El Clap: solución que pistonea

Valeranos esperan meses por su caja alimenticia

No siempre trae la misma cantidad de productos y la mayoría son importados

 El trabajo de investigación presentado a cargo de pasantes de Comunicación Social del Núcleo Universitario de Trujillo (ULA), reflejan la preocupación de representantes de varias comunidades por la irregularidad en el suministro del Clap alimenticio. Queremos dejar bien claro, que luego del contacto con quienes reciben los productos, se efectuó la entrega en el estado Trujillo de ese beneficio a ciertos sectores

 

Ángela Fajardo / ECS
fajardoolivarangela@mail.com

 

Distintas quejas se escuchan de los venezolanos sobre los alimentos que ofrecen los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), bien sea por su periodicidad, calidad o sistema de pago.
El descontento más frecuente con el Clap en Valera tiene que ver con su periodicidad, los habitantes de distintos sectores del municipio alegaron que tienen que esperar de cuatro a seis meses, incluso un año, para recibir los alimentos, aun cuando el presidente Nicolás Maduro informó en enero de 2019 y lo ratificó recientemente que el beneficio debía llegar cada 15 días.
En La Floresta existen sectores vulnerables, considerados así por las salas mayores de alimentación del Clap, los cuales deben recibir con mayor frecuencia la distribución de alimentos de primera necesidad, pero la última vez que llegó al Lasso de La Vega fue en septiembre de 2018, según informó Guillermina Sánchez, residente de la comunidad.
En la urbanización Monseñor Cardozo, conocido como “Barrio El Gallo”, hace aproximadamente un año recibieron la última caja de comida, según informó Luis Albarrán. Mientras que en El barrio Santa Eduviges, no la reciben desde hace 5 meses, acotó Yoleida Lujano.
Katherín Fernández, líder comunitaria del Clap “José Humberto Contreras” de Lasso de La Vega, explicó que han comunicado las quejas en cuanto a la frecuencia con la que deben llegar, pero hasta ahora no han tenido respuesta de las salas mayores de alimentación, incluso están paralizados los sistemas de registro para nuevas familias.
Luis Berríos, otro vecino, señala que “siempre ha sido poca la cantidad para saciar el hambre de la familia, ese “comité” improvisado nunca tendrá éxito en cuanto a dar los productos suficientes que merece y necesita cada familia venezolana”.

Más descontento

 

El retraso no es la única queja de los valeranos, además de esperar meses por recibir los alimentos, solo cuentan con uno o dos días para cancelarlos, desde el momento en que se les notifica; quienes no tienen el dinero en ese momento pierden el beneficio.
Fernández explicó que este sistema no es impuesto por los consejos comunales, o líderes del Clap, son lineamientos del funcionamiento de los comités a nivel nacional.
Hay quienes aseguraron que el costo es “bueno para el tiempo”, la caja más reciente que llegó en algunas comunidades de Valera, ronda entre los 10 y 14 mil bolívares, pero algunos habitantes aseguraron que la cantidad de productos ya es menos de la mitad de lo que llegaba cuando comenzó a funcionar el sistema de abastecimiento, mientras que otros calificaron de “dudosa” la calidad de los productos.

Planes no cumplidos

En el 2016 el gobierno impulsó la creación de un nuevo sistema de distribución de alimentos para las familias venezolanas, con el fin de combatir la escasez de comida. En Valera, tres años después, los objetivos de este plan no se han cumplido

 

Testimonios:

Guillermina Sánchez: “Cada 15 días dice el presidente debería llegar, pero aquí la última vez fue en septiembre, los productos son buenos pal´ tiempo”

 

 

 

Katherin Fernández: “Las familias tienen muy poco tiempo para cancelar el beneficio y algunas se ven afectadas por la guerra económica”

 

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