El antiguo templo de San Pablo Apóstol de La Puerta / Por Oswaldo Manrique

Sentido de Historia

 

 

 

<<el recuerdo de la torre que antaño presidía la comarca y que tímidamente demoraba sobre un valle de flores, al pie de inmensas montañas>> (Abreu Burelli, Alirio).

 

 

El breve resumen que aquí se comparte, fue extraído de una parte, de la investigación documental e historiográfica sobre la incidencia ejercida por la Iglesia Católica en el proceso de evolución de La Puerta, como pueblo colonial de indios y luego, como expresión oligarca. De forma concreta, se escogió como referencia socio-religiosa, el templo de Nuestro Señor San Pablo, y de forma particular la actividad y entusiasmo de los curas, en una línea de tiempo, marcada por su empeño en construir, remodelar, reparar, reconstruir o reformar dicha edificación.

Curas desde el siglo XVII al XX, involucrados en la construcción, remodelación o reparación o reconstrucción o reforma del antiguo templo de Nuestro Señor San Pablo Apóstol de La Puerta.

Para la creación y establecimiento institucional y eclesiástica de La Puerta como Pueblo de Indios y Pueblo Cabecera de Doctrina, una de las exigencias principales al igual que para las ciudades, era que el sitio escogido estuviera poblado por aborígenes con el fin de adoctrinarlos, en este caso moraba un grupo de indios Timotes, como lo afirman los documentos de Encomiendas, y esto lo fijó la Ordenanza, así: “Que sean  poblados de indios y naturales a quien se pueda predicar el evangelio, pues este es el principal fin para el que mandamos hacer los nuevos descubrimientos y poblaciones.” (Ordenanza: art. 36). Para nosotros, eran aborígenes Bomboyes, Xaxoes, Mukutís, Kombokos, Bicuyes y Xikokes, grupos pertenecientes al señorío de los Timotes, los que se convirtieron en la mano de obra, para el enriquecimiento de los invasores europeos.

En el año 1608, el Obispo fray Antonio de Alcega, organiza y ordena la conformación de la Séptima Doctrina, teniendo como Pueblo Cabecera de la misma a San Pablo de Bomboy (hoy La Puerta); el gobernador Alquiza, había confirmado las Encomiendas, que además, obligaba a concentrar los aborígenes en un solo lugar, se induce que a partir de este año, comenzó la conformación del Pueblo de Indios de dicha Doctrina, en la parte sur del valle de Bomboy, en lo que en parte es hoy el área urbana de La Puerta, y que luego pasaría a ser el Resguardo Indígena de La Puerta, hasta 1891.

 

1608. Pbro. Antonio Montero y la primera edificación religiosa: una capilla doctrinera “enramada”

 

El proceso de construcción de la primera capilla, hecha de horcones y bahareque con techado de carruso, y cobertura de paja paramera, para llegar al Templo que hoy tenemos en nuestra parroquia, comienza en dicho año, congregando los nativos en el sitio de resguardo, lo que en buena parte es hoy el área urbana de la Puerta. La vieja y limitada ermita, levantada en los comienzos del siglo XVII, y concluida en 1620, para tener un espacio donde sentarse los noveles feligreses a celebrar la santa misa y los sacramentos, eran de las criticadas “ramadas”, que el Obispo Martí consideraba indignas e indecentes, una especie de casucha de horcones y paja, de una sola nave, estaba ubicada en toda la esquina donde está hoy levantada la Casa Cural, avenida Bolívar, diagonal a la plaza. Con el avance económico de las plantaciones de los primeros encomenderos y sus indígenas avasallados, habría sido reparada con troncos de tirindí y guadua, con techo de paja, que con el tiempo sería sustituida por una construida de bahareque y techo de tablas y teja; era un sitio en el que la feligresía aborigen acudía a escuchar las misas, las noticias sobre los curas, mayordomos de fábrica y sacristanes, las visitas de los Obispos, y la preparación de las celebraciones, bautizos y confirmaciones; y en algunos casos, para las exequias a sus difuntos.

