• Trujillo
  • Táchira
  • Mérida
  • Andes Legales
  • Revista Andina
lunes, 2 junio 2025
Diario de Los Andes
  • Inicio
  • Actualidad
    • Entretenimiento
    • Bienestar
  • Deportes
  • Economía
  • Mundo
  • Opinión
    • Sentido de Historia
  • Política
  • Sucesos
  • Trujillo
    • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Revista Andina
No Resultados
Ver todos los resultados
  • Inicio
  • Actualidad
    • Entretenimiento
    • Bienestar
  • Deportes
  • Economía
  • Mundo
  • Opinión
    • Sentido de Historia
  • Política
  • Sucesos
  • Trujillo
    • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Revista Andina
No Resultados
Ver todos los resultados
Diario de Los Andes

No Resultados
Ver todos los resultados
Inicio Opinión

Educación productiva | Por: Antonio Pérez Esclarín

por Antonio Pérez Esclarín
01/12/2024
Reading Time: 4 mins read
Compartir en FacebookCompartir en TwitterComparteComparte

                     

Por: Antonio Pérez Esclarín  (pesclarin@gmail,com)

En Venezuela, necesitamos con urgencia una educación que siembre el valor del trabajo, de las cosas bien hechas, de la responsabilidad, de la productividad, de la puntualidad. El pensar que, por ser país petrolero,  somos ricos y que, en consecuencia, tenemos derecho a disfrutar de la renta sin necesidad de producir y de esforzarse, ha contribuido a profundizar  nuestra pobreza. Venezuela es un país potencialmente muy rico, lleno de recursos y posibilidades. Pero sólo a través del trabajo asumido creativa y responsablemente, y mediante unas políticas vigorosas que promuevan la productividad, la eficiencia, la calidad y combatan la corrupción, el clientelismo, el amiguismo  y la mentalidad limosnera, mesiánica y populista, convertiremos  esas posibilidades en realidades, haremos de Venezuela un país  próspero donde todos podamos vivir con dignidad.

El actual sistema educativo, raíz y fruto de una sociedad rentista y subsidiada, debe dar paso a una educación en y para el trabajo, germen de una sociedad de productores. La educación debe ser entendida y asumida como un medio para capacitar humana, política y laboralmente  a la población, de modo que generemos los bienes y servicios de calidad necesarios para que todos podamos vivir dignamente. Esto debe llevarnos a asumir más creativamente la necesaria integración entre teoría y práctica, trabajo intelectual y trabajo manual, capacitación y formación, saber y saber hacer,  unión entre empresas y escuelas. Las escuelas deben producir y las empresas deben enseñar. Se trata, en definitiva, de promover una cultura que asuma el trabajo –tanto manual como intelectual-y la necesidad de actualizarse y formarse  permanentemente, como valores esenciales, como medios imprescindibles  para lograr la propia realización  y posibilitar una economía vigorosa  que posibilite a todos el cumplimiento de sus derechos esenciales.

El problema es mucho más complejo y difícil que poner talleres en las escuelas, dotarlas de computadoras o repotenciar la educación técnica. El reto fundamental consiste en que la educación asuma en serio el trabajo y la producción. No como una materia o como un área, sino como un valor y como contexto que impregna toda la vida escolar que, en la actualidad,  más que productora, es reproductora. En el sistema educativo se enseña a repetir, a copiar, pero no a inventar, a producir, a crear. Cambiar esta mentalidad va a suponer, entre otras cosas, que los centros educativos se conviertan en lugares donde se trabaja en serio, con puntualidad y disciplina, y se considera una tragedia cualquier pérdida de tiempo. El tiempo se pierde no sólo cuando no hay clases o cuando se asiste a la escuela unos pocos ratos, sino que también se pierde con los alumnos en el aula, cuando las actividades se limitan a copiar del pizarrón, llenar guías, o memorizar contenidos irrelevantes.

