Dos días sellando pasaporte para salir de Venezuela por el estado Táchira

Niños durmiendo en las aceras de las calles que están alrededor de la avenida Venezuela

Bajo el sol, sin baños, ni dónde comer esperan los venezolanos para sellar su pasaporte en el Saime de San Antonio del Táchira y Ureña- Foto cortesía: Obeysser Prada

Dos días pasó Obeysser Prada junto a su padre de 72 años de
edad para poder sellar pasaporte y salir de Venezuela, en lo que será
un viaje vacacional. Tenía dinero para hacer el trámite en otra
localidad, otros siguen esperando desde el viernes en Ureña y San
Antonio del Táchira


Más de 2 mil personas se mantienen en cola a las
afueras de las oficinas del Saime en San Antonio del Táchira y Ureña,
en la frontera tachirense con Colombia, para poder sellar pasaporte y
salir del país, en lo que se ha convertido en un fin de semana de
espera, sin mayor respuesta que “no hay sistema porque la plataforma
de Movilnet y Cantv está caída”.

Niños durmiendo en las aceras de las calles que están alrededor de la
avenida Venezuela, sobre maletas, personas mayores agotadas por la
espera y el sol, con sus ojos llorosos, agotados no sólo de la
situación política y económica de Venezuela, sino del trato que tienen
que llevar para poder salir de su país por la vía legal.

De los que estaban en cola desde el viernes no todos se iban
definitivamente de la nación sudamericana. Unos se reencontrarían  con
sus hijos para pasar Navidad con ellos; otros viajaban por becas de
estudio, por motivos laborales. Fuera cual fuese la situación, estaban
en la misma cola, bajo el sol inclemente, esperando que llegara el
sistema, y con el riesgo de perder boletos de avión y pasajes.

El periodista tachirense, Obeysser Prada, estuvo en cola del Saime en
Ureña, con su padre de 72 años de edad desde las 2 de la tarde del
sábado. Cuando llegó los funcionarios estaban almorzando y comenzaron
a atender media hora después a señores con menores de edad. El paso
era lento, con tres personas tardaban hasta 20 minutos, mientras los
40 que seguían en fila esperaban bajo el sol, en un espacio sin baños.
Él único sanitario cercano queda en una vivienda en donde cobran 5 mil
pesos por persona.

“Luego vino un policía y recogió un lote como de 10 pasaportes, se los
llevó e iban pasando a las personas, anteriormente tenía uno que
verificar a dónde iba, huella dactilar y llenar un formato, pero ahora
se llevaban el pasaporte, sellaban y llamaban. Yo quedé en el tercer
grupo y se llevaron como 20 pasaportes, eso fue como a las 3 y 40,
como a las 3 y 50 salieron y entregaron pasaportes y dijeron, que los
demás no podíamos sellar porque se cayó el sistema, y que no sabían si
llegaba ahorita, dentro de una hora o si no llegaba. Quedaron familias
con tres miembros con sello y uno sin sello. Unos esposos, selló uno y
el otro no, quedaron sin vuelo, porque era para ese mismo día”,
relató.

Según Prada, el sábado al menos cinco familias que estaban en cola en
Ureña perdieron sus vuelos, porque el día anterior –viernes- el
sistema también estaba lento. Él se quedó con su padre hasta las 7 y
30 de la noche, cuando desde el Saime avisaron que así llegara el
sistema ya no iban a atender, para ese momento quedaban unas 40
personas esperando sellar. Cruzó a Cúcuta a donde tiene familia,
porque tenían la Tarjeta de Movilidad Fronteriza –TMF- que les permite
cruzar sin pasaporte sellado; pero muchos tenían el dinero contado, y
no se podían mover de las calles de San Antonio del Táchira.

La misma situación se repetía en San Antonio del Táchira, en donde
había más de 500 personas esperando sellar la noche del sábado, ya
este lunes superan las 2 mil.

La mañana del domingo, cuando Obeysser llegó a unirse de nuevo a la
cola, habían ya 25 personas esperando, a las 6 y 30 abrieron en Ureña
y el Jefe les informó que seguían sin sistema de Cantv y Movilnet, por
lo que la única alternativa era sellar por el Puente Santander en Boca
de Grita, municipio García de Hevia, a 52 kilómetros por Colombia, y
desde Venezuela tres horas de viaje, en la zona norte del Táchira.

