El carnaval valerano. Los policías eran bañados con agua fría / Por Alfredo Matheus

Sentido de Historia

 

 

Por la gracia de la providencia me gocé los grandes carnavales callejeros en la ciudad de Valera. La fiesta duraba toda una semana. Las escuelas se esmeraban por crear las mejores comparas que participarían en el tradicional desfile al rey Momo. El campeón internacional de automovilismo, “Tarzán Hernández” organizaba una de las mejores carrozas que recorría la ciudad. Miles y miles de caramelos eran lanzados a los transeúntes para que endulzaran la vida. La música cañonera era la nota alegre que ponía a bailar a los presentes… En distintos barrios se montaban los tradicionales templetes con excelentes agrupaciones musicales que hacían bailar hasta el gato de la casa.

 

¿ A qué no me conoces?

 

En los carnavales valeranos como en el resto de Venezuela se dieron a conocer “Las negritas”, hombres y mujeres disfrazados con enormes nalgas y voluminosas “tetas” que no eran las de “mamá Carabobo” -la leche en polvo que más llegaba a los hogares en la década de los años 60-… Fue famoso el suceso donde un conocido comerciante ya pasado de cerveza, encontró en una discoteca a su amada esposa disfrazada de negrita. Le puso un pistolón en la cabeza, la sacó del local de diversión, la introdujo en la maletera del carro, y se la llevó a la casa de la suegra. Hasta allí llegó el matrimonio.

 

En la calle 16 era el corre-corre

 

Se formaban patotas hasta de 20 jóvenes armados de harina de trigo, crema de limpiar zapatos, grasa, huevos piches, carbón y perfume pacholí que era sumamente barato y no se quitaba con nada… El parroquiano que caía en manos de estas pandillas vivía un infierno. De pies a cabeza, lo bañaban con agua, harina, huevos, carbón… Era tal el atrevimiento y furia como se jugaba carnaval con agua, que los funcionarios policiales que transitaban por la calle 16 recibían un inolvidable baño que jamás olvidarían en sus vidas.

 

Pela bolas

 

Y me puse a averiguar porqué los valeranos le dicen a otro: «Usted es un mismísimo pela bolas”. Se refiere a una persona de poco valor y utilidad, aquellas que son más inútiles que una corneta de avión… El término nació en los estadios de béisbol. Jugadores que no lograban batear, “pelaban y pelaban la bola” a la hora de batear… Siempre estaban en banca, otros jugadores los saludaban con la frase que para nada les gustaba: «Epa, pela bola”.

 

Hacia los 204 años de Valera

 

Pedir la bendición es una tradición más vieja que el río Motatán. Recuerdo que en aquella Valera de antier algunas personas se hincaban a la hora de pedir la bendición… Bendición mamá: “Dios te cuide hijo”… Estoy convencido que las bendiciones y oraciones de mi madre Josefa, hicieron su efecto protector en tantos vaineros que experimenté en mi adolescencia. “El Dios te bendiga y te proteja de mi mamá”, me salvó de muchas circunstancias difíciles que me tocó afrontar.

Y los valeranos mantienen aquello de: ¿Y cómo está usted? ¿Y vos cuándo vas a dejar de beber cañandonga? ¿Y cómo van las cosas? ¿Y a usted cómo me lo trata la vida? En los barrios se puede escuchar: “Qué riñones tiene esta alcaldesa, la anterior sacó los buhoneros y vendedores de frutas y ahora viene la actual y llena la ciudad de miles de verduleros y buhoneros”.

También sobresale el «Ah, rigor”… «Ave María Purísima” volvimos a la Valera de hace 100 años que se alumbraba con mechurrios”… Entre los jóvenes se destaca, el: «Peeerrro” esa novia tuya es más fea que “criar cochinos en un apartamento”… Si el otro muchacho está mirando y mirando el celular, se escuchan expresiones de: «No me están parando bolas”… Y colorín colorado hasta aquí hemos llegado.

 

 


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