Por: Alejandro Mendible
1.- El gobierno brasileño actual de Lula 3 con la misión “discreta” de alto nivel encabezada por el asesor presidencial Celso Amorín logra un progreso diplomático significativo en el intento de la estabilización política democrática del controversial caso venezolano encarnándolo como “fundamental” en la recomposición de las fuerzas centrípetas del desarrollo del proyecto sudamericano.
2.- La idea de Sudamérica como una aspiración de unidad geopolítica frente al mundo del nuevo siglo surge en Itamaraty en el 2000, cuando por primera vez se reúnen los presidentes de la región en Brasil, (el único país de raíces luso americanas y el de mayores magnitudes en el presente) al cumplirse los 500 años de su descubrimiento y resuelven iniciar una integración geoeconómica regida por los procedimientos democráticos.
3.- El marco jurídico democrático permite la aceptación del debate electoral hacia la izquierda durante la primera década del siglo y a partir de 2003 cuando el proyecto Lulista en Brasil gana las elecciones, y después captar las otras tendencia populistas similares, entre ellas el “chavismo”, impulsa un proyecto sudamericano de justicia social, esbozado en el 2008 en la creación de Unasur con una propuesta contraria al liberalismo dominado por los Estados Unidos durante el siglo XX.
4.- En ese período cuando era canciller Celso Amorin las relaciones binacionales alcanzan un “nivel estratégico” y de 2003 a 2008 las exportaciones brasileñas hacia Venezuela saltaron de los 608 millones de dólares a 5,15 billones y en 2009 el Brasil tuvo en Venezuela su mayor saldo comercial con 4,6 billones de dólares, 2,5 veces superior al obtenido con los Estados Unidos que fueron de 1.8 millones. Ello evidenciaba que ambos países tienen una economía complementaria con una alta potencialidad
5.– Igualmente, se evidencia que cerca del 72% de las exportaciones que Brasil enviaba a nuestro país eran productos industrializados, con alta valor agregado y elevado potencial de generar empleo como lo fue la construcción de la ampliación y mejoramiento de la Siderúrgica Nacional en Puerto Ordaz y la Línea 2 del Metro de Los Teques. Esta presencia económica se avizoraba como un marco de referencia estratégica en la sustitución de las masivas inversiones extranjeras y dependencia de los Estados Unidos. No obstante, la situación estratégica fue rápidamente suplida por el capital chino después de la muerte de Hugo Chávez en 2013 seguido de la ruptura de relaciones diplomáticas en 2020 cuando Venezuela quedó con una deuda de 682 millones de dólares según reporta el organismo oficial brasileño BNDES.
6.- Las fuerzas centrípetas económicas movidas por el ente regional de las izquierdas, tendientes a la formación de una nueva infraestructura organizacional del continente Sudamericano cuyo modelo virtuoso se alcanza con la creación de Unasur en 2008, entra en un período de perturbación y desarreglo superestructural de su plano político. Entre los dos países empieza cuando la química de avenimiento creada entre Lula y Chávez queda cortada por la muerte del presidente venezolano y su sucesor Maduro para quedar en el cargo en un país altamente polarizado manipula en su favor la constitución chavista de 1999, entrando en confrontación con la comunidad occidental, en especial con los Estados Unidos y con el Brasil, después de 2016 por el concepto de la idea de democracia. .
7.- La idea de democracia es un logro de la civilización occidental y en la Edad Moderna el sistema es impulsado por las revoluciones burguesas europeas que destruyen el viejo orden feudal e implantan el capitalismo, con una nueva visión del mundo suministrada por la ideología liberal. Los dos modelos de mayor trascendencia creados por el eurocentrismo en su dominación mundial son: en lo político, la república creada por la Revolución Francesa de 1789 y en lo económico, la industrialización creada por el Reino de Inglaterra en el siglo XVII, la cual. termina afectando el sistema productivo mundial bajo la modalidad de países desarrollados metropolitanos y subdesarrollados dependientes periféricos.
8.- En el continente americano los colonos ingleses puritanos desde el período colonial lucharon por lograr la democracia liberal y cuando lograron la independencia, la introducen en la constitución de 1787 como un imperativo de “nosotros el pueblo de los Estados Unidos”. Este es el primer país en industrializarse fuera de Europa y de sacarla de competidora económica en todo el hemisferio americano al dominar la Unión Panamericano de Comercio en 1890.
9.- Venezuela y Brasil aparecen bajo la égida del liberalismo por vías diferentes, el primero como república, el segundo como monarquía (la única experiencia monárquica exitosa en América hasta 1889 cuando el Emperador Pedro II es derrocado por un golpe de estado militar). En ambos casos en el siglo XIX, la democracia era un discurso sin contenido social por cuanto la independencia política no logró cambiar las estructuras arcaicas semifeudales. En el siglo XX uniformados como repúblicas pero siguiendo procesos políticos dispares y praxis políticas diferenciadas, por ejemplo, en la década de 1960, mientras en nuestro país existía la democracia puntofijista en Brasil aparece la dictadura militar en 1964, que motiva la aplicación de la doctrina Betancourt como argumento para romper relaciones. En el 2020, el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro esgrimiendo su legitimidad de origen electoral de acuerdo a constitución de 1988 rompe relaciones con el gobierno de Maduro por contravenir la constitución de 1999.
10.– El contexto histórico anterior se encuentra en un momento coyuntural de gran importancia exponencial para el futuro nacional y cuya repercusión será definitoria para la suerte de la unidad sudamericana. En estas condiciones se produce la visita de Celso Amorín representando la posición “neutral” de Brasil, recogiendo la experiencia del “Lulismo” brasileño. En lo nacional, desde el 2003 cuando llegaron al poder por primera vez y su antagonismo acumulado con las fuerzas que lo adversan y en lo internacional, las alternativas del país más grande de nuestro continente, ante un mundo occidental desafiado por el gran salto de las grandes civilizaciones milenarias por actualizarse tecnológicamente y competir en el mundo actual, presentando modelos alternativos de desarrollo de la humanidad, cuestión que se refleja en nuestro hemisferio por el alejamiento de Brasil de los Estados Unidos, su principal aliado estratégico durante el siglo XX, y buscar una posición ductora en la reorganización geopolítica sudamericana. En la construcción de esta realidad entran en consideración los imponderable culturales de la presencia indigna, negra asi como de otros múltiples factores tanto económicos como sociales. Así, el apoyo brasileño busca la realización de unas elecciones competitivas reales que permitan contribuir al conocimiento del aporte de la venezolanidad en la nueva identidad sudamericana.