Días antes habían habilitado un sellado manual, pero esta vez no
ocurrió así; según un vendedor de chucherías que labora en la zona,
los fines de semana es habitual el corte del sistema, porque los
funcionarios aprovechan la situación para cobrar 50 mil pesos o 20
dólares por sellar pasaporte sin hacer cola.

“La mayoría no tenía tarjeta de movilidad, venían de Maracay, Caracas,
Bolívar. Niños llorando acostados en la acera, señores que tenían
pasaje e iban con dos días de antelación y se les vencía la fecha para
tomar el vuelo. Recién abierta la oficina a las 6 y 30 de la mañana,
tres damas salieron con el pasaporte sellado, esto molestó a una de
las señoras primeras en fila que escuchó que les estaban pidiendo 100
mil pesos, una llamó a otra que estaba más atrás, al rato se metieron
a la oficina del Saime, salieron por la oficina posterior… Cuando la
señora subió hacia la oficina del Saime nos narró que unos señores
estaban jugando en la computadora, el otro tenía abierta una página
del Saime y ella le dijo que como era que no había sistema… Y es que
los policías que están allí están metidos en la oficina con aire
acondicionado, en resguardo, y a las 6 de la tarde salieron, se
apostaron en los puntos de control para entrar al puente, decidieron
pedir cédula y otra de policía migratoria les tomaba fotos. Duraron
cinco minutos y se retiraron a tomar café en la casilla”, relató.

A Puerto Santander

Obeysser salió con su padre de 72 años de edad hacia Puerto Santander
ante la expresión rotunda de que no habría sistema en Ureña, ni en San
Antonio. Por Colombia pagó un taxi hacia la zona, que le salió en 400
mil pesos. Al llegar lo que más le sorprendió es que en el pueblo todo
es venta de gasolina venezolana en pimpinas.

“Al pasar por el puente y  mirar hacia abajo vi como pasaban dos
canoas con pimpinas de gasolina, justo debajo de un puesto de la
Guardia Nacional y los funcionarios ni cuenta se dieron, estaban
chateando en los teléfonos… En el puente había  hasta buhoneros
vendiendo”, expresó.

Al llegar al Saime se encontró con una oficina de tres taquillas y una
cola de 30 personas. Al explicarle a un funcionario la situación, que
era periodista, que su padre tenía 72 años y dos días intentando
sellar, le dieron la oportunidad.

Regresó a Villa del Rosario para sellar la entrada a Colombia, donde
una funcionaria preguntaba el lugar en el que habían sellado. A él lo
dejaron pasar, pero a quienes decían que en Ureña o San Antonio del
Táchira los colocaban a un lado. Obeysser preguntó qué ocurría, y la
respuesta fue que al parecer no iban a dejar sellar el ingreso a
Colombia a quienes habían sido sellados en estos dos sitios, porque no
entendían cómo habían cumplido con el procedimiento si no había
sistema.

Investigaciones en el Saime

Aunque no se refirió a lo ocurrido en la frontera, el enlace del
gobierno nacional en el Táchira, Freddy Bernal, informó que iniciaron
un proceso de investigación penal apoyados por la Dirección General de
Contrainteligencia Militar -Dgcim- en diversas oficinas del Servicio
Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería  -Saime-,
donde existe la presunción de irregularidades con la emisión y entrega
de documentos.

“Seguimos en proceso de depuración y reestructuración y he girado
instrucciones precisas de ejercer seguimiento de cada oficina en la
entidad”, dijo, al tiempo que anunció el nombramiento de Héctor Azocar
Boada, como nuevo director regional del Saime, y a otros 18 nuevos
directores en las demás oficinas de la entidad.

“Tenemos elementos de juicio que nos lleva a presumir de diversos
hechos irregulares; por lo que hemos ordenado una investigación que ya
está en proceso y no tengo dudas que en próximas semanas estaré
anunciando detenidos y de qué nivel estas irregularidades”, afirmó
Bernal.

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