Carmen Serrano, una arquitecta, que no tenía dudas en no participar en la votación. “No voto porque no tengo ningún candidato de la oposición para escoger. Henri Falcón es un candidato pro gobierno. Ya veremos cómo formará parte del gabinete de Maduro, le darán un cargo de consolación como un ministerio o una embajada. Creo que la salida de Maduro no está en los votos sino en una intervención humanitaria internacional”, dice a Clarín.
A la salida del Parque del Este hay dos empleados que cobran la entrada al estacionamiento del parque. El joven Jullio Castillo asegura que va a votar. “Mi voto es secreto, votaré por un cambio para que Venezuela vuelva a ser como antes. Ahora no tenemos comida ni nada”.
A su lado, la otra empleada del parque, Diana Gómez, atiende a los coches que entran para cobrarles la entrada. “Voy a votar para cambiar el país. No es posible que no podamos comprar comida ni medicinas, ni zapatos ni ropa. Esperemos lo mejor”, se despide con una sonrisa de esperanza.
El Frente Amplio Venezuela Libre también se pronunció en medio de la soledad de los comicios. Aseguró que es necesario que exista una gran unidad nacional para solucionar profunda crisis en la que ha sumergido al país el régimen de Nicolás Maduro, el cual solo pretende perpetuarse en el poder a través de unos comicios fraudulentos que carecen de las garantías electorales y constitucionales para desarrollarse.
El padre José Francisco Virtuoso, rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), miembro del Frente Amplio recordó que desde su creación el pasado 8 de marzo, el frente opositor fue el encargado de agrupar a diferentes sectores sociales y políticos, con distintas posturas e ideologías, con el propósito de establecer un espacio que permitiera continuar la lucha para restaurar el orden democrático en el país.
El padre Virtuoso subrayó que “estas elecciones no se ajustan a las exigencias de la crisis. Nuestro llamado es que hoy nos toca luchar como ciudadanos para mantener nuestras convicciones. Mañana también continúa otra nueva etapa de organización y de lucha frente a la situación que tenemos. Nada de rendirse o doblegarse ante la situación, todo lo contrario, el 80 por ciento de los ciudadanos quieren cambio, vivir en paz, en democracia y en justicia”.
Víctor Márquez Carao, presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (APUCV), y miembro del Frente Amplio, afirmó que tras un largo y amplio recorrido por diversos centros electorales de Caracas, pudo constatar que la ciudadanía no convalida el fraude que pretende concretar el régimen de Maduro, pues están conscientes que no están ante unos comicios libres, justos y transparentes, sino ante una “farsa electoral.
“Lo hemos dicho con toda claridad: elecciones y voto sí, pero esto no, porque es un fraude electoral. Seguiremos durante todo el día constatando en cada lugar lo que está ocurriendo, pues estamos claros que lo que anunciará Tibisay Lucena no corresponderá con la realidad en las calles”, precisó Márquez Carao.
El Clarín