Barcelona, 25 mar (EFE).- El FC Barcelona, la entidad catalana que más relevancia posee internacionalmente, ha vivido el ‘procés’ de una manera que ha dejado descontento tanto a los independentistas como a los constitucionalistas y ha provocado algunas dudas sobre si la entidad sigue siendo ‘més que un club’, el lema histórico que le ha acompañado desde prácticamente sus orígenes.
Esta cuestión la intentan responder los periodistas Frederic Porta y Xavier Torres con la participación de más de una decena de líderes políticos, entre ellos los presidentes de Cataluña Carles Puigdemont y Quim Torra, en el libro ‘Barça: més que un club?’, editado por Cossetània.
«Ahora el ‘Més que un Club’ está en peligro porque desde 1978 ha habido un movimiento, el ‘nuñismo’, que después con Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu se convirtió en ‘neonuñismo’, que entre sus características figura quitarle toda la ideología al club, algo que va en contra del sentimiento y la esencia de este lema», explica a EFE Frederic Porta.
Y añade: «Además, la globalización puede ayudar a difuminar este aspecto si la masa social azulgrana no está activa. Hemos vivido 10 años en los que la masa social del Barça ha estado muy desactivada y esto en democracia es peligroso».
Se suele explicar que la primera persona que utilizó el ‘més que un club’ para describir al Barça fue el presidente Narcís de Carreras en 1968, pero Porta corrige este dato: «El origen lo podemos situar en noviembre de 1918 con Daniel Carbó (un periodista que escribía con el apodo de ‘Correcuita’ en ‘La Veu de Catalunya’), aunque no utilizó estas palabras textuales».
Los líderes políticos entrevistados por Porta y Torres no se muerden la lengua a la hora de opinar sobre la vinculación del Barça con la política. En este sentido, hay consenso en las ideas de Carles Puigdemont y Quim Torra.
Los dos se inclinan por Joan Laporta, el nuevo presidente del club y quien ya fue el máximo mandatario entre el 2003 y el 2010, a la hora de escoger al dirigente azulgrana que mejor gestionó en la historia contemporánea el compromiso social y político de la entidad con Cataluña.
«Fueron unos años (el primer mandato de Laporta) de máxima plenitud institucional, social, deportiva, económica e internacional. Para mí ha sido el mejor Barça de la historia, como equipo y como club. Es el momento que se ha expresado más claramente la vocación de ser ‘més que un club», argumenta Quim Torra.
«El Barça es y debe ser una herramienta para la defensa de Cataluña y la construcción de un futuro más libre para los catalanes. Me preocupa que a veces pierda este sentido y esta vocación a manos de determinadas juntas directivas que no tienen interés por la historia del club», sigue razonando el presidente número 131 de la Generalitat.
Le secunda Puigdemont desde Waterloo, quien se muestra igual de contundente que su predecesor: «Con respeto por todos los presidentes, me quedo con Joan Laporta, que supo interpretar de forma muy acertada el cambio de mentalidad adecuado para el Barcelona del siglo XXI apostando por valores que han hecho al Barça ‘més que un club».
No está para nada de acuerdo con estos postulados un líder político situado en las antípodas ideológicas. «Yo creo que el Barça debería hacer aquello que decía el viejo himno del Espanyol, aquello de ‘solo un club deportivo», considera Xavier García Albiol, alcalde de Badalona por el Partido Popular, socio del Espanyol y quien escoge a Josep Lluís Núñez como el mejor gestor del Barça contemporáneo.
Carlos Carrizosa, diputado en el Parlament por Ciudadanos y socio del club azulgrana, también se inclina por Núñez y critica vehementemente a Joan Laporta: «Lo que no tiene ni pies ni cabeza es que un presidente como Joan Laporta, desacomplejadamente independentista, empuje el Barça hacia una determinada dirección».
Una de las cuestiones clave del libro de Porta y Torres es el partido que el Barça y el Las Palmas jugaron en el Camp Nou a puerta cerrada el 1 de octubre de 2017, tras la actuación de las fuerzas de seguridad para impedir la celebración del referéndum por la independencia de Cataluña. La pregunta de los periodistas a los líderes políticos es concisa: ¿Ese partido se debía jugar?
«Para mí no se hubiese tenido que jugar nunca el partido. Y dejémoslo así», responde Oriol Junqueras, en aquel momento vicepresidente catalán. «No deberían haber jugado», opina Quim Torra.
«Participé activamente en las conversaciones de aquel día con el presidente Bartomeu. Me sentí engañado. A las 14 horas me dijo que pasaría una cosa que probablemente él ya sabía que no pasaría. No se atrevió», sentencia Jordi Sánchez, entonces presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC).
Él mismo, ante las acusaciones del expresidente azulgrana Josep Maria Bartomeu de que el independentismo quiso aprovecharse políticamente del club durante su mandato, dice que no cree que «el Barcelona haya estado maltratado por el soberanismo».
En cambio, pone sobre la mesa que «alguien puede tener un sentimiento de culpa por no haber estado suficientemente contundente en determinadas decisiones y puede tener interés en buscar excusas».
Sea como sea, en el lateral de la grada del Camp Nou el ‘Més que un Club’ aún luce orgulloso a día de hoy.
Sergi Escudero.