Muy a pesar, de lo que se pudiera llegar a pensar, este año tan cuesta arriba para la economía venezolana fue un año emblemático para la creación audiovisual, 30 producciones fueron «paridas» por esta tierra y sus creadores, quienes en vez de observar los obstáculos, fueron directo a valorar las oportunidades.
Productores, directores, guionistas, actores y toda la parafernalia cinematográfica se consolidó con obras auténticas cargadas de historias ricas y de alta calidad estética, hasta se brindó uno de los mejores festivales de cine en la ciudad de Mérida y ya van varios reconocimientos internacionales a los filmes.
Este año se consolidó el género del terror, desde la película «La casa del fin de los tiempos» se fue imponiendo en las temáticas, hasta este año que se impuso con un estilo ya característico, los documentales demostraron su poderío al tomar temas de la realidad y ponerlos bajo la lupa de una cámara y se inauguraron nuevas salas y espacios de cine arte en el país.
Cintas como «La familia» no pararon de recibir reconocimientos internacionales, «La Soledad» demostró que se puede cobrar en dólares por un filme inédito por medio de streaming y el año se cerró con «El silbón» y «Venezuela es un desorden», ya una con un premio iberoamericano.
El círculo de críticos se activó ante las dificultades y el burocratismo, logrando producir, exhibir y distribuir eficientemente y con menos costos las producciones audiovisuales.
Acá 10 de las mejores películas de este año, producción nacional y talento venezolano: La familia, El silbón, Ann, Hijos de la Sal, El vampiro del lago, Nos llaman guerreras, Arpón, La Soledad, Madame Cinema y Venezuela es un desorden.