Eduardo Viloria/DLA.- Para visitar sus deudos que descansan en el sueño eterno, los betijoqueños y demás personas que visitan el Cementerio Municipal de la tierra de Rafael Rangel, Betijoque, deben armarse de paciencia y abrir una pica para poder llegar a la tumba que visitará, esto porque el monte que ha crecido y sigue creciendo, donde solo se encuentran veredas, no permite la plena libertad de movimiento debido a la espesa maleza.
Esto se pudo observar el sábado 25 de diciembre, cuando los Sanbeniteros visitaron el Cementerio local donde menos mal no se adentraron al camposanto, ofreciendo una oración y tocata a los seguidores de la fiesta ya fallecidos, siendo muchas las fotos que tomaron las personas que estuvieron en el lugar, desde lejos, porque constituye un peligro el montarascal que crece y crece en el Cementerio Municipal de Betijoque, donde tal vez las nuevas autoridades municipales, Alcaldía y Concejo, no están enteradas, dijo uno de los participantes en la caminata, que iba con destino a las Trincheras.
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