Barcelona, 26 abr (EFE).- Con la serie de cuartos de final empatada (1-1) tras los duelos disputados la semana pasada en el Palau Blaugrana, el Barça afronta este miércoles (20.30 horas) el primero de los dos partidos consecutivos en la pista del Bayern Múnich con el acceso a la Final a Cuatro de la Euroliga en juego.
La extraordinaria fase regular del conjunto catalán, que terminó primero (21-7) por segunda temporada seguida, caerá en saco roto si no logra como mínimo un triunfo en este doble compromiso (el segundo, el viernes a las 20.45 horas) que le asegure la disputa del quinto partido de desempate en Barcelona.
«Si hablamos del principio de la temporada y de cómo se perdió el año pasado la Euroliga, es en lo que todos pensamos y donde queremos destacar más. El equipo está preparado para ganarla, creo que tenemos el material, el hambre y la mentalidad para hacerlo», reconocía el pasado febrero a Efe el base Nico Laprovittola.
Llegó la hora de demostrarlo en territorio hostil y frente a un rival correoso que exigirá al conjunto azulgrana, inmerso en un mes de abril irregular (4 victorias y 5 derrotas entre todas las competiciones), el gen ganador que hasta ahora ha exhibido en los momentos cruciales del curso.
La derrota del pasado jueves frente al Bayern Múnich (75-90) situó al Barça en una situación incómoda pero no irreversible, si bien los pupilos de Sarunas Jasikevicius deberán recuperar su mejor versión para reeditar los triunfos de la fase regular (72-80 y 71-66) y el primer partido de las eliminatorias (77-67).
En el duelo inaugural de la serie resultó determinante el dominio del pívot Brandon Davies en la zona (19 puntos) y las penetraciones de Dante Exum (12), pero el técnico italiano Andrea Trinchieri tomó nota y en el segundo encuentro preparó una defensa con múltiples ayudas que colapsó el juego interior azulgrana.
Ante las crecientes dudas en el ataque barcelonista, que de promediar 81,3 puntos por partido y un 41,3% de acierto en triples en la fase regular ha pasado a 76 puntos y un 29,5% desde más allá del arco en los cuartos de final, los de Jasikevicius deberán incidir más que nunca en la solidez defensiva.
El Bayern ya demostró en el segundo partido el peligro de su juego coral (42 puntos del banquillo por 23 del Barça) con el alero exbarcelonista Deshaun Thomas (25 puntos) haciendo olvidar la baja del máximo anotador del equipo, el escolta Darrun Hilliard, que se fracturó la clavícula el martes en el Palau.
Asimismo, el cuadro catalán está obligado a mejorar las 16 pérdidas cometidas en el segundo partido -castigadas con 26 puntos en transición- y a atar en corto a los tiradores del conjunto alemán después de encajar 13 triples en 27 intentos.
En la victoria del domingo frente a uno de los equipos más en forma de la Liga Endesa, el Lenovo Tenerife (69-65), se apreció una mejoría defensiva mientras que en ataque destacó el paso al frente del escolta Kyle Kuric (10 puntos, 3 de 4 en triples) para secundar a Brandon Davies (13 tantos).
El escolta Cory Higgins, la única baja confirmada en el Barça, se recupera según lo previsto de la fascitis plantar de la que fue operado el 14 de febrero y viajará a Múnich con el equipo, aunque aún no ha entrenado con el grupo y su regreso no está previsto hasta dentro de unas dos semanas.