Dos fallecidos dejo como saldo un enfrentamiento armado, entre presuntos integrantes de un grupo generador de violencia y funcionarios del Grupo Anti Extorsión y Secuestro de la Guardia Nacional Bolivariana No. 21, con sede en San Juan de Colón y de la Dirección General de Contra Inteligencia Militar de La Fría, que desarrollaban investigación, sobre el robo de un fusil, que el pasado fin de semana fue cometido por un soldado, que figura entre los abatidos.
El Cnel. Ramón Cabeza, director de Seguridad Ciudadana del estadio Táchira, confirmó la versión del enfrentamiento y la muerte de dos hombres, sin ahondar en mayores detalles, explicando que esto ocurrió la noche del lunes, en el camellón principal del sector El Arrecoston, en jurisdicción del municipio García de Hevia, cerca de La Fría.
En otra fuente se supo que los funcionarios del Gaes – Conas y Dgcim, estaban abocados a investigar el robo del arma de fuego un fusil AK-130, ocurrido el pasado sábado en la Unidad de Exploración Radioeléctrica de La Fría, por parte de un soldado que formaba parte del equipo encargado de prestar seguridad en el lugar.
Los investigadores lograron información y se trasladaron hasta el referido sector en busca del soldado y el arma, pero se encontraron con varios sujetos, al parecer integrantes de grupos generadores de violencia, que accionaron armas de fuego contra la comisión, dando origen a un cerrado intercambio de disparos, durante el cual, dos de los sospechosos resultan abatidos, entre ellos el soldado sospechoso.
Estos quedaron identificados como José Francisco Mecías Fragosa, venezolano de 18 años y un hombre de nacionalidad colombiana que respondía al nombre de William Ascanio, de quien no se suministro mayores detalles. Ambos cadáveres fueron levantados por detectives del Cicpc de La Fría y trasladados a la morgue del Hospital Central para la respectiva autopsia.
En el lugar fueron recuperados el fusil AK-130 y un revólver calibre 38, que se convierten en evidencia.
Se comentó de manera extraoficial que el soldado supuestamente intentaba vender el arma a miembros del grupo paramilitar conocido como “Arubeños”, y que al ser detectados por las autoridades, conformaba un grupo de unos cinco u ocho hombres, la mayoría de los cuales lograron escapar, durante el tiroteo, internándose en zona de montaña, donde ahora se hacen rastreos para tratar de ubicarlos.