El chavismo se resiste ¿Para qué?

Elides Rojas

 

Varias tesis se pueden formular sobre las razones que impulsan al régimen chavista a aferrarse al poder después de 20 años de absoluto control de todos los poderes públicos, salvo la piedra en el zapato que es la Asamblea Nacional. Y, claro, la inmensa mayoría de los venezolanos que ya no se cala más esta farsa de revolución.

Veamos. En plan de enumeración. El chavismo se queda pegado en Miraflores, a punta de plomo y candela, contra todo el mundo, acusado de mal gobierno, apuntado como narcotraficante, señalado como nido de terroristas. Es decir, se atornillan en el poder teniendo todos los elementos en contra. Se quedan a pesar de saber con plena claridad que como gobernantes están acabados y que han hecho de Venezuela un país inviable y que en manos del eje cubano, verdaderos gerentes generales de la franquicia, será peor cada día, cada mes, cada año. No obstante, el chavismo ama la silla y hacen todo lo necesario, incluso violar Derechos Humanos y todas las leyes posibles, para hacer realidad aquella frase callejera “no volverán”.

El chavismo se atrinchera ante tantas acusaciones, los militares igual. El apoyo que recibe es de pequeños países beneficiados por la generosidad interesada del régimen o por grandes naciones que ven en peligro su dinero e inversiones. Se quedan porque si se abren esos archivos de 20 años sin controles de ningún tipo se encontrará probablemente suficientes elementos como para que varios de los próceres sigan el camino de otros personajes del Foro de Sao Paulo como Lula o Cristina. Se quedan porque la robadera ha sido tan gigantesca que andando por ahí pudieran terminar presos en países con cuatro estaciones y eso es mucho frío para un nativo del trópico. Se quedan porque la obra de Bolívar está incompleta y es necesario terminarla. Se quedan porque Chávez vive y se pondría muy bravo si se van. Se quedan para llevarle la contraria a Estados Unidos. Se quedan para amargarle la vida al 90% de los venezolanos que están entre pobres y pobreza crítica y viviendo de vender los peroles viejos si acaso consiguen quien los compre.

Se quedan porque la gestión de Maduro en los primeros seis años de sucesión, luego de la muerte del comandante eterno, que fue reelecto en memorable jornada de mayo del 2018 con un porcentaje de aprobación que supera con creces el 100% y literalmente sin rivales. Suficiente para ejercer por seis años más y seguir adelante con las devaluaciones, la hiperinflación, la entrega del petróleo y las divisas, los increíbles casos de corrupción que nunca bajan de mil millones de dólares. Se quedan a ver si pueden reactivar la agricultura que ellos mismos mataron. Se quedan para tratar, con ayuda de chinos y rusos, de levantar la producción petrolera que también ellos destruyeron. Se quedan para recuperar al valor del bolívar y tratar de rescatar a las miles de empresas que expropiaron o quebraron. Se quedan porque van a generar una especie de Dubái caribeño para que regresen los millones de venezolanos que salieron del país buscando un mejor futuro que el que ofrece Cuba en Venezuela.

Se quedan porque les da la gana. Y punto.

 

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