El caletero valerano que casi se hizo millonario | Por: Alfredo Matheus 

     

Alfredo Matheus

*TREMENDA BOLA…Cuando estaban construyendo la Av. Bolívar, en el sector; calle 14 de la ciudad de Valera, un caletero que le gustaba meter al miche claro, en horas de la madrugada, jurungando en un hueco, cayó de platanazo en su profundidad, se dio cuenta que en el interior había un enorme baúl, fue y le avisó a un camionero que trabajaba con verduras en el viejo mercado de la calle 13. El hombre llegó, amarró el baúl y lo sacó. El comerciante le regaló mil bolivarianos al concañero y arrancó como alma que lleva el diablo…

Un día después la noticia corrió como pólvora por calles valeranas: Un camionero había encontrado en los trabajos de construcción de la Av. Bolívar, uno de los entierros de morocotas más grandes que se haya conocido en nuestra comarca”…También se corrió la bola: el caletero con los mil bolívares que le regalo el vivazo del camionero, compró 4 metros de cabuya de la buena y se ahorcó…

*MUCHACHA PÁ BONITA… Los abuelos siempre hablaban de las animas solas, rezaban con fuerza como buscando ser escuchadas. Detrás del cementerio municipal de Valera, cuentan la historia de una muchacha de gran belleza; murió hace algunos años en una famosa masacre, dicen los lugareños que la han visto caminar en horas de la madrugada para finalmente traspasar las paredes del cementerio y perderse en esas noches de oscurana…

*EL MEJOR BURDEL… Se habla que fue el famoso “Arco Iris”, donde hoy está ubicado el barrio “Simón Bolívar “en la Floresta. Las mujeres parecían sacadas de un concurso de Miss Venezuela por la belleza que les acompañaba. Había colombianas, Argentinas, cubanas y venezolanas…Allí no entraba todo bicho de uña, había que tener buen dinero. Trabajadores y estudiantes  que no podían ir al “Arco Iris” por los altos precios para rochelear con una de esas mujeronas,  marchaban a la bajada del río (vía a Carvajal), donde “Cristo é lata”, vendía la cervecita a 0,50 céntimos (un real), mientras las damiselas tenían precios más que solidarios: 5 bs por media hora de parranda lujuriosa…

*PELUQUERO BONCHÓN… Hace 50 años en mí querida Valera, se formó un zaperoco de señor mío: Un famoso peluquero contagio con una enfermedad venérea al hijo mimado de un conocido y  acaudalado comerciante. Fue tanta la presión de “papi y mami” por el bochorno que vivía su hijo por la mamadera de gallo de sus compañeros de estudio que el afamado estilista fue expulsado de la  ciudad por las autoridades, con la amenaza que si volvía a regresar, sería llevado a la cárcel de Trujillo para que “afeitará” a los presos allí recluidos…

*ABRAZO DE OSO… Fue un valerano muy trabajador, todos lo querían y respetaban, tenía la fuerza de un toro, pero, cuando se rascaba se transformaba. Le daba por abrazar a los parroquianos que estaban en el bar metiéndole a la cañandonga. Era tan fulminante su abrazo que muchos fornidos hombres de “pelos en el pecho” se hicieron “pupú”, otros se orinaban los pantalones después del monstruoso pechugón.

Monseñor se Puso Bravo

En la entrada de la iglesia San José, 60 años atrás, llamaba la atención un hombre fornido que se dedicaba a pedir limosna de los feligreses que iban a misa del domingo…Le acompañaba en una de sus piernas una gran  herida que partía el alma a quienes iban a escuchar los sermones de Monseñor Cardozo. Los bolivarianos que   eran para la iglesia se lo dejaban al fornido sujeto que tenía cara de  muerte…

El cura no aguantó que lo estuvieran dejando sin limosna y se dirigió a las autoridades de salud para que llevaran a este parroquiano enfermo hasta el hospital. Se organizó un operativo y un domingo antes de la santa misa, prácticamente fue obligado el señor de la gran llaga en su pierna derecha a montarse en una cómoda camilla, ser introducido en una ambulancia que se abría paso con una sonora sirena en aquella Valera donde pasaba un carro cada media hora…

En el hospital, médicos, enfermeras, porteros, quedaron más que asombrados: El fornido hombre había ubicado sobre su pierna un perfecto injerto de carne que a la vista de todos parecía una soberana  herida…Las autoridades expulsaron de la ciudad al sujeto que estaba dejando sin limosna a Monseñor Cardozo. Después se conoció que había llegado a nuestra ciudad procedente de la hermana república de Colombia…

 

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