Por: José Luis Colmenares Carías
El chisme en las organizaciones es mucho más que una conversación a espaldas de alguien; es un espejo de nuestra cultura laboral. En este artículo, exploramos cómo, al mezclarse con las tensiones de género, las presiones del trabajo y las desigualdades económicas, el chisme se transforma. Cambia lo que se dice, por qué se dice y, sobre todo, el poder que encierra. Acompáñanos a desentrañar este complejo fenómeno.
¿Qué Hay Detrás del Chisme Negativo?
El chisme en las organizaciones podría mostrar varias cosas:
- Normas de Estatus: Quién tiene más poder o reconocimiento.
- Expectativas de Rol: Lo que se espera de cada persona en su trabajo.
- Reglas No Escritas: Cómo se cuidan unos a otros, se evalúa el desempeño y se expresan las emociones.
- Emociones encubiertas: Qué emociones se están compensando frente a lo que no se habla de manera transparente.
El chisme negativo también puede ser un reflejo de las tensiones de género en el trabajo, como la lucha por un trato equitativo y el estatus. Estas dinámicas a menudo se intensifican por factores económicos, incluyendo las diferencias salariales, la calidad del empleo y las brechas de participación laboral entre hombres y mujeres (OIT, 2019).
Aproximando Algunas Claves para Entender el Chisme
De acuerdo algunas investigaciones, aproximamos algunas claves para procurar identificar qué tipo de chisme está ocurriendo y qué emociones o problemas podría haber detrás:
- De acuerdo a las investigaciones, las mujeres, al parecer, “suelen prestar más atención a las relaciones y a cómo se ven”. El chisme aquí puede funcionar como una forma de crear lazos y alianzas. Cuando no hay reglas claras, es fácil que surjan comparaciones sobre quién es más bonita o quién tiene más éxito. Fomentar un ambiente que reconozca el trabajo que no se ve y que establezca límites sobre lo que se comparte puede ayudar a reducir este tipo de control social.
- Los hombres, al parecer, en cambio, tienden a “enfocarse más en la competencia y el rendimiento”. En este caso, el chisme ayuda a establecer quién está en la cima y quién tiene excepciones. Hacer visibles las reglas y las excepciones puede ayudar a que todos comprendan mejor cómo se evalúa el trabajo.
Aunque las reglas sobre el chisme y el género clasifican a las mujeres como aquellas que «suelen prestar más atención a las relaciones y a su apariencia», mientras que los hombres, aparentemente, tienden a «enfocarse más en la competencia y el rendimiento», estas afirmaciones no están completamente verificadas. Es importante señalar que los hombres también pueden emitir juicios hacia las mujeres y viceversa. Sin embargo, estos criterios pueden servir como una guía general, ya que pueden aplicarse a diferentes situaciones para ambos géneros.
¿Cómo Nos Relacionamos?
La forma en que nos comunicamos también importa. En equipos donde se habla mucho pero no se llega a acuerdos, los rumores y chismes negativos pueden crecer. En cambio, en aquellos equipos que trabajan juntos, toman decisiones y las conversaciones se cierran en cada reunión con amplitud y confianza, los rumores y chismes negativos tienden a disminuir. Un buen enfoque es tener una breve charla emocional seguida de un cierre claro sobre lo que se ha decidido, preguntando, por ejemplo, cómo y con qué emoción nos retiramos de la conversación.
Ejemplos que Ilustran los chismes
- En un grupo de chat, alguien dice: “Rumi siempre interrumpe y Flora nunca escucha”. Esto muestra que no hay claridad sobre quién debe hablar. Una solución sería establecer reglas sobre cómo tomar la palabra y registrar las participaciones.
- Se dice que “a Pedro le dieron un bono porque es amigo del jefe”. Esto sugiere una jerarquía oculta. Una respuesta útil sería hacer públicos los criterios para obtener un bono y dar ejemplos de casos sobre excepciones.
- En un comité que habla mucho pero no decide, un comentario sobre “quién no trabaja” puede convertirse en un chisme negativo. En cambio, en un equipo que planifica y trabaja junto, los rumores disminuyen cuando se acuerdan acciones concretas.
Conclusión
En resumen, el chisme en el trabajo podría ser un indicador de cómo se siente la gente sobre la justicia y el estatus. Para mejorar el ambiente laboral, es importante:
- Tener reglas claras sobre compensaciones y reconocimientos.
- Reconocer el trabajo que no se ve.
- Establecer canales formales para hacer preguntas.
- Implementar normas de respeto y no tolerar el chisme dañino.
Mirar el chisme desde esta perspectiva no solo ayuda a evitar problemas de género, sino que también mejora la confianza y el rendimiento en el trabajo.
¿Qué pasos concretos estás dispuesto a tomar para fomentar un ambiente más abierto y transparente en tu organización?
Fuente para profundizar: https://n9.cl/jrgdmz
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