El padre Antonio Montero, fue quien acompañó al Obispo fray Antonio de Alcega, en su recorrido por el valle de Bomboy a finales de 1607, en su jornada de exploración y organización de las Doctrinas; al ser designado primer cura doctrinero de este valle, se distingue que fue el encargado de la construcción de la primera Capilla de San Pablo Apóstol (Briceño, 60).

Esta Séptima Doctrina, cumplía un objetivo de orden estratégico y geopolítico. Hasta el sitio Timotes (hoy del Estado Mérida) formaba parte del territorio del Virreinato de Santa Fe (Colombia), y el lado colindante, La Puerta, correspondía a la Capitanía General de Venezuela, aquí se iniciaban los lindes de la provincia, y se fue desarrollando el comercio e intereses fronterizos entre las dos jurisdicciones. Para 1620, ya estaba construida la modesta Capilla, de barro, y techo de horcones de madera, cubierta de paja paramera.

 

1629. Pbro. Salvador de Carmona, sustituyó al padre Montero

 

Se tiene como otro dato importante de los inicios del proceso de adoctrinamiento católico de nuestros nativos Bomboyes, el año 1636, en el que ratificado el padre Carmona, como cura doctrinero del Pueblo San Pablo Apóstol del Bomboy (hoy La Puerta), fue quien sustituyó este año a su antecesor, el padre Antonio Montero (Briceño Perozo, 56 y 57); esto nos lleva a pensar que fueron el abnegado padre Montero y luego el padre Carmona, los que asumieron la responsabilidad de construir y mantener en las limitadas condiciones de infraestructura la Capilla, durante la primera fase de la misión eclesiástica y evangelizadora con los indígenas Timotes y Bomboyes de este Pueblo de Doctrina (Briceño, 60), también, Fray Juan de León, que suplía en la Doctrina.

1670. Pbro. Nicolás de Reyna y su fundación cartular.
1687. Pbro. Licenciado Juan Buenaventura Cabrita Losada y su contradictorio status.
1760. Pbro. Fernando Paredes Barriga.
1777. Pbro. Pedro Santa Anna Vásquez de Coronado, el constructor del viejo templo de San Pablo Apóstol de La Puerta. De templo de indios a templo de oligarcas.

El padre Coronado, fue quien recibió al Obispo Mariano Martí, en la primera y enramada Capilla. Dicho Prelado anotó en su Informe de visita pastoral, lo siguiente <<13. San Pedro de Bomboy (La Puerta). Pueblo de Doctrina. Libro más antiguo: 1720. Almas; 349>> (Briceño, 92); era una comunidad indígena de lento crecimiento, que se mantuvo casi totalmente pura, según las añosas Relaciones Geográficas.

Se puede afirmar que Coronado, fue el constructor del viejo y sólido templo de San Pablo Apóstol de La Puerta, actividad que habría iniciado en 1780 (Partida Defunción del Dr. Antonio Nicolás Briceño, 1804); preocupado porque la comunidad, no contaba con un templo adecuado y “decente” para la feligresía católica del valle, emprendió su periplo para la construcción del mismo, en el lote de terreno que se le había asignado cerca de la plaza. Los indígenas, que persistían en sus propias creencias, donaron un lote de terreno cuyo valor era altamente significativo, y esto facilitó la obra dedicada a Nuestro Señor San Pablo Apóstol del Bomboy. Esta negociación, era jurídicamente improcedente, no podían ser cedidas ni enajenables, porque eran tierras comunitarias asignadas a los aborígenes Timotes de este valle, pero quien tenía el deber de oponerse no se podía oponer: era el mismo cura Vásquez de Coronado. En los primeros folios del Libro de Fábrica de la Parroquia, se encuentra el primer inventario de bienes realizado en 1931, aparece la donación de dicho lote de terreno, el Mayordomo Pedro González, registra que el templo parroquial tiene dentro de su patrimonio “Un terreno de San Pablo que fue donado por los indígenas valorado 1.200 bolívares” (Acta de Inventario del año 1931. Libro de Fabrica del templo de San Pablo Apóstol de La Puerta. Archivo Histórico de la Diócesis de Trujillo). Este curioso dato, nos hace pensar que la vieja donación, para los indígenas, tenía como objetivo, lograr la construcción de un templo más adecuado.

