Dominicus

Lecturas del Domingo

19 de Enero de 2020 / Domingo 2° durante el año

Color: Verde.

 

Lectura (Is 49, 3-6)

Lectura del libro de Isaías.

El Señor me dijo: “Tú eres mi Servidor, Israel, por ti yo me glorificaré”. Pero yo dije: “En vano me fatigué, para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza”. Sin embargo, mi derecho está junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios. Y ahora, habla el Señor, el que me formó desde el vientre materno para que yo sea su Servidor, para hacer que Jacob vuelva a él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza. Él dice: “Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra”.

Palabra de Dios.

  1.  Te alabamos Señor.

 


Salmo Sal 39, 2. 4. 7-10

R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

 

Esperé confiadamente en el Señor: Él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Puso en mi boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. R.

Tú no quisiste víctima ni oblación; pero me diste un oído atento; no pediste holocaustos ni sacrificios, entonces dije: “Aquí estoy”. R.

“En el libro de la Ley está escrito lo que tengo que hacer: yo amo, Dios mío, tu voluntad, y tu ley está en mi corazón”. R.

Proclamé gozosamente tu justicia en la gran asamblea; no, no mantuve cerrados mis labios, tú lo sabes, Señor. R.

 


Lectura     1Cor 1, 1-3

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.

 

Pablo, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, saludan a la Iglesia de Dios que resi­de en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, junto con todos aquellos que en cualquier parte invocan el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Señor de ellos y nuestro. Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nues­tro Padre, y del Señor Jesucristo.

Palabra de Dios.

1.-Te alabamos Señor

 


Evangelio      Jn 1, 29-34

+Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

 

Juan Bautista vio acercarse a Jesús y dijo: “Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel”. Y Juan dio este testimonio: “He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre él. Yo no lo cono­cía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo’. Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios”.

Palabra del Señor.

  1. Gloria a ti Señor Jesús

Reflexión

Pbro. Tomas Fernando Espinosa

Muy estimados hermanos y hermanas, podemos decir que el tiempo de Navidad ya termino, el domingo pasado celebramos la solemnidad del Bautismo del Señor, que de alguna manera nos introdujo en el tiempo ordinario, que iniciamos en esta semana. Ahora bien, tratemos de entender el evangelio de san Juan, los tres evangelistas Lucas, Marcos y Mateo describen el momento del Bautismo de Jesús, y los tres cuentan lo que sucede después “Desciende sobre Jesús el Espíritu Santo en forma de paloma y se escucha una voz del cielo que dice: Tu eres mi hijo amado, en quien me complazco”. El evangelio de san Juan es particular y un poco diverso, en primer lugar fue escrito mucho tiempo después. En el evangelio de san Juan no es presente sola la persona de Jesús que se mueve, sino que también es presente una reflexión sobre la figura de Jesús. San Juan nos dice algo más de lo que cuentan los demás evangelistas, porque el profundizando en el misterio de la persona de Jesús, ha comprendido poco a poco que Jesús es realmente el Dios encarnado, el Hijo de Dios. San Juan el apóstol en su evangelio, cuando puede nos hace observar y en determinados momentos nos hace ver cuánto conocía a Jesús y la urgencia de indicarnos a todos que Jesús es el Señor “Dominus est”. Es así que el evangelio de hoy continúa la manifestación, la epifanía de Jesús. Después de la estrella de los magos de oriente, y del bautismo de Jesús en el Jordán, viene Juan el Bautista a señalar con insistencia a Jesús como «El Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Juan poco a  poco va aumentando en su encuentro con Jesús, le va experimentando y conociendo, primero le conocía como pariente, y ahora lo proclama como el “Cordero de Dios”.  El evangelista Juan, que no describe el episodio del Bautismo, nos indica un particular importante, en pocas palabras, la misión de Jesús, el motivo por el cual se ha encarnado y está entre nosotros. Juan el Bautista, de hecho cuando lo siguen, les dice que es a Jesús, al que deben seguir «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. La imagen del cordero es característica en el evangelio de san Juan. En la biblia el uso que se le da a la imagen del cordero es símbolo de inocencia y de sacrificio, en el antiguo testamento de hecho se habla del cordero inmolado cuyo sacrificio salva, y san Juan el Bautista propiamente indica a los suyos y a todos nosotros a Jesús como el que salva, en el que no hay pecado, y que ha venido para quitar el pecado, y toma consigo los pecados del mundo, la luz de las naciones, la salvación de toda la humanidad, la salvación de nuestro pueblo. Decir que Jesús ha venido para redimirnos del pecado, decir que Jesús es el cordero de Dios significa afirmar dos cosas: que estamos necesitados de la salvación y que es Jesús el redentor, victima y cordero por nuestras faltas, por nuestra salvación ¡Feliz domingo día del Señor!                      

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