Ciudad de Panamá, 11 jun (EFE).- El Canal de Panamá reconoció que sus clientes están preocupados por la «capacidad de concentración» que conllevaría la concreción del acuerdo entre la hongkonesa Hutchison y el consorcio integrado por BlackRock y MSC para la compraventa de dos puertos en el área de la vía, una situación que a la postre amenazaría su principio de neutralidad.
El conglomerado hongkonés y el consorcio integrado por el gestor de activos estadounidense BlackRock, por Terminal Investment Limited (TiL), el brazo portuario de la gigante Mediterranean Shipping Company (MSC), y por Global Infrastructure Partners, anunciaron el pasado 4 de marzo un principio de acuerdo sobre la compraventa del 90 % accionarial de Panamá Ports Company (PPC), que opera los puertos de Balboa (Pacífico) y Cristóbal (Atlántico), en las entradas del Canal.
Esta transacción forma parte de una operación global por la cual CK Hutchison venderá al consorcio el 80 % accionarial que posee en más de 40 puertos de una veintena de países, por un monto global de 22.800 millones de dólares y que se ha visto frenada por el regulador chino.
En una declaración enviada a EFE este miércoles, la Administración del Canal de Panamá recalcó que «las concesiones otorgadas a los operadores portuarios, incluyendo la de Panama Ports, propiedad de Hutchison, son responsabilidad exclusiva del Gobierno panameño y no son competencia de la Autoridad del Canal de Panamá».
«Sin embargo, somos conscientes de las preocupaciones sobre la capacidad de concentración que nuestros clientes navieros anticipan con la propuesta actual» de compra venta de Hutchison y el consorcio liderado por BlackRock e integrado por TiL.
Es por ello que «estamos estudiando la posibilidad de reactivar un proyecto en el que la Autoridad del Canal de Panamá desarrolle un centro logístico, que incluya varias terminales, dentro del área del Canal, lo que garantizaría la neutralidad del Canal y de todas las compañías navieras que navegan por la vía acuática», agregó el Canal en la declaración suministrada EFE.
En declaraciones publicadas por el diario Financial Times y reproducidas este miércoles por medios panameños, el administrador del Canal de Panamá, Ricaurte Vásquez, dijo en este sentido que «existe un riesgo potencial de concentración de capacidad si el acuerdo (portuario) se concreta tal como lo entendemos actualmente».
«Si hay una concentración significativa en operadores de terminales pertenecientes a una naviera integrada o a una sola, esto perjudicará la competitividad de Panamá en el mercado y será incompatible con la neutralidad», afirmó Vásquez, de acuerdo con la publicación del Financial Times.
El acuerdo de compra venta de los dos puertos al consorcio liderado por el gigante estadounidense BlackRock fue interpretado por el presidente de EE.UU., Donald Trump, como una victoria de su Administración, que ha acusado un control chino del Canal de Panamá por la presencia del operador hongkonés en dos de los cinco puertos que rodean el paso navegable. Las empresas sin embargo han negado alguna motivación política.
Bajo la premisa de una presunta injerencia china en el Canal, una vía por la pasa alrededor del 3 % del comercio mundial, Trump ha amenazado con recuperar la vía acuática, construida y operada por EE.UU. en el siglo pasado, hasta su traspaso al Estado panameño hace 25 años.
Panamá ha negado que China u otro país interfiera en la administración del Canal, que tiene a Estados Unidos como su principal usuario, y ha aclarado que no está en discusión la soberanía sobre la vía, que «es y seguirá siendo panameña» en palabras del presidente panameño, José Raúl Mulino.
El paso navegable de 82 kilómetros se rige por el Tratado de Neutralidad, vigente desde octubre de 1979 y firmado por más de 40 Estados, entre los que no está China.
El artículo II del Tratado señala que «Panamá declara la neutralidad del Canal para que, tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra, éste permanezca seguro y abierto para el tránsito pacífico de las naves de todas las naciones en términos de entera igualdad», y también para «que el Canal y consecuentemente el Istmo de Panamá, no sea objetivo de represalias en ningún conflicto bélico entre otras naciones».
«La República de Panamá y los Estados Unidos de América convienen en mantener el régimen de neutralidad establecido en el presente tratado», agrega el artículo IV.