Asumir el trabajo como valor supone optar por una pedagogía activa, centrada en el hacer significativo del alumno y no en la palabra del docente, del libro o la computadora.. El alumno aprende haciendo, construyendo, resolviendo, recreando, manipulando, preguntando, investigando. Sólo si los centros educativos se van convirtiendo en verdaderos talleres donde se trabaja en serio, organizada y cooperativamente, donde los aprendizajes tienen utilidad y no sirven meramente para pasar exámenes y ascender de un curso a otro,  el alumno amará el trabajo y se hará trabajador.  El trabajo, lejos de ser fuente de fastidio y aburrimiento, si es un trabajo que tiene sentido y responde a las necesidades e intereses del alumno, se convierte en una actividad gozosa y medio de crecimiento personal y comunitario. Debemos pasar del aprendizaje de la cultura a la cultura del aprendizaje y dotar a los alumnos de las competencias esenciales (lectoescritura, comunicación, cálculo, pensamiento) y las actitudes y valores fundamentales (curiosidad, responsabilidad, creatividad, emprendimiento, cooperación, orden, disciplina, honradez) necesarias para seguir aprendiendo siempre, y para participar de un modo no marginal en el mundo del trabajo. Se trata de ir desterrando la escuela enciclopédica y caletrera, por una escuela que se propone responder a la construcción de la nueva cultura que requieren los cambios científicos y tecnológicos. Escuela que enseñe a desaprender, a aprender, a comprender y emprender.  En este sentido, dada la velocidad de los cambios tecnológicos, parece evidente que, más que formar para ocupaciones específicas que se modifican día a día, hay que privilegiar una formación general polivalente,  orientada a desarrollar habilidades comunicativas, de procesamiento de conflictos en las relaciones humanas, de adaptación al cambio, analíticas y de solución de problemas.

 

Lea también

Capital Social | Análisis de la realidad social en el marco de las experiencias vividas

Capital Social | Procesos grupales relevantes: representación, selección y retención 

02/06/2025
VERICUETOS POLÍTICOS |  ¡MARIA CORINA AVANZANDO!  |   Luis Aranguren Rivas. 

El fanatismo político y sus consecuencias | Por: Carolina Jaimes Branger

02/06/2025
Navidad, tiempo de encuentro y  reconciliación | Por: Antonio Pérez Esclarín

Amar a Venezuela | Por: Antonio Pérez Esclarín

01/06/2025
Elección Presidencial: ¿mesías o transformación? | Por: María Eloina Conde

Oposición en Venezuela: ¿Unidad perdida o dirección equivocada? | Por: María Eloina Conde

01/06/2025

@antonioperezesclarin    

www.antoniopereesclarin.com

 

 


¡Mantente informado! Síguenos en WhatsApp, Telegram, Instagram, Facebook o X 

 

 

 

 

 

 

Tags: Antonio Pérez EsclarínEducación productiva
Siguiente
PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO | Por  Francisco González Cruz

UNA CUMBRE PARA PLÁSTICO | Por Francisco González Cruz

Publicidad

Última hora

Capital Social | Procesos grupales relevantes: representación, selección y retención 

El fanatismo político y sus consecuencias | Por: Carolina Jaimes Branger

De tocar en la Sinfónica Juvenil de Caracas a abrir una tienda de música en España

MrBeast se convierte en el primer youtuber en alcanzar los 400 millones de suscriptores

González Urrutia dice que venezolanos demostraron su «fuerza» en elección del 25 de mayo

Publicidad

Diario de Los Andes

Ediciones

  • Trujillo
  • Táchira
  • Mérida
  • Andes Legales
  • Revista Andina

Síguenos

Welcome Back!

Login to your account below

Forgotten Password?

Retrieve your password

Please enter your username or email address to reset your password.

Log In
No Resultados
Ver todos los resultados
  • Trujillo
  • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Inicio
  • Actualidad
  • Entretenimiento
  • Bienestar
  • Política
  • Deportes
  • Sucesos
  • Mundo
  • Opinión
  • Sentido de historia
  • Economía
  • Revista Andina
  • Andes Legales