El cura Vásquez de Coronado, logró levantar una edificación sencilla, pero que reunía lo que aspiraba, un templo católico andino, con espacio suficiente para el encuentro litúrgico. Fue la construcción más importante de esta nueva comarca, logrando avanzar en la transformación de esta aldea indígena, abriendo el campo de perspectivas para la fusión de ambas culturas, de la cual derivaría nuestra conformación como pueblo.

La data de culminación del templo de San Pablo Apóstol del Bomboi, se estima para finales del siglo XVIII, es decir, entre 1790 y 1795, año este, de la llegada como cura párroco de La Puerta y Mendoza, del sacerdote Francisco Antonio Rosario; considero que estaba recién construido el templo de San Pablo Apóstol, por lo que el nuevo párroco se dedicó a fomentar la construcción de la capilla anexa al templo de San Antonio Abad, en la vecina parroquia Mendoza, obra que comenzó en el año 1796. En cuanto a esto, encontramos una nota curiosa, en el acta de defunción del Dr. Antonio Nicolás Briceño, padre del coronel Antonio Nicolás Briceño “el diablo”, de fecha 21 de septiembre de 1804, suscrita por el padre Francisco Rosario, se lee que, hizo memoria testamental ante testigos, en la que “…instituyó y ordenó a sus herederos y albaceas que de sus bienes le diesen a la Iglesia de San Pablo Apóstol de La Puerta, la suma de cincuenta pesos, pertenecientes a la fábrica de dicha iglesia, por cuenta del Presbítero Don Pedro Santa Ana, cura que fue de este pueblo..” (Rosario Tavera, Huma. Trujillo, epicentro de la campaña admirable. Pág. 64. Imprenta del Estado Trujillo, 2010). Esto pudiera entenderse, que para 1804, ya estaba construido el templo. Interesante dato, que confirma que para finales del siglo XVIII, se tenía un primer templo decoroso y digno en esta Parroquia, gracias a la labor y emprendimiento del sacerdote Pedro Santa Ana Vásquez de Coronado.

Esta edificación de sólida construcción, duró en pie 175 años aproximadamente y fue sustituido por el templo actual, construido por el padre Trejo, inaugurado en 1965. La escritora Ligia Burelli, la describió así: <<Del techo de tirantes de la vieja iglesia, se desprendían dos columnatas formadas por listones de madera y que dividían el recinto en tres angostas naves. Los reclinatorios ocupaban las naves laterales, pero solo desde la Puerta del Perdón hasta las escalinatas que llevaban al altar>> (Burelli, Ligia. Un día volver. Pág. 33. Gráficas Franco. Caracas. 1992).

De igual forma, nos asoma el carácter elitesco que había adquirido el Templo, en las primeras décadas del siglo XX, al describir cómo se debía estar en este recinto, << En este espacio debían situarse las mujeres y los niños. Los hombres tenían que permanecer atrás, de pie o hincados en el suelo de ladrillo, durante las ceremonias>> (ídem); se refería a la nave central y las laterales. Agregó que, los hombres podían <<de acuerdo a su status social, llevar una silla –que otro cargaba por supuesto- y, sobre todo, un cojín en forma de anteojos: un redondel para cada rodilla>>(ídem); eran los convencionalismos propios de la pequeña oligarquía municipal, que se estaba conformando de un pueblo “sin indios y sin negros”, luego del despojo de las tierras del Resguardo indígena, en 1891.

