Eduardo Escobar ha sido agua en el desierto de los Cascabeles de Arizona esta temporada y poco a poco su producción hidrata ambas Ligas. El martes, ante los Filis de Filadelfia en Chase Field, el de La Pica, estado Aragua, empujó tres carreras para amanecer ayer líder en carreras remolcadas de todas las mayores en solitario con 92. Dio jonrón para instaurar un nuevo tope personal de jonrones (25). Pero Freddie Freeman (91), Josh Bell (89) y Cody Bellinger (88) por la Nacional, Mike Trout (89) y Rafael Devers (87) por la Americana les respiran muy de cerca y no tiene permisos para bajar el ritmo. La casilla de triples también es comandada por él, pero igual en compañía. El criollo tiene nueve tribeyes, como Whit Merrifield y Adalberto Mondesi, ambos de Kansas City, pero con ambos dígitos en lo más alto, no hay quien pueda negar su rendimiento óptimo, pese a los bajones naturales.
Durante la segunda mitad su actividad ofensiva no ha sido muy notoria, registrando de 95-22 (.219) con siete pelotas fuera del parque y trayendo al plato 25 rayitas, pero la distribución, a través de 111 juegos, configura un buen abastecimiento. El antesalista lo sabe, pero no se distrae.
Eduardo feliz con sus topes
“Por supuesto que significa mucho para mí, es importante para mi carrera [establecer topes personales]”, dijo Escobar a través de un traductor al AZ Central. “Pero, una vez más, mi enfoque está en trabajar duro todos los días para seguir mejorando todos los días y seguir teniendo una gran temporada a medida que avanzamos este año. Más allá de eso es ganancia”. Desde su llegada al equipo desde Minnesota, justo hace un año, en la fecha límite de intercambios de 2018, Escobar ha sido una de las piezas claves del lineup y ya contabiliza, en dos temporadas, casi la mitad de sus registros históricos con los Mellizos.