Dominicus: Lectura de la profecía de Malaquías.

Yo soy un gran Rey, dice el Señor de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones. ¡Y ahora, para ustedes es esta advertencia, sacerdotes! Si no escuchan y no se deciden a dar gloria a mi nombre, dice el Señor de los ejércitos, yo enviaré sobre ustedes la maldición. Ustedes se han desviado del camino, han hecho tropezar a muchos con su doctrina, han pervertido la alianza con Leví, dice el Señor de los ejércitos. Por eso yo los he hecho despreciables y viles para todo el pueblo, porque ustedes no siguen mis caminos y hacen acepción de personas, al aplicar la Ley. ¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos ha creado un solo Dios? ¿Por qué nos traicionamos unos a otros, profanando así la alianza de nuestros padres?

Palabra de Dios.

  1. Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL (Sal 130, 1-3)

  1. Señor, guarda mi alma en la paz junto a ti.

Mi corazón no se ha enorgullecido, Señor, ni mis ojos se han vuelto altaneros. No he pretendido grandes cosas ni he tenido aspiraciones desmedidas. R.

No, yo aplaco y modero mis deseos: como un niño tranquilo en brazos de su madre, así está mi alma dentro de mí. R.

Espere Israel en el Señor, desde ahora y para siempre. R.

 

SEGUNDA LECTURA (1Tes 1, 5b; 2, 7b-9. 13)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica.

Hermanos: Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes. Fuimos tan condescendientes, como una madre que alimenta y cuida a sus hijos. Sentíamos por ustedes tanto afecto, que deseábamos entregarles, no solamente la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida: tan queridos llegaron a sernos. Recuerden, hermanos, nuestro trabajo y nuestra fatiga cuando les predicamos la Buena Noticia de Dios, trabajábamos día y noche, para no serles una carga. Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen.

Palabra de Dios.

  1. Te alabamos, Señor

 

EVANGELIO Mt 23, 1-12

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos: “Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo. Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar ‘mi maestro’ por la gente. En cuanto a ustedes, no se hagan llamar ‘maestro’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen ‘padre’, porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco ‘doctores’, porque sólo tienen un doctor, que es el Mesías. El mayor entre ustedes será el que los sirve, porque el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado”.

Palabra del Señor.

  1. Gloria a ti, Señor Jesús

 

Reflexión

Pbro. Tomás Fernando Espinosa Aguilar

En la sociedad venezolana no hay derecho, un derecho que garantice la justicia, más bien tenemos  un poder electoral que  garantiza dedocráticamente un estado de facto y no de derecho. Los poderes al servicio ya no de todos sino de unos… la mitad no creo, con todo y fraude menos de la mitad de la población … mas no todos. Lo cierto es que el régimen castrista y su torre de babel tarde o temprano caerán, pues la historia lo confirma, fácil se pasa de perseguidos a perseguidores, de oprimidos a opresores, que al final han caído. Si en los 40 años de la república anterior tantos de la roja revolución eran perseguidos y oprimidos, yo diría más bien reprimidos y resentidos, ahora perseguidores y opresores caerán. Somos una sola barca llena de gente maravillosa, cercana por sus tierras y costumbres, pero en un mar muy revuelto, el país se está cayendo a pedazos. Si no queremos seguir hundiéndonos y salir de este desastre de gobierno, la regla es esta «Todos para uno y uno para todos». Todos para uno… el porvenir de nuestro país, no de una ideología empecinada, hasta matar. Uno para todos… para todo un pueblo, ricos y pobres, santos y pecadores. Insistir en lo que une, el amor, la verdad, los principios, los valores, la virtud… y dejar a un lado lo que separa… si lo que separa, el mal, la falsedad, la mentira, el egoísmo. Un mar revuelto por el humo del infierno, que ha causado tempestad en el corazón del pueblo venezolano, haciéndonos olvidar que somos hijos de un mismo Dios, hermanos que vivimos bajo un mismo techo, un vasto y hermoso cielo azul, un mismo suelo,  una tierra llena de riqueza, pero que se ha convertido en una pobra casa, llena de miseria, de hambre, de dolor. El temor y la preocupación son grandes, la bestia que hay que atacar, no está en el capitalismo, en el imperio, o en las altas esferas oligarcas, la bestia sin paz está en el corazón de un gobierno de malandros y forajidos que siguen luchando por defender lo que se robaron en estos últimos años, y por terminar de arruinar el país, lo nuestro, lo de todos, la patria común, la casa de todos. Aprendamos a hablar no en primera persona del singular, sino en primera persona del plural, nosotros… Venezuela, para salir de esta dictadura que nos está consumiendo. Aprendamos de Nuestro Señor Jesucristo, que nos enseño dirigirnos al Padre, no como Padre mío, sino   como Padre NUESTRO, padre de todos. Dios es justo y bueno, Padre de todos, padre también de los hijos pródigos, a los que desea no ver mezquinos y miserables, sino grandes, libres, creadores de su propio destino. El temor y la preocupación son grandes, pero más grande es Dios. Feliz domingo para todos!

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