1795. Pbro. Francisco Antonio Rosario, el protector de los indígenas.
1847. Pbro. Zoilo Troconis.
1860. Pbro. Dr. Enrique María Castro, biógrafo del padre Rosario

El cronista José Rafael Abreu, menciona a cuatro curas que oficiaron en este siglo, en el Templo de San Pablo, sin embargo, no hemos encontrado ningún indicio ni elemento documental de su existencia, ellos son: Padre León; Padre Flores; Padre Figuera; y el padre Florencio A. Paredes (Abreu, 67).

1882. Pbro. José Asunción León. Para este tiempo, el Templo había cumplido más de cien años de construido y conservaba sus características fundamentales, que son las siguientes:

El diseño y distribución del espacio interno del templo, responde a la tendencia arquitectónica católica aplicada a las edificaciones religiosas en las colonias americanas. Planta rectangular, semejante al estilo basilical, que se describe en el acta de inventario de 1882, cuya acta describe: “En el cuerpo de la Yglesia de La Puerta a trece de abril de mil ochocientos ochenta y dos el cura encargado de ella presbítero José Asunción León, asociado del Mayordomo de Fabrica, ciudadano Miguel Aguilar y los testigos, avaluamos Natividad Aponte y José Miguel Bustos se procedió hacer en debida forma el inventario de propiedades de la Yglesia. Primeramente. 1.- Caserón (o Cañón) de tapias que constituye la Yglesia y a la espalda un cuarto que sirve de sacristía y otro a un costado del presbiterio que sirve para guardar…” (Libro de Fabrica del templo de San Pablo Apóstol de La Puerta. Archivo Histórico de la Diócesis de Trujillo).El inventario indica que era una construcción simple, sin ningún aditamento u ornamento arquitectónico que lo asemejara a un templo formal dentro de los cánones eclesiales tradicionales europeos.

Fueron Curas de esta Parroquia, desde comienzos del siglo XX, hasta 1965, en que se inauguró el Templo actual.
1900. Pbro. Juan Carrasquero.
1908. Pbro. Br. Eloy González Moreno y la reconstrucción del Templo.

Durante la gestión de este cura, el templo fue reconstruido por el gobierno del general Juan Vicente Gómez (Libro de Fábrica de la Parroquia La Puerta. 1882. Archivo Histórico Diócesis de Trujillo).

Llegado el siglo XX, la población de La Puerta, iba aumentando, el uso y necesidades de un templo con mayores condiciones, fue preocupación del gobierno andino, al designar al Mayordomo de Fabrica de la Parroquia eclesiástica de La Puerta, en el año 1931, se realizara un inventario del patrimonio, que efectivamente se elaboró, en el que describe la edificación, como sigue: “…Ynventario de la Yglesia Parroquial de San Pablo Apóstol de La Puerta, diez de abril del año mil novecientos treinta y uno…1.- El edificio reconstruido…tres naves sobre tapias de los lados y por el medio sobre pilares de madera, con una pieza después del Presbiterio que sirve de sacristía; al lado izquierdo un cuarto para el…al pie del mismo lado, otro que es Bautisterio y al lado derecho el edificio del campanario en dos pisos, todo está cubierto de tejas…” (Libro de Fabrica del templo de San Pablo Apóstol de La Puerta. Archivo Histórico de la Diócesis de Trujillo). Reseña una reconstrucción de este templo que fue erigido el siglo anterior, es decir, más de 140 años antes, bajo la dirección del padre Vásquez Coronado. Igualmente, describe que para 1931, la planta que eran de un cañón, pasó a tener tres naves, con la central conectada al altar principal, es decir, hubo una importante ampliación del vetusto Templo. Sus medidas generales aproximadas, eran 15 metros de frente (fachada principal), por 30 metros de fondo, con la posibilidad de ampliación hacia el terreno trasero. Tanto el altar, el presbiterio y sacristía, se encuentran ubicados hacia el lado este del templo, que es la zona funcional de los curas y sus ayudantes durante los faenas litúrgicas; en lugares específicos de cara hacia los feligreses, se encuentran las imágenes de San Pablo Apóstol, San Isidro, la Purísima y la Virgen de la Paz, como joyas y cuarteto sagrado de esta Parroquia; se dice que esta orientación responde al símbolo sol, como se estila en los templos paganos. La entrada queda en su lado oeste, desde donde se extienden las bancas o asientos de madera, en dirección al altar.

