Guayaquil (Ecuador), 28 jun (EFE) .- Tras el histórico empate por 1-1 por primera vez en Copa América ante Brasil, en el cierre de la primera fase del Grupo B, Ecuador logró romper la mala racha en la mayoría de sus actuaciones en la Copa América, torneo que se ha mostrado esquivo desde siempre para el cuadro andino.
En el actual torneo, si Ecuador quedaba eliminado ante Brasil, lo hacía a pesar del alto nivel de juego que propuso y con las exigencias futbolísticas con las que sometió durante la mayor parte de los partidos a cada rival, a pesar de la derrota por 1-0 ante Colombia y los tres empates: por 2-2 ante Venezuela y Perú, respectivamente, y por 1-1 ante Brasil.
Pierda o gane, Ecuador seguirá siendo el equipo de la generosidad, del esfuerzo y de la propuesta ofensiva con la que incomodó a cada uno de sus rivales que, sin embargo, se aprovecharon de errores puntuales como Colombia que, con el único ataque que generó, mediante un tiro libre, hizo suyo el triunfo.
Contra Venezuela, el equipo y su técnico siguieron haciendo lo que saben: proponer siempre, buscar el arco contrario, pero terminaron lamentándose por lo caro que pagaron sus errores puntuales, pues Venezuela les llegó en dos ocasiones y le bastó para dejarlos sin la victoria.
Más doloroso para el técnico Gustavo Alfaro y sus dirigidos, resultó el partido ante Perú, al que sometió con fútbol, dominio territorial y con dos goles durante el primer tiempo.
Los de «la flor de la canela», como cantaba Chabuca Granda, aprovecharon los cinco minutos de un inexplicable desorden en los que alcanzó a empatarles, pero luego, Ecuador retomó el control de las acciones.
El sabor amargo de la derrota, de los empates, no alteraron la tranquilidad y la esperanza de mejores resultados para el seleccionador de Ecuador de origen argentino, y tampoco de sus dirigidos, que los llevó ante Brasil ha alcanzar la clasificación.
Los errores puntuales del equipo se dieron de manera especial, por los costados y todo por la propuesta siempre ofensiva, que lo obligaba a dejar grandes espacios que fueron aprovechados, especialmente por Perú, por lo que Alfaro tomó precauciones ante Brasil para fortalecer al equipo y terminar el encuentro sin repetir los fatídicos errores puntuales.
La reciente clasificación con Alfaro, la disfrutó también en la denominada Copa América Centenario que se disputó en Estados Unidos en 2016, su compatriota Gustavo Quinteros, que también logró clasificar a cuartos de final al equipo, siendo los dos hechos más importantes dentro de las anteriores y posteriores malas campañas en el actual siglo.
La desventaja de Alfaro ha sido el poco tiempo para trabajar al frente del equipo. Además, la pandemia por la covid-19 trastocó también la agenda de trabajo de su selección.
El técnico llegó al país andino en septiembre pasado en un momento crítico tanto en lo administrativo, por la disputa entre directivos por la presidencia de la Federación, y porque debió, sobre la marcha, reamar al equipo, encontrando en mejor nivel a una nueva generación y también rescató a unos cuántos jugadores de los procesos anteriores.
Los tres primeros rivales por el Grupo B de Copa América, también tomaron precauciones y no le jugaron de igual a igual. Sabían a ciencia cierta cuál ha sido y seguirá siendo la propuesta de Alfaro, con las que derrotó por 4-2 a Uruguay y por 6-1 a Colombia, en Quito, y por 2-3 a Bolivia, en La Paz, por las eliminatorias al Mundial de Catar.
La mezcla de juventud con la experiencia, todavía no ha alcanzado la armonía sostenida y deseada, pues el nivel mostrado hasta noviembre pasado y que tiene al equipo en el tercer puesto de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Catar 2022, aun no alcanzó a ser el mismo, a pesar de que sostuvo la idea y la propuesta de juego, todo como consecuencia del bajón futbolístico de varias de sus figuras.
Alfaro siempre dijo y sostiene que Ecuador está preparado para jugar donde sea y ante cualquiera, porque detrás de Brasil, por nivel de juego, su equipo debió ser segundo y no cuarto, por lo que su confianza será tan igual para jugar contra Argentina o de quien quede de líder en el Grupo A.