Por: Andrés Ocanto
En esta fecha tan histórica y especial donde el trujillano más ilustre de todos; el «Venezolano del siglo XX», elegido por unanimidad e Hijo predilecto del pueblo de Isnotú, no puedo más que ofrecer mi homenaje sincero a su egregia figura.
Son muchísimos, así de simple, con sufijo y todo, los homenajes y las honras a este ser humano tan sencillo, desprendido, humilde, pero por encima de todo profesional de altos kilates.
Venezuela y su pueblo no terminan de llorarle

Voy a referir extractos del duelo y pronunciamiento emitido el 3 de julio de 1919 cuando las autoridades y conglomerado de su Isnotú natal le rindieron tributo póstumo.
Se destaca que «lo sucedido en La Pastora de Caracas es una muerte impresionante que afecta a la nación debido a la pérdida de un elemento social.
De un valioso conciudadano de altos méritos y de un profesional ilustre.
De un maestro, de un profesor de distinguidos quilates; de un compatriota verdaderamente útil para propios y extraños.
De un benemérito y una gloria para la patria.
Desde Isnotú se emite una elegía que expresaba pesar general y melancolía por el hijo que ya no estaba:
» Ah Isnotú!!!..el pobre pueblecillo que cifraba su más alto y legítimo orgullo en la existencia de su amado hijo y en los lauros de su grandeza, siente como el abatimiento de una irremediable desolación.
Un vacío pavoroso abierto a su alrededor; algo como una indefinible y perpetua orfandad.
Doctor Hernández, no solo era un honor para su pueblo, era también un protector, un baluarte calmante de sus heridas; una risueña esperanza en sus aflicciones y necesidades.
De un instante a otro,con la muerte de tan preclaro hijo, como un naufragio en el mar innato, todo, todo quedó perdido para el, infortunado pueblecillo.
En su tumba, en la tumba de José Gregorio Hernández Cisneros, Isnotú no siente una tristeza, una tormenta o simplemente un dolor; siente un abatimiento indecible, una algidez profunda, un ahondamiento de su valor y su orgullo, algo como si de golpe y con violenta rapidez se hubiera desgarrado todas las fibras de su corazón».
Isnotú, 3 de julio de 1919.
Presbítero Manuel A. González, Dr. Fernando Guerrero, Dr. Leonidas Guijarro, Rutilio de J. Chuecos, Manuel M. Contreras, Anselmo R. Chuecos, Julio Ad Troconis, Pompeyo A. Oliva, José I. León, Mateo Troconis, José I. León Chuecos, Narciso J. Salas, Angel Matheus, Eleazar Briceño, Antonio León Zambrano, Tomás León Chuecos, Ernesto León Chuecos, Uladislao Carballo, Alonzo Ladazabal, Unfredo Ladazabal, R.J Landazabal, Manuel María Briceño, José R Peña, José Miguel Abreu, Jesús M. Mogollón, Juan Bautista Bolívar, Ángel M. Ortega, Francisco A. Ortega, Ramito A. Ortega, Ramiro A. Ortega, Félix León Peña, Sixto Méndez, Rafael León, Federico Estrada, Pastora Estrada, Luis Estrada, Francisco Perdomo, Eliodoro Araujo, Trinidad Araujo, Felix E. Durán, Armando Araujo, Joaquin Araujo, Gabriel Durán, Ramón N. Torres, Rafael Mogollón, Agustín Espinoza, Manuel S. Villasmil, Ramón Villasmil, Brasil Palomares, José Ignacio Saavedra, Juan Bautista Saavedra, Benjamin Saavedra, Francisco Saavedra, Pablo A. Salas, Miguel Rondón, Antonio J. Estrada, Pedro N. Viloria, Andrés Viloria, Sixto Viloria, Antonio Linares, A. Linares B, Virginio Suárez, Aniceto Abreu, Ambrosio Estrada, Juan Mogollón, Bonifacio Abreu, Nuncio Suárez, Ángel Alvarado, David León, Benigno Marín, Félix León, Benigno Viloria, Ignacio Viloria, Ascensión Palma, Luis González, Agustín León F, Ramón León F, Salomón Briceño, Leticio León, Javier Aguilar, Ramón Aguilar E, Agustín Aguilar, Rosalino Espinoza, Rosalino Torres, Domingo Pérez, Abel Matos, José Dolores Leal, Salvador Leal, José Ignacio Abreu, Antonio Vásquez, Rafael Matacas, Pedro Ignacio L, Felipe León, César León, Máximo Montilla, Silvestre Suárez, Benedicto Durán, José Gregorio Delgado, Antonio Maldonado, Juan B. Viloria, Santiago Matos, Rondón Mogollón, Nicasio Palma, Gustavo Carrillo, Baldomero Rangel, J. Manuel Márquez, Gregorio Aguilar, Gabriel León, Claudio Dugarte, Félix Mariano Rondón.

Todo el Distrito Betijoque participa también de nuestro Duelo Íntimo y fudcurre sobre la amarga desventura que apagando va las lumbres de sus astros científicos. Ayer Rafael Rangel, hoy el doctor Hernández Cisneros; mañana quién sabe.
Este comunicado fue de profundo dolor, empero, este 19 de octubre de 2025, 106 años después, el comunicado será de regocijo por el renacer con luz, y la subida a la gloria de los santos del Hijo bueno y noble del pueblito Isnotú.

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