Típico de la construcción andina colonial, la utilización de tapiales de barro como paredes, en lo interno, acoplaron pilares de madera, en calidad de columnas en la nave principal, que la diferenciaba de las laterales en el conjunto del templo. Estaban totalmente techadas de tablones de madera traída del páramo y teja criolla elaborada por nuestros alfareros, tanto sus naves como el campanario, sacristía, bautisterio y el resto de sus ambientes. De fachada sencilla, estilo barroco, con puerta central de madera arqueada, que conjugaban con la entrada de piedra, en la sencilla fachada y sus paredes internas y externas totalmente pintadas de blanco, en contraste con el rubor de su techo. La torre del campanario, como se estilaba en esa época en Venezuela, de dos pisos, con hermosa cúpula en forme de diamante. Son las características de la antigua capilla, rural, pequeña, sin ínfulas de suntuosidad, pero igualmente solemne y cargada del misticismo religioso.

El altar mayor levantado rectangularmente, cumplía las especificidades para colocar el cáliz, sus corporales, el misal y las hostias que se utilizaban en las misas. Detrás de ese altar, se ubican las imágenes del Patrono, la Virgen de la Paz, la Purísima y San Isidro. Más atrás, -describen los inventarios-, se encontraba la sacristía, para ponerse los curas su hábitos, sotanas, estolas y bandas sagradas de acuerdo al acto litúrgico, allí, también están los escaparates y roperos, y también el mueble donde se guardan los objetos pertenecientes al culto. Lo que se denomina en el inventario de 1882, “…a la espalda un cuarto que sirve de sacristía y otro a un costado del presbiterio que sirve para guardar…” , o señalado como “…una pieza después del Presbiterio que sirve de sacristía; al lado izquierdo un cuarto para el…” en el inventario realizado en 1931, es el lugar del templo donde está el Sacristán y a la vez, es usado por el Párroco y los otros curas para revestirse o cambiarse antes y después de la misa.

1915. Pbro. Manuel Antonio González.
1920. Pbro. Ernesto de Jesús Méndez.
1933. Pbro. Rafael Ernesto Monsalve Citraro.
1937. Pbro. Francisco José Verde. Nuestro amigo y Cronista de Valera, recientemente fallecido Don Luis González, se refirió a este cura como un <<personaje de antología>>.

 

Pbro. Ramón de Jesús Trejo, y su obra: el templo actual de nuestro señor San Pablo Apóstol de La Puerta

El padre Trejo, era oriundo de Mucurubá, estado Mérida. Estuvo al frente de esta comunidad católica puertense, desde mediados de la década de los años 40. El 23 de enero de 1965 (aunque en la placa marmolea que está en la fachada se lee 25 de enero de 1965), fue día de celebración eclesiástica y popular del Santo Patrono, al ser inaugurado con la presencia del primer Obispo de la Diócesis de Trujillo, padre José León Rojas Chaparro, el nuevo y actual templo, iniciativa, diseño y desarrollo de construcción del sacerdote Ramón de Jesús Trejo. La última fase construida durante el gobierno del Dr. Raúl Leoni, que hizo el aporte económico para dicha obra; era cura párroco el Pbro. Castillejo.

1963. Pbro. Mario Castillejo, artífice junto con el Arquitecto Gasparini, de la remodelación de la obra construida por el padre Trejo.

 

 

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