“Los dos conversaron sobre la grave crisis que sufre Venezuela y sobre la necesidad de cooperar en la búsqueda de soluciones” para la crisis venezolana, informó la Presidencia brasileña en un comunicado.
Bolsonaro, cuyas políticas conservadoras se alinean con las de su homólogo colombiano, asumió este martes como presidente de Brasil tras vencer con el 56 % de los votos en las elecciones de octubre.
Duque se comunicó telefónicamente este miércoles con el ultraderechista para felicitarlo, desearle éxito en su gestión y reiterarle su deseo de fortalecer las relaciones entre los dos países.
Además de resaltar la importancia de fortalecer los lazos económicos, Bolsonaro abordó en la conversación la situación de Venezuela, cuya crisis económica, política y social ha ocasionado la migración de millones de venezolanos hacia las fronteras vecinas, incluyendo Colombia y Brasil, según la nota de la oficina de prensa de la presidencia.
En este sentido, Bolsonaro señaló como uno de los temas de especial atención la cooperación en el área de fronteras, en el que Colombia tiene una vasta experiencia por ser el mayor receptor de emigrantes venezolanos.
Tras ser elegido presidente, Bolsonaro ha dicho en varias oportunidades que no obligará a los venezolanos que han buscado refugio en el país a volver a Venezuela pero que sí impondrá un régimen para controlar su ingreso.
Según cifras oficiales del Gobierno colombiano, basadas en datos de organismos internacionales, de los más de 2,3 millones de venezolanos que han abandonado su país el 50 % está en Colombia.
De acuerdo con los datos oficiales, desde 2017 y hasta septiembre pasado ingresaron a Brasil 154.920 venezolanos por la localidad fronteriza de Pacaraima, en el estado amazónico de Roraima y único paso fronterizo entre ambos países, pero algo más de la mitad (79.402) ya ha abandonado el territorio nacional.
Las autoridades brasileñas estiman que entre 700 y 800 venezolanos llegan diariamente a Pacaraima, principal puerta de entrada de Venezuela a Brasil.
De los que decidieron quedarse en Brasil, cerca de 5.200 están en alguno de los albergues construidos en Boa Vista, capital de Roraima, y dependen actualmente de la ayuda humanitaria.
La falta de estructura de Roraima, uno de los estados más pobres del país, ha generado conflictos entre brasileños y venezolanos en la frontera y obligó al Gobierno a iniciar un proceso para trasladar a los inmigrantes a otras ciudades, que avanza lentamente.