Hoy miércoles, ocho de noviembre, se cumple otro aniversario un personaje de nuestra contemporaneidad valerana, Amigo, Deportista, Educador, dicharachero por más señas, “echador de bromas” in extremis, si cabe la palabra, me estoy refiriendo y hablo de nuestro Edgar Salas, más y mejor conocido como “Perezjimenez”, apodo ganado en su época de niño, no sé si por travieso o por su «dictadura» en su manera de dominar el balón en sus torneos infantiles de fútbol en la Valera de las últimas décadas.
Nacido ese día, pero de un noviembre de 1953 en los predios del sector valerano El Bolo, hijo de María Cristina Salas mujer de la Valera de los años 50 del siglo XX, madre de siete hijos, Mary, Atilia, Miriam, Mario, Andrés y Rubén y por supuesto Edgar.
En su infancia Edgar recibió el calor de su Mamá, mujer emprendedora, trabajadora, en un hogar lleno de humildad junto a sus hermanas y hermanos, además de contar la sabia tutoría y crianza de su abuela “Victorita”, mondonguera, partera, sobadora, cocinera para los obreros y trabajadores de las fincas de Mario Maya, nieto de Rafael Matheus, conocido agricultor en los predios agrícolas de esa Valera de entonces, hoy día asiento al desarrollo habitacional conocido como la Urbanización Morón, de su abuelo Rafael, agricultor, elegante, gallero, también Edgar recibió su educación y buenas costumbres, formado también por su Tíos Ricardo Salas y Eloy “Huesito” Salas, deportistas, boxeadores exitosos pues ganaron sus preseas en el deporte de las lonas y las cuerdas.
Eloy “Huesito” Salas fue boxeador también galardonado y Ricardo Cano Salas, ganador del Cinturón de Diamante, cinco veces campeón nacional en boxeo amateur, participante en un combate con su compadre del Carlos Morocho Hernández, quien llegó a manifestar “que ni Eddie Perkins le había golpeado tan duro”.
Con esta sabiduría de su Mamá Cristina, la de su Abuela Victoria, «Victorita», la guía de su abuelo Rafael, de sus tíos Ricardo Salas y Eloy “Huesito” Salas, Edgar fue influenciado para la práctica deportiva del balón pie, deporte que desde sus años infantiles ganó su atención, formando equipos donde la habilidad para la gambeta y el shut se iba destacando, formando plantilla en los primeros encuentros nacionales, Edgar cuenta en su haber futbolístico el haber sido el único trujillano en hacer un gol olímpico en un Campeonato Nacional Infantil A, hecho sucedido en el estadium Farid Richa en tierras del estado Lara en el año de 1969 bajo la dirección técnica del profesor y entrenador Gilberto Amaya Rojas ( Barranquilla).
También entre sus glorias deportivas debo mencionar el hecho que militando en la plantilla del Equipo Trujillanos Futbol Club en segunda división, fue el primer autor del gol del Trujillanos un 14 de marzo de 1982 al equipo de Portuguesa en el Stadium General José Antonio Páez.
Lo grande de Edgar Salas Perezjimenez es su desempeño como joven, patinador nato, cultor de la gimnasia, aficción aprendida de entrenadores de los llamados Cuerpos de Paz del gobierno norteamericano, futbolista nato, practicante del sófbol, es decir deportista original, acreedor de varias condecoraciones pero por sobre todas las cosas excelente Ciudadano, Amigo, excelente Padre, casado con Magaly con quien formó su familia compuesta además por sus hijos Edgar, Migdally, Magdalis, José Miguel y Patricia, familia que influenció en su ser haciendo de Edgar un ciudadano ejemplar, es decir, Hombre de bien, en primer lugar, deportista, educador formador de la nuevas generaciones en la práctica del Balonpié.
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Edgar «Perejimenez» contribuyó con su accionar la presencia futbolista en nuestro estado Trujillo, haciéndolo partícipe en torneos regionales, nacionales e internacionales, en su honor de dió el nombre a un coso deportivo valerano.
En pocas palabras Edgar «Perejimenez» Salas ha sido un protagonista en la contemporaneidad exitosa de nuestra historia deportiva valerana.
Cómo ser responsable de su accionar, además de ser un excelente Padre, hemos tenido, me refiero a sus amigos de siempre, entre los cuales me encuentro, de contar con su Amistad imperecedera, su bonhomía y por supuesto de ser un Caballero de alto coturno.
Todos sus cercanos, seguidores, Amigos nos hemos identificado con Edgar y por supuesto aunque no estuvimos cerca, digo en sus primeros años, debemos agradecer a María Cristina, su Mamá, a Victorita, su abuela, a sus Tíos Ricardo y Eloy por la formación que dieran a Edgar en su infancia.
Hoy ya a nuestra edad y en el Cumpleaños número 70 de Edgar no podemos sentirnos sino ¡ORGULLOSOS, (así en mayúsculas) de contar con su AMISTAD, CONSEJOS Y GUÍAS DE VIDA!
Reciba Edgar nuestras más sinceras felicitaciones al Amigo, al Hermano por esta llegada a las 7 décadas, sano y con ganas de seguir en la Vida!
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