La humanidad se enfrenta a un colapso de la biosfera de inmensas proporciones que a su vez ocasionará un colapso de la civilización y la calidad de vida de las futuras generaciones. Veamos algunos datos. David Attenborough (nac. 1926) es un prestigioso naturalista británico y hace unas semanas ha publicado una obra titulada: ‘Una vida en nuestro planeta’ (2020) en la cual alerta sobre la inminente catástrofe ambiental que se cierne sobre nuestro planeta. En efecto, advierte sobre la deforestación, la escasez de agua en las ciudades, sequías en las tierras agrícolas, menos producción de alimentos, y pérdida de la biodiversidad. En 2030 la selva amazónica podría reducirse en un 75 % y en 2050 los océanos serán ácidos porque el dióxido de carbono ya no será asimilado por la vegetación (ya destruida) y entonces se formará ácido carbónico. En el año 2.100 el planeta será 4 grados centígrados más caliente, lo cual es un incremento enorme.
La ONU ha advertido en septiembre de 2020 sobre una extinción masiva de especies en el planeta, debido a los pocos avances en el ‘Plan Estratégico 2011-2020’ para mantener la biodiversidad. En efecto, el enorme Pantanal de Brasil es la mayor zona de humedales del mundo y es un paraíso de biodiversidad que abarca territorios de Brasil, Bolivia y Paraguay, pero ya un 15 % de ese Pantanal (2,2 millones de hectáreas) han sido destruidas recientemente por incendios (1). Asimismo, el planeta ha perdido en menos de 50 años más del 75 % de los vertebrados según el informe del ‘Fondo Mundial para la Naturaleza’ publicado en septiembre 2020, y las zonas más afectadas son América Central y América del Sur con un desplome del 94 %. La deforestación y la expansión agrícola son claves para explicar la desaparición del 68 % de los vertebrados entre 1970 y 2016, según el ‘Índice Planeta Vivo’ publicado el 10 de septiembre de 2020.
Algunos autores han publicado que el colapso de la civilización es inminente. En mayo de 2020 dos físicos teóricos, Mauro Bologna de la Universidad de Tarapacá (Chile) y Gerardo Aquino del Instituto Alan Turing, en el Reino Unido, publicaron un trabajo en el cual se predice que la deforestación en el planeta amenaza con ocasionar el colapso irreversible de nuestra civilización en cuestión de unos 20 años o 40 años, porque los bosques participan en la producción de oxígeno, la conservación del suelo y la regulación del ciclo del agua. (2). Además hay evidencias contundentes de que reducir la biodiversidad favorece la aparición de nuevas pandemias virales (3).
Para frenar este ecocidio planetario se requeriría un cambio de civilización y de los patrones de consumo. Por ejemplo consideremos el caso de las emisiones de gases de efecto invernadero que ocasionan el recalentamiento de la atmósfera. El 1 % de la población mundial (63 millones de personas) ha sido responsable de más del doble de las emisiones contaminantes a la atmósfera que la mitad más pobre (3.100 millones de habitantes) entre 1990 y 2015, según el informe de la organización internacional Oxfam publicado en septiembre de 2020. Entonces podemos preguntarnos: ¿Cómo aumentaría el recalentamiento de la atmósfera si toda la población del planeta emitiera gases contaminantes como ese 1 % de la población?….Por eso, solamente para frenar el recalentamiento se requeriría una nueva civilización. Lo mismo se requeriría para frenar el ecocidio y la pérdida de biodiversidad en el planeta. Pero eso es muy difícil de lograr. Nuestros hijos y nuestros nietos vivirán en un planeta con una biosfera destruida y una calidad de vida muy deteriorada. El caso de nuestro país es espeluznante. Nuestro país es uno de los más ricos del planeta en lo que se refiere a riqueza de ecosistemas y biodiversidad. Pero ahora vemos horrorizados cómo parques nacionales tan bellos como el de Morrocoy y los islotes de Chichiriviche están muy afectados por derrames de petróleo. Hace años cuando yo era joven tuve oportunidad en varias ocasiones de bucear entre los manglares de dicho parque y los arrecifes coralinos y es una experiencia que produce un éxtasis indescriptible… ¡ Y no hablemos de la pavorosa destrucción de los bosques al sur del Orinoco por las actividades mineras ecocidas!!! NOTAS: (1) Pag web El País, 13/09/20 (2) Publicado en ‘Nature Scientific Reports’, www.nature.com, 6 mayo 2020 (3) Pag web El País, 5 agosto 2020
Ernesto Rodríguez