Don Pedro, ¿como ves la cuestión? | Por: Leonardo Montilla

Pedro Bracamonte Osuna

 

Conocí en trato a Pedro Bracamonte en los tiempos liceístas, creo  en 1976, siempre un dirigente con el diálogo por delante. Conciliador y amable, sin dejar de ser polémico. Compitió en aquel momento por la Presidencia del Centro de estudiantes rangeliano contra mi compadre, quien le ganó en ese entonces, Aquiles Álvarez. Reconociendo la victoria del adversario, sin ningún rasgo de adversidad.

Tiempos buenos, de muchos sueños, esperanzas y definiciones en la vida. Era aquella Valera ordenada, que se abría paso en medio de oportunidades y dificultades. Eran los tiempos de mi generación donde esos sueños forjaron grandes amistades, que como dice Joseíto Hernández, «serán hasta el final de los tiempos».

Pedro Bracamonte se convirtió, no sólo por la referencia de la gran familia de la cual formaba parte, también por esfuerzo propio, de estudio y dedicación, en un servidor permanente para Valera, en los ámbitos del deporte, la política y la cultura.

Demócrata por convicción, teodorista, años en el MÁS, luego en AD, siempre un consultado para cualquier análisis sobre la democracia y sus dificultades, fue dirigente de distintas manifestaciones culturales, comunicador, locutor deportivo, recordamos las vueltas ciclística y los juegos de Trujillanos FC. Como valerano integró, conoció de la historia y personajes de la ciudad. Escritor, excelente padre, bohemio y gran conversador.

De Pedro podemos decir que valía la pena tener, como es normal, múltiples diferencias en cualquier tema, porque mientras más diferencias mayor consideración a la amistad y a la tolerancia manifestaba.

«Don Pedro, como ves la cuestión», era el saludo y seguidamente una gran conversa y si era con café, en cualquier esquina de Valera mejor todavía.

La búsqueda intensiva de los cambios para la patria que sufre, siempre nos mantuvo al tanto, en encuentros y desencuentros. La capacidad profesional del compañero era infinita en las lides publicitarias, aprendimos muchas cosas de esa inteligencia.

En la recién finalizada campaña electoral, nos encontramos haciendo equipo por otro hermano de la vida como lo es JH, allí compartimos rutas y caminos que nuevamente nos llevaron por los municipios del estado, llevando una esperanza para cambiar. Siempre con un chiste, con alegría y compromiso, Pedro nos decía que en el equipo teníamos una ventaja sobre los otros, y es que ellos eran aliados circunstanciales y nosotros somos amigos de años.

Demasiado pronto Pedro te fuiste, esa tragedia que vivimos con el virus maligno, apuró el viaje. Nos quedamos esperándote para seguir, porque en tu honor, hermano, vamos a seguir, y vamos a seguir, así, como nuestra amistad, hasta el final de los tiempos.

Buen viaje Don Pedro.

 

 

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