Una de las instituciones más querida y respetada por los valeranos es su Ateneo. Ya está rondando sus 73 años y sigue campante en sus principios, ideas culturales y el aporte que brinda a diversas instituciones del municipio y el estado.
La tarea no ha sido fácil, la cuota de sacrificio ha estado presente desde el arranque pero, se ha sabido superar en cada ocasión. El trabajo conjunto de diversas directivas, desde su nacimiento, ha dado sus frutos. Aura Salas Pizani y Marlene Briceño, son ejemplos palpables, de la dedicación, por lustros, de una lucha que le reconocemos públicamente. Dos mujeres con sus calzones ajustados bien puestos.
De los sinsabores vividos en el Ateneo toca remontarnos a la década de los 90. Por esos años un grupo de desadaptados, con disfraces de hombres de cultura se apoderaron del Ateneo y comenzaron, desde allí, una cruel campaña en contra de anteriores directivas, sobre todo de las damas que la integraban. Para sus andanzas contaban con un pasquín semanario donde sacaban a relucir su adoración a la misoginia. Las instituciones de la ciudad eran blanco de esos ataques, entre otras, personal de Cadafe, sindicato de la industria eléctrica. Colegio de Periodistas, cámara junior, Colegio de Profesores, sindicato de maestros y otras.
¿Cómo se le dio un parao?
Un buen día bajo la batuta del Dr Eladio, Dr. Diaz Castañeda, Marlene Briceño y Evencio Daboín, entre otros, sostuvimos una reunión para recuperar la casa de la cultura. Primer paso: iniciar la campaña ponte al día , paga tus mensualidades y a votar. Los adversarios se asombraron por la presencia de un sin número de ateneístas, muchos con hasta dos años de ausencia por los predios del ateneo. Ese día revivimos lo que era normal en los partidos políticos: la operación remolque y esa tarde del viernes: trabajamos, votamos, cobramos y celebramos.
Ojalá que esta remembranza sirva para iniciar el trabajo para recuperar lo que un día nos arrebató la Alcaldía de Valera en la persona de Temístocles cabezas y los anexos que hicieron suyos los cuerpos militares. Sería el mejor regalo que le podríamos dar al Ateneo en su próximo aniversario.